Política
El desacuerdo entre ERC y JxCat deja de nuevo a Aragonés sin presidencia
El independentismo negociará ahora contra reloj y con la sombra de unas segundas elecciones
Aragonès ha interpelado al líder de Junts, Carles Puigdemont, y lo ha avisado de que está dispuesto a «coordinar estrategias», pero «sin sustituciones ni tutelas». El vicepresidente con funciones de presidente de la Generalitat ha reconocido la tarea del «exilio», así como «el activo» del Consell per la República, pero ha dejado claro que el liderazgo se pilotará desde Palau.
Ya en el turno de réplica, Aragonès ha argumentado que no entiende la abstención de JxCat, y ha exigido «certezas» al partido de Puigdemont para no mantener «indefinido» el interinato del ejecutivo en funciones. El candidato de ERC ha insistido en que «no hay motivos suficientes» para no votar su investidura.
«Nadie impondrá tutelas»
Por su parte, JxCat ha reclamado «flexibilidad» a Aragonès. La portavoz en el Parlament, Gemma Geis, ha reafirmado la abstención del grupo porque no se ha podido llegar a «un buen acuerdo» para toda la legislatura. Geis ha dicho a los republicanos que JxCat ya ha cedido en temas como la mesa de diálogo, con la que son «escépticos», y ha avisado de que «las cesiones tienen que ser recíprocas». También ha garantizado que nadie impondrá tutelas.
La diputada de la CUP-G Eulàlia Reguant ha avisado a ERC y JxCat de que depende de ellos evitar una legislatura «de embate de la gente contra el Gobierno». Ha ofrecido «mano tendida» para los derechos y libertades, pero ha pedido evitar los «bailes de sillas».
En otro sentido, el líder del PSC en el Parlament, Salvador Illa, ha acusado Aragonés «de abocar al país a unas nuevas elecciones» durante el segundo debate, que se prevé también fallido. Illa ha reclamado a ERC y Junts que den «un paso al lado» y que «dejen de culpar los otros de sus fracasos».
Del 26 de mayo al 11 de julio
Según el artículo 4 de la ley de la Presidencia de la Generalitat y del Gobierno, y el artículo 67.3 del Estatuto de Autonomía, si dos meses después ningúncandidato o candidata no ha sido elegido, «la legislatura queda disuelta automáticamente y el presidente o presidenta de la Generalitat en funciones convoca elecciones de manera inmediata, que tienen que tener lugar entre cuarenta y sesenta días después de la convocatoria».
Como Cataluña no tiene ley electoral propia, el plazo lo marca la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG). La norma determina, de acuerdo con la modificación del 2019, que la repetición electoral tiene que tener lugar 47 días después -y no 54- de su convocatoria.
A la práctica, el calendario se activó el viernes 26 de marzo, en la primera votación de la investidura de Aragonès. Por lo tanto, si el 26 de mayo -dos meses después- no ha habido investidura efectiva, la XIII legislatura se habrá acabado, se disolverá el Parlamenty se convocarán elecciones.
Como la ley de la Presidencia y el Estatuto hablan de convocatoria electoral «inmediata» pero no automática, hay cierto margen para hacer coincidir la nueva fecha con un domingo, según confirman fuentes parlamentarias.
Casualmente, la persona que ahora mismo tiene las funciones de presidente es el propio Aragonés, como vicepresidente de la Generalitat con estas tareas desde la inhabilitación de Quim Torra. Si Aragonés convocara las elecciones el mismo 26 de mayo, las urnas se pondrían el domingo 11 de julio.