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Salud

Operan por primera vez en el Estado a una mujer con complicación de placenta accreta

El Vall d'Hebrón la ha intervenido ya que se trata de una de las patologías más graves en el parto por el riesgo de hemorragia severa

Momento de la operación de una mujer con complicación de placenta accreta en un quirófano híbrido.

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Vall d'Hebron ha hecho la primera operación en el estado español de una paciente con placenta accreta en un quirófano híbrido. La placenta accreta es una de las complicaciones más graves en el parto por el alto riesgo de hemorragia severa, que puede poner en peligro la vida de la mujer. Esta afectación se produce cuando la placenta invade la pared del útero y después del parto no se desprende de forma espontánea. Muchas veces la placenta accreta no se diagnostica hasta el momento del parto y cuando el médico intenta extraerla manualmente, se pueden producir lesiones y sangrados importantes. El quirófano híbrido, una sala que combina el espacio quirúrgico con sistemas de imagen radiodiagnóstica, supone un gran beneficio para la seguridad y salud de la madre.

Vall d'Hebron puso en marcha en 2014 la Unidad Multidisciplinar de Placenta Accreta (UMPA), pionera en el Estado, y que ha conseguido reducir drásticamente las complicaciones asociadas a esta patología, que afecta a una de cada 530 mujeres embarazadas.

Esta unidad especializada ha llevado a cabo por primera vez en el estado español una operación de placenta accreta en quirófano híbrido, que permite hacer el embolización -si se requiere- para controlar el sangrado en la misma sala donde se opera.

«La cirugía de la placenta accreta no siempre puede controlar el sangrado ya sea por su volumen o por las áreas donde se produce. El hecho de poder tener en un mismo espacio la posibilidad del embolización supone un beneficio muy grande en términos de seguridad y salud de la paciente», explica el doctor Manel Casellas, jefe de la Unidad Multidisciplinar de Placenta Accreta y médico del Servicio de Obstetricia de Vall d'Hebron.

La cirugía de la placenta accreta es compleja porqueel riesgo hemorrágico esalto. La cantidad de sangre que pasa por el útero a término es en torno a 700 ml/min. El doctor Casellas destaca que el beneficio de operar en quirófano híbrido es «doble». Por una parte, permite recurrir in situ a la embolización y, de la otra, sólo se hacen procedimientos invasivos de radiología intervencionista si hacen falta. «Hasta ahora se colocaban profilácticamente catéteres en las arterias ilíacas internas por si se producía sangrado durante la operación. Estos procedimientos, a pesar de ser seguros, no están exentos de riesgos», indica.

El quirófano híbrido es una sala de cirugía que cuenta con la tecnología de imagen radiodiagnóstica -una plataforma de terapia guiada por imagen- que permite identificar in situ el vaso que está sangrando. Esta tecnología genera de forma inmediata una imagen de alta precisión y resolución para detectar el vaso que sangra. Así, no hay que trasladar a la paciente a otra sala. Una vez identificado el vaso que sangra, se introduce el producto necesario para detener la hemorragia.

La unidad diagnostica el 96% de los casos

La Unidad Multidisciplinar de Placenta Accreta ha atendido desde su creación a alrededor de 40 pacientes y ha conseguido reducir la morbimortalidad materna y fetal. Así, han disminuido los datos de hemorragias mayores, la necesidad de transfusiones, las lesiones quirúrgicas, las reintervenciones, los ingresos maternos en la UCI y la mortalidad materna.

Aunque cada vez son menos, algunas de las mujeres que sufren placenta accreta no se diagnostican hasta el momento del parto, cuando la placenta no se desprende espontáneamente y se intenta la extracción manual, que puede causar lesiones y sangrados importantes. Desde la creación de la unidad, el porcentaje de pacientes con placenta accreta que se detectan con suficiente antelación antes del parto ha pasado del 56% al 96%.

Para reducir las complicaciones que puede causar la placenta accreta, los profesionales de esta unidad programan el parto (en torno a la semana 36). El objetivo de programar el parto es evitar un inicio espontáneo, que puede conducir a complicaciones fundamentalmente hemorrágicas.

Uno de los retos de la unidad es trabajar para mejorar los procedimientos diagnósticos de esta patología. Por eso, ecografistas especializados estudian a las pacientes con antecedentes de cesárea y placenta accreta previa. Este grupo de gestantes es el de máximo riesgo para desarrollar la patología. La resonancia magnética funcional es de gran ayuda para evaluar la extensión y grado de invasión de la placenta.

El principal factor de riesgo para que una mujer pueda sufrir placenta accreta es haber sido sometida a una o varias cesáreas. Otros factores de riesgo pueden ser cirugías previas del útero; radiación en el útero; la edad avanzada; la fecundación in vitro o el tabaquismo.

La Unidad Multidisciplinar de Placenta Accreta está constituida por un equipo multidisciplinar formado por personal de obstetricia, cirugía oncológica ginecológica, radiología intervencionista, anestesiología, urología, neonatología, especialistas en resonancia magnética nuclear fetoplacentaria y enfermeras.

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