Argimon, sobre la pandemia: «Nos ha hecho ver que, desgraciadamente, la vida tiene un precio»
Reconoce el «elemento de soledad» ante decisiones «difíciles» en una conversación con Padrós que ahora publica un libro
El doctor Padrós elogia el liderazgo de Argimon al frente de la crisis del coronavirus: «Tus explicaciones no son sólo técnicas, y empatizas con los sectores que están resultando más afectados por las medidas restrictivas. Durante estos meses, alguien ha dicho de ti que tendrías que ser conseller, pero lo que está claro es que, sin ser ningún político, has hecho intervenciones propias de un presidente de la Generalitat. Y cuando tuviste que irte, por culpa de tu enfermedad por coronavirus, creaste un vacío de autoridad».
El secretario de SalutPública y el presidente del CoMB reflexionan en más de una ocasión sobre la comunicación de la pandemia y coinciden en la necesidad de tratar a la ciudadanía de forma adulta. Además, Argimon aboga por un debate científico permanente en los canales tradicionales especializados y no a través de las redes sociales y lamenta que en la crisis sanitaria ha habido «mucho mensaje simplista. «Cuando alguien aporta soluciones mágicas, rápidas y simples con mensajes breves y sencillos, inmediatamente, se lo compran (...). Si la gestión de la pandemia fuera tan simple de resolver, ¿por qué no se aplican estas soluciones mágicas?»
Alertan sobre el «riesgo «que corre el sistema sanitario público
El secretario de SalutPública alerta del riesgo de que el sistema público acabe siendo «únicamente para la gente con menos recursos» y dice que, eso, «a medio plazo, puede pasar por la franja de servicios intermedios», con referencia al hecho de que muchas personas recurren a la red privada por, por ejemplo, operaciones de varices o cadera. «El día que dejemos de atender a la clase media, el sistema sanitario estará muerto», advierte Argimon. «Dejará de ser un factor de cohesión», coincide Padrós.
Argimon sitúa el debate engarantizar una financiación «cien por cien público» del sistema sanitario y a «ofrecer una cobertura universal» mientras que, con respecto a la provisión de los servicios, defiende que «más que priorizar la titularidad», hay que analizar la calidad de los servicios. Los dos doctores también identifican como un problema importante del sistema sanitario la precariedad de los profesionales, que han estado «muy mal pagados y considerados», dice Argimon.
«La política catalana hace muchos años que 'españolea'»
Los dos doctores critican algunos aspectos de la política, como el hecho de que algunos que lo ejercen sólo hayan sido políticos: «Enla política española y catalana, empezamos a tener políticos que no han trabajado nunca fuera de la política», afirma Argimon. «No puede ser que una gran proporción de los gobernantes y políticos de nuestro país no haya trabajado nunca fuera de las estructuras de un partido político o de la administración pública», recalca Padrós.
El presidente del CoMB, que fue diputado en el Parlament por Convergència i Unió de 1989 a 1995, defiende la búsqueda de consensos en política y destaca los acuerdos de la Ley de Ordenación Sanitaria de Cataluña (LOSC), aprobada en 1990. «En este aspecto, la política catalana hace muchos años que españolea», sentencia Argimon, sobre la pérdida de «capacidad de entendimiento» y de «dialogar sin matices».
Los dos doctores critican el gobierno español por«centrifugar» las decisiones difíciles de la pandemia. Padrós, que ha pedido en varias ocasiones que el ejecutivo español ofreciera más ayudas, afirma sentirse «desconcertado» por el hecho de que el Gobierno se preste «a un desgaste tan grande antela población». «El gobierno español, en eso, yo creo que siempre, en general, es mucho más listo que todos nosotros», opina Argimon.
«Hay el riesgo de que nos hayamos vuelto demasiado dóciles»
Preguntados por como será el mundo después del coronavirus, Argimon se imagina un mundo «más desigual» y afirma que la sociedad tendrá que recuperar derechos y libertades y espíritu crítico: «Hay el riesgo de que nos hayamos vuelto demasiado dóciles». «Hará falta que el mundo sea más democrático de lo que era antes, cosa que dudo que acabe pasando», añade.