«Somos independentistas realistas, no se tiene que generar más frustración»

—El PDeCAT es una formación independentista? ¿Con qué hoja de ruta?

—Somos una formación independentista porque así queda recogido en nuestros estatutos fundacionales. Pero somos muy conscientes de que mientras no haya una unidad estratégica de los partidos independentistas que defina una hoja de ruta, no podremos avanzar. Hablando con el corazón, seríamos independentistas de manera inmediata. Pero no queremos contribuir a generar más frustración en la población. Por lo tanto, somos independentistas realistas.

—Según su opinión, desmembrar el PDeCAT con la fórmula de Junts per Catalunya ha sido un error o una manera de clarificar posturas?

—En el PDeCAT estamos dispuestos a sumar, pero no a renunciar a nuestro modelo de país. Por eso nunca hemos aceptado que, para que naciera Junts per Catalunya, muriera el PDeCAT. La transversalidad es muy adecuada cuando los objetivos son a corto plazo, pero cuando son a largo plazo, se entra en contradicciones. De hecho, todavía no sabemos el marco ideológico de Junts per Catalunya y los exconvergents que se han quedado, han quedado reducidos a la mínima expresión.

—El viernes la Junta Electoral Central certificó que el PDeCAT mantiene todos los derechos electorales para las elecciones del 14-F. ¿Qué valoración hace?

—Es un elemento de pura lógica, no se entendería de otra manera. Hemos hecho renuncias y hemos sido generosos, pero no podemos abandonar nuestros derechos esenciales. Se nos ha intentado excluir de la mesa de partidos, y lo que me sabe mal es que al final se nos invite por presión y no por convicción.

—Justamente la mesa de partidos se reunirá el día 15 para tomar una decisión sobre la celebración de las elecciones el 14 de febrero. ¿Cuál será su posicionamiento?

—Para avanzar nuestra posición tenemos que tener toda la información, y ahora no la tenemos. No hemos sido invitados a ninguna de las reuniones anteriores y, por lo tanto, no podemos tomar ninguna decisión sin saber las previsiones sobre la evolución de la pandemia y las medidas que se prevé adoptar.

—El Procés ha capitalizado las elecciones en el Parlamentdesde hace años. ¿Piensa que esta vez también será así?

—Ahora la prioridad es la gestión de la pandemia. Estamos en una situación de desgobierno, de contradicciones entre departamentos y falta de planificación. Después, habrá que gestionar los efectos del confinamiento, porque estamos inmersos en una crisis de pedida. En tercer lugar, tenemos que seguir haciendo una tarea que ha quedado en suspenso, en que es la adaptación a la nueva economía del siglo XXI.

—En qué ejes centrarán su propuesta electoral?

—Presentaremos los elementos esenciales en el ámbito nacional y de gobierno que consideramos irrenunciables para acordar cualquier pacto. Pero, evidentemente, entendemos que hace falta reimpulsar la economía productiva adaptándola al nuevo contexto, hacer políticas sociales y recuperar el prestigio de nuestras instituciones. También estamos en contra de seguir ahogando la clase media a nivel impositivo, y queremos acabar, sí o sí, con el impuesto sobre sucesiones.

—-Y en el ámbito territorial del Campde Tarragona y las Terres de l'Ebre?

—Todo eso lo explicará nuestro cabeza de lista en su momento. Pero, a nivel general, entendemos que este nuevo gobierno tiene que integrar la diversidad territorial con nuevas fórmulas de cogobernanza. Esta visión centralista del gobierno actual no puede ser.

—En Tarragona el candidato es el concejal reusense Marc Arza y hay varios alcaldes que dan apoyo a las listas, como Carles Pellicer de Reus, Meritxell Roig de Tortosa, Pere Segura de Vila-seca o Quim Nin d'Albinyana. ¿Eso les permite, también, mostrar que son una formación con capacidad de gobierno?

—Ennuestras listas hemos querido eludir captar mediáticamente, porque gestionar el día a día es muy serio. Entre los cuatro cabezas de lista hay los alcaldes de Lleida y de Girona y dos personas que han sido concejales. Por lo tanto, todos vienen del mundo municipal, son personas acostumbradas a gestionar realidades y han tenido la confianza directa de sus electores.