El calendario fuerza a los partidos independentistas a intensificar las conversaciones a 7 días de agotar los plazos
JxCat y CUP quieren que ERC contemple la unilateralidad. Aragonés y Zapatero reclaman a Borràs una visión más progresista
Los republicanos han dedicado la mayor parte del tiempo a negociar con la CUP y con Junts. «Van bien en general las negociaciones», ha apuntadoun dirigente republicano. Los de Oriol Junqueras han creado un espacio de negociación con la CUP que está avanzando porque, a diferencia que con Junts, «todo va un poco más rodado».
Después de acordar trabajar cuestiones como la reforma del modelo de orden público, las acusaciones particulares de la Generalitat, el papel de los Mossos en los desahucios o políticas de vivienda, las conversaciones con la CUP han pasado a una segunda fase donde se aborda el rescate social y la reconstrucción económica.
De hecho, ERC y la CUP se han emplazado a celebrar grupos de trabajo específicos para concretar las propuestas, además de las reuniones habituales. Fuentes de ERC han apuntado que con los anticapitalistas no se ha tratado formalmente su papel en la Mesa del Parlament.
CUP: más sintonía con ERC
Desde la CUP apremian para que haya un acuerdo para la Mesa para evitar que la presidencia pueda acabar cayendo en manos de un partido no independentista. Y dudan de que se pueda cerrar antes del 12 de marzo un acuerdo que vaya más allá, pensando en una investidura. De hecho, fuentes de la formación apuestan por un preacuerdo antes del próximo viernes con propuestas globales para la legislatura. Se pulirían más tarde pero de momento servirían para conseguir tener la Mesa constituida y pasar así el primer hito de la negociación.
La CUP, que está abierta a asumir responsabilidades en la Mesa, también desde la presidencia, insiste en que eso dependerá de qué dibujo se hace de la legislatura y cuáles políticas aspiran a hacer. Según fuentes de la CUP, los republicanos no verían mal que la presidencia recayera en manos de los anticapitalistas, una sensación que no detectan entre las filas de los de Carles Puigdemont.
Estos días, los cupaires exponen a la militancia como van las negociaciones en unas asambleas que se alargarán hasta la próxima semana, a pocos días para la constitución de la cámara. La idea es que el miércoles la formación pueda llevar a las bases una propuesta de preacuerdo que se someta a votación. Este documento esbozaría unas líneas generales que tendrían que ir acompañadas de medidas que garanticen el cumplimiento de este acuerdo. Esen este paquete, que se abordaría más adelante, donde el eje nacional tendrá más peso. A pesar de no compartir la estrategia nacional con ERC, reconocen su voluntad de llegar a puntos de encuentro.
De hecho, los anticapitalistas destacan de los de Junqueras este ánimo de avenencia, mientras que reconocen que les cuesta más con JxCat. Con estos últimos admiten que, más allá de temas nacionales, no han conseguido concretar más cuestiones, especialmente en el ámbito social. Este, de hecho, puede ser uno de los escollos en la negociación, ya que la CUP sitúa este eje social como condición sine qua non.
Por otra parte, los comunes insisten en un ejecutivo compartido entre ERC y En ComúPodem, que deja fuera de la ecuación en JxCat, y que tenga el apoyo externo del PSC y también de la CUP. Pero los socialistas lo rehúsan e insisten en que son ellos quien tienen que liderar el ejecutivo. Los de Jéssica Albiach continúan con encuentros con ERC y la CUP, unos contactos que quieren mantener en la discreción. En medio de todo, Albiach anunció el jueves que también presentarían una candidatura para presidir el Parlament, la de Joan Carles Gallego.
Lentitud entre ERC y Junts
Esquerra y Junts también han mantenido varios encuentros pero unos y otros lamentan que la negociación esté yendo más lenta de lo que se esperaban. Los republicanos han explicado que esencialmente se ha hablado de la estrategia independentista y de cómo avanzar hacia la república. «Ellos no quieren hablar de más», han apuntado fuentes de ERC sobre los negociadores de JxCat. Los republicanos les han reclamado que enlas conversaciones se aborden todas las cuestiones sociales y nacionales «en paralelo».
Durante los encuentros con Junts, tanto la formación de Puigdemont como la de Junqueras exponen sus estratégias y buscan puntos de consenso. «No estamos tanto lejos como parece a veces», han subrayado los republicanos.
Por su parte, desde la formación que comanda Borràs mantienen que no hay ningún acuerdo cerrado con los republicanos, y que todavía no se han abordado nombres ni sillas de la Mesa ni de Gobierno. Insisten especialmente en que ERC no les ha ofrecido todavía la presidencia del Parlament. Hay que destacar que en el seno de Junts hay diferentes almas a la hora de afrontar la negociación con los de Pere Aragonès y, en parte, por eso cuesta avanzar. Así lo admiten fuentes conocedoras de los encuentros.
Por una parte, varios dirigentes de JxCat -la mayoría de los cuales forman parte del equipo negociador- apuestan por avanzar en las negociaciones con ERC, asentar las bases de toda la legislatura y formar un Gobierno independentista -con republicanos y CUP-, y obtener la presidencia del Parlament. Este sector prefiere situar Borràs como vicepresidenta de la Generalitat con una consejería-preferiblemente Economía o Empresa.
Pero enJunts también hay quien defiende una posición más enrocada: llevar las negociaciones al límite del calendario y forzar ERC a aceptar sus peticiones: presidencia del Parlament, pero también una estrategia común enMadrid, y abordar la unilateralidad una vez se constate el fracaso de la mesa de diálogo con el Estado.
Entre estas voces incluso hay quien contempla la posibilidad de dejar Esquerra sola en el Gobierno -o con comunes-, de manera que JxCat pasaría a hacer oposición. Entre este sector también se estudian los costes de una repetición electoral, donde calculan que ERC quedaría desgastada y Junts aspiraría a quedar como primera fuerza independentista.
Unilateralidad o diálogo
JxCat defiende que un acuerdo con ERC tiene que incluir las bases de una estabilidad para toda la legislatura, con la autodeterminación y la amnistía como pals de paller, junto con una estrategia conjunta en Madrid, y un plan de choque económico y social. El acuerdo en el Congreso es uno de los puntos que provoca más fricción con los republicanos -aunque JxCat sólo tiene 4 escaños.
Los de Borràs también son escépticos con la mesa de diálogo: exigen mecanismos de control para constatar la inviabilidad, a la vez que reclaman concreción en ERC sobre cuál será la hoja de ruta a seguir si la negociación con el Estado no avanza. Esaquí donde JxCat se une con la CUP para exigir a los republicanos que abran la puerta al ejercicio unilateral. A su vez, los republicanos hacen piñacon los anticapitalistas para que Junts asuman una visión más progresista y de izquierdas de las medidas sociales y económicas.
Tal como adelantó ACN, JxCat ha avisado a los republicanos de que la presidencia de la cámara les pertenece, y que, de lo contrario, cualquier pacto de legislatura nacería «cojo». La propia Borràs, además de la portavoz del Gobierno en funciones, Meritxell Budó, suenan como aspirantes al cargo. Juntos también quiere que el Consellper a la República tenga un papel «protagonista» dentro de la estrategia independentista, pero ERC recela.