Tráfico
Mossos y policías locales intensifican esta semana los controles de velocidad
Trànsit apela a la prudencia en un agosto en que se prevén más trayectos internos que en años anteriores
Hay que tener en cuenta que en la movilidad de verano se suman habitualmente unos factores que contribuyen a incrementar la accidentalidad, como son un cierto relajamiento de los conductores o el componente de ocio en la conducción, que al mismo tiempo pueden derivar en imprudencias en la carretera, como sobrepasar la velocidad permitida.
En las dos campañas centradas en este factor de riesgo, realizadas a en abril y en agosto del año pasado, se denunciaron 73.330 vehículos por exceder los límites de velocidad.
Control también en vías urbanas
Las Policías Locales que participan en esta campaña preventiva realizan los controles en las zonas urbanas de su ámbito. Dentro de los municipios, la velocidad excesiva puede ser determinante para los peatones, sobre todo en los casos de atropello, y también para la seguridad de los ciclistas. A una velocidad de 30 km/h, el riesgo de muerte de un peatón en caso de ser atropellado se reduce a un 10% y a partir de 80 km/h, las consecuencias son prácticamente siempre mortales.
Más velocidad, más violencia en un accidente
El incremento de la velocidad aumenta la violencia de los impactos en los siniestros viarios. Por ejemplo, una colisión a 50 km/h equivale a una caída desde 10 metros de altura, mientras que tener un accidente a 160 km/h multiplica por diez la fuerza del choque y, por lo tanto, sus consecuencias.
La distancia de seguridad que se tiene que mantener con el coche de delante para parar a tiempo ante cualquier emergencia depende, fundamentalmente, de la velocidad. En condiciones normales, a 120 km/h se recorre la distancia equivalente a un campo de fútbol antes de parar un coche.
La distancia necesaria para la detención de un vehículo se obtiene sumando la distancia de reacción más la distancia de frenazo. Por lo tanto, la velocidad a la cual se circula influye directamente en estas variables e incrementa el riesgo de accidente.
Conducir a una velocidad adecuada es fundamental para la seguridad vial, ya que ayuda a controlar el movimiento del vehículo; hace que se pueda superar más fácilmente un obstáculo o cualquier imprevisto en la vía y permite reducir la velocidad de forma suave y progresiva.