Uno de cada cuatro pacientes con covid en la UCI sufre una trombosis, en muchos casos asintomática
Investigadores de Vall d'Hebron y Can Ruti apuestan por aumentar las dosis de anticoagulantes
Los investigadores realizaron una ecografía a los 230 pacientes ingresados en las UCI, en un intervalo de tiempo de 48-72 horas en total. Estas pruebas se hicieron en poco tiempo para minimizar la exposición de los profesionales sanitarios al virus en un momento complicado de la pandemia con respecto a casos y disponibilidad de equipos de protección individual. El objetivo fue determinar si estos pacientes tenían complicaciones tromboembolicascomo trombosis venosa profunda o embolia pulmonar.
En el momento de la ecografía, se detectaron 58 pacientes (un 25,2%) que tenían trombosis venosas y/o embolias pulmonares. De estos, un 32,8% -un 7% del total de pacientes- eran sintomáticos. Los pacientes se siguieron durando una semana para comprobar su evolución y ver si se desarrollaban nuevas complicaciones. En este seguimiento no se realizaron ecografías adicionales a los casos asintomáticos sino que se basaba en la aparición de acontecimientos con síntomas o de hallazgos casuales. Así, al cabo de siete días se habían detectado nuevos casos de trombosis hasta llegar a 61 pacientes (un 26,5%). De estos, un 37,7% (23 pacientes, un 8,3% del total) tenían síntomas. En concreto, 38 eran asintomáticos, 7 tenían trombosis venosa sintomática en las piernas, ocho tenían embolia pulmonar sintomática y ocho tuvieron tanto trombosis venosa como embolia pulmonar con síntomas.
El estudio también muestra que los pacientes con tromboembolismos venosos en las piernas tenían una estancia más larga en la UCI. En concreto, 22 días de mediaen los casos con trombos y 17 días en los casos sin trombos, aunque no había diferencias en la mortalidad.
«Hemos comprobado que los pacientes con covid-19 grave tienen un riesgo incrementado de tromboembolismo venoso. Eso es debido a la propia infección por SARS-CoV-2 y también a causa de la inmovilización de los pacientes y el tratamiento que necesitan, como la implantación de catéteres», explica el doctor Sergi Bellmunt, jefe del Servicio de Angiología, Cirurgia Vascular y Endovascular de Vall de Hebrón e investigador del Vall d'Hebrón Instituto de Investigación (VHIR).
Sobre el alto porcentaje de asintomáticos, Bellmunt considera que «puede ser a causa de que son pacientes que en muchas ocasiones están intubados y no pueden expresar bien si notan algún síntoma». Además, el hecho de estar estirado en la cama evita que se produzca edema, es decir, que se hinche la pierna, un síntoma muy característico de la trombosis venosa y sin el cual puede ser que pase desapercibida, explica.
Aumentar las dosis de anticoagulantes
En base a los resultados del estudio, los autores consideran necesario administrar dosis más elevadas de tratamiento anticoagulante, como la heparina, como profilaxis en los pacientes con covid-19 grave en la UCI. «Sabiendo que tienen un riesgo elevado de trombosis, y teniendo en cuenta que hemos observado pocos casos con hemorragia, sería necesario administrar heparina en dosis más elevadas del habitual en estos pacientes ya desde el momento del ingreso, con el fin de evitar que haya complicaciones graves más adelante», destaca el doctor Secundino Llagostera, jefe del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Universitario GermansTrias iPujol.
Actualmente, existen ensayos clínicos en marcha, donde participan los hospitales Vall d'Hebron y Germans Trias i Pujol, que permitirán valorar la dosis de heparina más adecuada en estos pacientes, con el fin de equilibrar el riesgo de trombosis y el de hemorragia.
Finalmente, el trabajo también estudió los niveles de D-dímer en sangre en los pacientes, un marcador que se relaciona con la presencia de trombosis. Los resultados mostraron que unos niveles más altos de 1500 nanogramos por mililitro de D-dímer permitirían distinguir a aquellos pacientes con tromboembolismo venoso y con más riesgo de desarrollar complicaciones. Los investigadores apuntan pero que este análisis requiere prudencia a la hora de interpretarla, ya que el hecho de que esté aumentado no significa necesariamente que haya una trombosis, sino que tiene que ir acompañado por una sospecha clínica.
Los autores indican que la principal limitación del estudio es que se hizo en un momento crítico de la pandemia que dificultó hacer un seguimiento en profundidad de todos los pacientes durante su estancia en el hospital.