Elaboran la primera guía clínica para el tratamiento de la covid-19 persistente en la atención primaria
Lo ha impulsado la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària con decenas de médicos especialistas
Los autores consideran que desde la atención primaria hay que hacer una evaluación integral del conjunto de la sintomatología, y una evaluación específica de cada uno de los síntomas persistentes.
La primera visita
Por eso apuntan que en la primera visita en la atención primaria de una persona sospechosa de covid-19 persistente se recomienda aplicar el protocolo de atención integral que pasa valorar antecedentes, hacer analíticas de sangre, y realizar exploraciones complementarias. Después, en función de los síntomas que pueda presentar cada paciente, habrá que hacer otros tipos de exploraciones complementarias.
Seguidamente, la guía plantea hacer la evaluación específica orientada al síntoma. Y los principales síntomas por los cuales se establece un protocolo de evaluación son fatiga persistente, dolor articular persistente, dolor muscular persistente, dolor torácico persistente, tos persistente, disnea persistente, anosmia o disgeusia persistente, y cefalea o síntomas digestivos persistentes. Para cada síntoma se especifica qué datos hay que recoger em la historia clínica, cuáles son las exploraciones que hay que hacer, y cuál es el proceso diagnóstico a seguir.
También se recogen otras manifestaciones persistentes que se pueden presentar como febrícula, escalofríos, intolerancia a los cambios de temperatura, rinitis, congestión nasal, confusión o niebla mental, trastornos de la concentración o del sueño, vértigo, conjuntivitis o, incluso, caída del pelo.
Más allá de la sintomatología, se exponen otros escenarios patológicos, que, a pesar de ser menos frecuentes, también se están observando como secuelas pulmonares, afectación pleural, afectación cardiaca, o problemas de salud mental.
La guía también enumera un conjunto de síntomas que no forman parte de la presentación clínica de la infección aguda por SARS-Cov-2 pero que aparecen en la fase post-viral una vez resuelta la infección aguda. Se trata de trombosis, neumonía organizativa, afectaciones dermatológicas como perniosi, encefalitis, parálisis fláccida, insuficiencia renal aguda, anemia, tiroiditis o enfermedades autoinmunes sistémicas.
El seguimiento
La guía también establece un seguimiento estructurado del paciente en función del impacto o gravedad de la enfermedad en la fase aguda y de la presencia de secuelas. Así, diferencia entre casos que han requerido hospitalización en unidades de cuidados intensivos, casos que han requerido hospitalización convencional, y casos que no han requerido hospitalización y que han sido atendidos desde la atención primaria, y que representan el 80% del total de pacientes con covid-19.
Finalmente, plantea una serie de retos de futuro en el tratamiento y atención a estos pacientes, como tratar de estructurar la variedad de síntomas y alteraciones que algunos pacientes pueden presentar o disponer de información con respecto a posibles factores que puedan ayudar a identificar las poblaciones de más riesgo.