Policial
Desarticulan una red internacional de proxenetas en Girona, hacen 19 detenciones y liberan a 18 mujeres
Marcaban a las mujeres con tatuajes para indicar que eran de su «propiedad»
La investigación llevada a término por un equipo conjunto de Mossos d'Esquadra y Policía Nacional determinó la presencia de una organización criminal de origen rumano asentada en la demarcación de Girona que pretendía, según un comunicado de los agentes catalanes, monopolizar el negocio de la prostitución de calle en las zonas del Alt Empordà y La Selva. Para conseguirlo, la policía asegura que hacían uso de la violencia y la intimidación contra otras mujeres y proxenetas de la zona con el objetivo de expulsarlos o bien para obtener un pago por poder seguir trabajando.
Las mujeres eran captadas por miembros de la organización e iniciaban una relación supuestamente sentimental con ellas. Posteriormente, y mediante coacciones y agresiones físicas, la policía asegura que las trasladaban al Estado español, el Reino Unido, Dinamarca y Alemania donde se las obligaba a ejercer la prostitución, tanto en clubs como en la vía pública. Las mujeres tenían que entregar la recaudación diaria a los líderes de la organización, que no dudaban a mostrarse a las redes sociales con gran ostentación y lujo.
Los proxenetas obligaban a las mujeres a trabajar de manera ininterrumpida con condiciones higiénicas que los Mossos califican de deplorables, incluso cuando en algún caso alguna había quedado embarazada, hecho que suponía un grave riesgo en plena crisis sanitaria. Algunas de estas mujeres eran, además, marcadas con tatuajes para que otras organizaciones parecidas supieran que eran de su «propiedad», y así quedaban ligadas de por vida y las inducían a la idea de que la única alternativa para subsistir era el ejercicio de la prostitución.
Según la nota de la policía, cuando la organización criminal advertía que la situación pandémica provocaba un descenso de clientes y beneficios en las zonas que controlaban en Girona, desplazaba a gran parte de sus miembros y de sus víctimas hasta Rumania y el Reino Unido y no volvían al Estado español hasta que las condiciones mejoraban.
La operación policial ha concluido con la entrada y cacheo de manera coordinada en dos domicilios de Figueres y a catorce más en Rumania, en las cuales han participado más de 180 agentes de ambos países. Entre los efectos encontrados en los cacheos realizados en Rumania hay fotografías de carácter pornográfico en las cuales aparece una de las víctimas liberadas, menor de edad, que también era obligada a prostituirse. Entre las ocho personas detenidas en Cataluña se encuentran los dos líderes de la organización, que han ingresado en la prisión provisional.