Medio centenar de médicos catalanes piden sacrificio y rigor ante la tercera ola de covid
Lamentan los daños colaterales del virus frente el diagnóstico otras dolencias, que se ha visto disminuido
Un total de 46 médicos catalanes, la mayoría responsables de unidades y grupos de investigación de los hospitales Vall d'Hebron, Clínic, Del Mar, Sant Pau y de atención primaria, han firmado una carta conjunta en la que piden «prudencia» ante la llegada de las vacunas y «el máximo rigor colectivo» y «sacrificio» para afrontar la tercera ola de la covid.
Bajo el título de «Viendo la luz a la salida del túnel pero con prudencia y con necesidad del máximo rigor colectivo», los médicos dicen que es una buena noticia que haya varias vacunas anticovid que «han demostrado gran eficacia en prevenir la enfermedad».
Resaltan que estas vacunas han sido testadas en miles de personas, por lo que ofrecen «seguridad y confianza», pero piden seguir manteniendo las medidas de distancia, lavado de manos y uso de mascarilla para no propagar el virus.
«Hemos visto en esta segunda ola de la pandemia que las medidas de distanciamiento físico y el uso continuado de la mascarilla fuera del ámbito estrictamente unifamiliar (burbuja) son imprescindibles para evitar diseminar la infección», subrayan.
Los profesionales justifican la mejora «significativa» de la mortalidad de la covid en esta segunda ola en que han «mejorado el conocimiento sobre cómo tratar de forma eficaz la enfermedad».
«Aun así -puntualizan- el número de personas que desarrollan la enfermedad sigue siendo muy elevado, así como los enfermos que desarrollan secuelas tras superar la infección, y de éstos aún no sabemos cómo evolucionarán a medio y a largo plazo».
Pese a la disminución de la mortalidad, los médicos recuerdan que la cifra de fallecidos por covid en esta segunda ola ha sido «como si cada día en España se estrellara un avión tipo Airbus 320 (los días mejores) o un Boeing 747 (los días peores)».
Los profesionales lamentan que se haya hablado poco de los daños sanitarios colaterales a la covid-19, relacionados con las otras enfermedades que normalmente tiene la población y que debido a los efectos, sobre todo de la primera ola, o bien no se han diagnosticado o bien se han diagnosticado tarde».
En este sentido, informan de que en lo que va de año, y con respecto al mismo periodo del año pasado, se han diagnosticado un 15 % menos de enfermos con cáncer y han dado un 40 % menos de primeras visitas de enfermedades mentales.
También han aumentado la gravedad de los infartos cardíacos e ictus «como hace años que no veíamos», según los firmantes, que atribuyen este hecho al miedo a acudir a los centros sanitarios, la negación o infravaloración de los síntomas y a que «la práctica totalidad del sistema sanitario se dedicara a atender una única enfermedad para superar lo mejor posible la primera ola de la pandemia».
Tras recordar «el bajo porcentaje del PIB» que se dedica a la sanidad pública y que ésta está «siempre bastante tensionada y en algunas ocasiones al límite», los profesionales piden que, cuando termine la pandemia, se «definan las prioridades que la sociedad quiere».
«Que estemos en la salida del túnel dependerá de cómo afrontemos los meses que nos quedan con espíritu de sacrificio, cumpliendo las medidas de protección y distanciamiento físico, la responsabilidad social y la vacunación adecuada. El número de aviones que se estrellen los próximos meses dependerá de lo que hagamos las próximas semanas y en las fiestas de Navidad», concluyen.