Cataluña dobla la curva cada vez que endurece las restricciones
Expertos atribuyen la gravedad de la tercera ola a la relajación de las medidas para las fiestas navideñas
Cataluña lleva quince días doblando la curva epidémica de la tercera ola, más grave que la segunda, gracias a restringir casi todas las actividades sociales, culturales, comerciales y deportivas, con un confinamiento municipal todos los días y un toque de queda permanente entre las 22 y las 6 horas.
Cataluña ha conseguido doblar la curva, tanto en la segunda ola como en la tercera, cada vez que ha endurecido estas restricciones, como recuerdan los epidemiólogos, que atribuyen la gravedad de la tercera ola, con mayor mortandad y más saturación de las UCI que la segunda, a la relajación de las medidas que propició el Govern para las fiestas navideñas.
Desde que el Gobierno aprobó el segundo estado de alarma, el pasado 25 de octubre, para que las CCAA pudieran aplicar el toque de queda nocturno, Cataluña estableció el más severo, de las 22 a las 6 horas, medida que sólo relajó los días 24 de diciembre, 31 de diciembre y 5 de enero, con motivo de la Nochebuena, la Nochevieja y la noche de Reyes, en que amplió el horario.
Cataluña, la más dura
El gobierno catalán presume de que es el que ha aplicado las medidas restrictivas más contundentes de todas las comunidades autónomas, lo que le está valiendo las protestas de muchos de los sectores afectados, especialmente el de la restauración y el comercio, el sector del ocio y los gimnasios.
Desde el pasado 7 de enero, una vez acabadas las fiestas, mantiene los centros comerciales cerrados, también las tiendas de más de 400 metros cuadrados y los gimnasios. Igualmente ha ordenado el cierre de todos los establecimientos de productos no esenciales durante los fines de semana.
Las discotecas, casinos, prostíbulos y salas de baile están cerradas desde después del verano y el deporte no profesional, paralizado desde enero.
Desde el 7 de enero, los catalanes, que ya sufrieron un confinamiento municipal durante el fin de semana en la segunda ola, no pueden salir de su municipio ningún día si no es para trabajar, ir al médico, a la escuela o a algún asuntos legal ineludible, y los bares y restaurantes tienen limitada su apertura de 7 a 9:30 horas, para dar desayunos, y de 13 a 15:30 horas, para dar comidas.En el resto del horario sólo pueden servir comidas o bebidas para llevar.
El cierre de la restauración, clave
Tras vencer la segunda ola, el sector de la restauración pudo reabrir el 23 de noviembre con un horario limitado de 6 a 21:30 horas, con aforos limitados al 30% en su interior, en una primera fase de la desescalada, que se pensaba que iba a ser definitiva con la llegada de la vacuna a finales de diciembre.
Un 70% de los bares, restaurantes y cafeterías reabrieron y apenas quince días después, las cifras de contagios, que no habían caído del todo -se mantenían por encima de 1.000 y con entre 30 y 50 muertos diarios-, volvieron a subir, lo que corroboró a los autoridades sanitarias que estos locales eran un lugar de contagio, sobre todo si no se mantenían los aforos restringidos.
Además, las UCI no se vaciaron de pacientes covid, ya que el menor número en la desescalada de la segunda ola fueron 317 ingresados graves el 23 de diciembre.
A partir de esa fecha las UCI volvieron a sumar más ingresos que altas y se han vuelto a llenar hasta alcanzar los 730 ingresados este 1 de febrero, en el pico de la tercera ola en las UCI (el pico en la segunda ola fueron 592 pacientes graves el 16 de noviembre, y 1.528 en el pico de la primera, el 6 de abril).
Desescalada de la segunda ola
Con la restauración cerrada varias semanas en noviembre, Cataluña había conseguido tener poco más de 1.000 contagios diarios, la cifra considerada controlable, pero la llegada de las fiestas navideñas, la presión económica y social hizo que el Govern iniciara una desescalada mientras aceleraba los cribados con test PCR en las localidades donde se disparaban los contagios.
La fase 1 de la desescalada de la segunda ola en Cataluña se inició el 23 de noviembre con la reapertura, limitada en horario y aforo, de bares, restaurantes, deporte y cultura, con augurios optimistas ante la previsión de la llegada de la vacuna podría inmunizar a 300.000 catalanes antes de Semana Santa y frenar una tercera ola.
La tercera ola
Sin embargo, tras doblar la curva de la segunda ola, el 9 de diciembre los casos empezaron de nuevo a crecer y luego lo hicieron los hospitalizados, y finalmente los pacientes graves y los fallecimientos.
Como las UCI partían ya con más de 300 ingresados por covid de la segunda ola, éstas han vuelto a sufrir una presión que no vivían desde la primera ola, aunque esta semana pueden empezar a notar el alivio ya del descenso de la tercera ola.
Teatros, cines y salas de conciertos con su aforo al 50%, actos religiosos al 30%, y con el cierre de centros comerciales, gimnasios, además de discotecas, salas de baile, tiendas no esenciales el fin de semana, y bares y restaurantes desde las 15:30 horas, confinamiento municipal, toque de queda y la progresiva vacunación, el gobierno catalán parece haber dado con el ajuste para ir disminuyendo poco a poco los contagios.
Estas medidas se mantendrán hasta el 7 de febrero y probablemente se prorrogarán en gran parte porque las autoridades sanitarias ya han comprobado que, cuando aprietan las medidas restrictivas, el virus retrocede y cuando las relajan, «el bicho» se dispara.