Experts recomiendan vacunar primero sanitarios, trabajadores de residencias y cuerpos de emergencias
En una segunda fase se administraría la vacuna a los mayores de 80 años y primero los que viven en residencias
El informe incluye posteriormente a las personas que prestan servicios esenciales a la población y están particularmente expuestas al virus, incluyendo al personal de transporte público, educativo o personas que trabajan en el sector alimentario. En esta fase se tendrían que vacunar también personas institucionalizadas donde la capacidad de aislamiento es limitada, como prisiones y centros de refugiados, migrantes y otras personas en riesgo de exclusión social.
Acto seguido iría el resto de la población adulta y se daría prioridad a los mayores de 55 años. Los últimos en recibir la vacuna serían los niños, ya que los expertos afirman que la población infantil es la menos vulnerable al virus y, además, se tienen pocos datos sobre la seguridad de la vacuna en este grupo.
Por otra parte, el grupo de expertos consideran que aquellas personas que tengan confirmado que han pasado la enfermedad «podrían considerarse como no prioritarias para la vacunación, como mínimo en las primeras fases».
El GCMSC ha destacado la importancia de comunicar claramente a la población los riesgos y beneficios de las vacunas, así como la necesidad de mantener las medidas adicionales de prevención hasta que un porcentaje suficiente no haya sido vacunado.
Este es el primer informe elaborado por este grupo de experto y ya prepara un segundo sobre los aspectos claves relacionados con el control de la pandemia, como la inmunidad, los efectos crónicos de la enfermedad o las estrategias de identificación y aislamiento de casos y contactos