Protestas pro Hasel
La joven que perdió un ojo en las protestas pro Hasel se querella contra el mosso que habría disparado
La víctima y la entidad Irídia también denuncian el mando del equipo del mosso presuntamente responsable del tiro
La joven que perdió un ojo en las protestas contra el encarcelamiento de Pablo Hasel en Barcelona el 16 de febrero y el centro Irídia se han querellado contra el agente que presuntamente disparó el proyectil de foam. También se querellan contra el mando responsable del equipo de este mosso.
Los querellantes consideran que el agente se encontraba el 16 de febrero en el cruce de las calles Bosch con Via Augusta y que fue el responsable del tiro, mientras que el mando se encontraba también en el lugar y «autorizó, ordenó o en su caso no impedió ni supervisó diligentemente el uso de los proyectiles de foam que se estaba llevando a cabo de forma antirreglamentaria y contraria al más elemental sentido común».
Añade que se estaba disparando a la parte superior del tronco «poniendo en grave riesgo la integridad física de las personas que allá se encontraban» y lesionando a la joven. Además, las dos partes se reservan a ampliar la querella a otras personas que, a la vista de la instrucción, se desprenda que colaboraron y participaron de cualquier otra manera en los hechos.
En la querella particular, relatan que el 16 de febrero alrededor de las 20.20 horas la chica se encontraba en la manifestación pero «alejada» del grueso de la misma. Añaden que «se encontraba de pie» cuando recibió el impacto de un proyectil defoamen el ojo derecho. Aseguran que gracias a imágenes y videos han podido constatar que en aquel punto se produjeron dos tiros de escopetas defoamy que así ha sido corroborado por los periodistas y testigos del lugar.
Las partes defienden que las lanzadoras defoamson armas de «extrema precisión», a diferencia otros proyectiles, y que no rebotan. Argumentan que por el alcance de las lesiones y la distancia del presunto lanzador «se sospecha que la bala utilizada fue del máximo calibre y por tanto utilizada también en este extremo, de forma antirreglamentaria».
Irídiaañade en su escrito que el agente, en uso de la mira holográfica, «disparó a la cara una arma y un proyectil altamente lesivo, siendo consciente que produciría unas lesiones graves o muy graves, aceptando la posibilidad de mutilar un órgano principal». La entidad aporta una serie de imágenes y videos que argumentan esta afirmación y concluye que solo pueden haber sido dos los agentes que dispararon.
Por otro lado, apuntan que los agentes tienen que recibir una «orden exprés» con una directriz cerrada para disparar un tiro y solo se puede hacer sin esta orden cuando hay un riesgo por la integridad física de los agentes. Los querellantes apuntan que no se daban estas circunstancias y aseguran que la chica se encontraba a unos 20 metros y de pie, lejos del cordón policial.
Por todo esto, consideran que se ha producido un delito de lesiones con la agravante de prevalencia de carácter público atendida la pérdida del ojo. Afirman que la responsabilidad tanto del escopetero como de los mandos –que por ahora no han podido ser identificados- es «clara».Irídiatambién considera que se ha cometido un delito contra la integridad moral.
La abogada deIrídia,AnaïsFranqueza, ha afirmado que han llegado a la conclusión que «solo pueden ser dos» los agentes responsables y esperan que durante la investigación se esclarezcan los hechos. Ha añadido que son unos hechos «muy graves» y ha considerado «incomprensible» que continúe sin ser público el protocolo sobre el uso de balas defoam, que el conseller de Interior en funciones, MiquelSàmper, dijo que se publicaría.
El abogado de la víctima, Xavi Muñoz, ha confiado que se abre el procedimiento judicial para determinar el alcance de las lesiones, la causa y si hay y cuál es la responsabilidad criminal de los hechos.