Turisme
El turismo genera el 80% de la basura que hay en las playas del Mediterráneo
El 65% de la basura acumulada está formada por colillas, pajitas o latas de bebidas
El uso recreativo de las playas de las islas mediterráneas durante el verano es responsable de hasta el 80% de la basura marina que se acumula y que genera grandes cantidades de microplásticos debido a la fragmentación de artículos de mayor tamaño.
Así lo revela un estudio internacional liderado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universitat Autònoma de Barcelona (ICTA-UAB), que propone aprovechar la pandemia de la covid-19 para replantear un modelo turístico sostenible.
El trabajo, que publica la revista Scientific Reports, ha analizado los efectos de los residuos generados por el turismo en ocho islas del Mediterráneo -Mallorca, Sicilia, Malta, Rab (Croacia), Creta, Rodas, Mikonos y Chipre- durante los últimos cuatro años.
Según los científicos, la basura marina, incluidos los microplásticos, se puede definir como cualquier material sólido persistente, fabricado o procesado desechado, eliminado o abandonado en el medio marino y costero como resultado de la actividad humana, y se puede encontrar en todos los océanos y mares del mundo.
«Este problema ambiental está amenazando la buena salud de los ecosistemas marinos y puede conducir a la pérdida de biodiversidad. También puede tener enormes impactos económicos para las comunidades costeras que dependen de los servicios ecosistémicos, al aumentar el gasto en limpieza de playas, salud pública o eliminación de desechos», ha señalado el investigador del ICTA-UAB Michaël Grelaud.
El estudio destaca que la región mediterránea recibe cada año cerca de un tercio del turismo mundial y se ve particularmente afectada por la contaminación ambiental relacionada con este sector.
«Debido a su atractivo, las islas del Mediterráneo pueden llegar a multiplicar por 20 su población durante la temporada alta. Esto representa un desafío para los municipios costeros que dependen de este sector, pero que tienen que adaptarse y hacer frente al aumento de residuos generados, incluso en las playas, por la afluencia estacional de turistas», resalta el estudio.
Los investigadores caracterizaron la cantidad y el tipo de residuos recogidos en 147 estudios hechos durante la temporada turística alta y baja de 2017 en 24 playas de 8 islas mediterráneas diferentes.
Los resultados muestran que la gran mayoría de los artículos recolectados están hechos de plástico y representan más del 94 % de la basura marina.
Según el trabajo, durante el verano, las playas más frecuentadas acumulan un promedio de 330 artículos por cada 1.000 metros cuadrados de playa por día, 5,7 veces más que en temporada baja, lo que representa un residuo cada tres pasos.
El 65 % de la basura marina que se acumula en las playas está formada por colillas, pajitas o latas de bebidas y un 15 % más son microplásticos de mayor tamaño, ya que los artículos de plástico abandonados se fragmentan por la irradiación solar y la fricción con la arena, acelerada por el alto volumen de visitantes.
Extrapolados a todas las islas del Mediterráneo, los resultados muestran que los visitantes podrían ser responsables de la acumulación de más de 40 millones de artículos al día durante el pico turístico de julio y agosto.
El estudio destaca que en 2019, tras la implementación de diversas campañas de concienciación ciudadana, hubo una disminución de más del 50 % de los residuos asociados a los visitantes.
«Estos resultados tan alentadores probablemente se beneficien de la creciente atención pública a la contaminación plástica en los océanos o de las medidas adoptadas por la CE para reducir la basura marina, como la directiva de plástico de un solo uso», según Patrizia Ziveri, profesora de investigación en el ICTA-UAB.
«El confinamiento por la covid y la drástica reducción temporal del turismo ofrece una oportunidad para repensar la importancia fundamental del turismo sostenible para garantizar un futuro saludable para el medio ambiente y, por lo tanto, también para las personas», ha concluido Ziveri.