Los disc-jockeys exigen una normativa «clara» para reanudar la actividad
El sector se siente discriminado y advierte de meses consecutivos de facturación negativa
Los dos disc-jockeys han asegurado que el sector está «muy tocado» y tienen facturación negativa, ya que tienen que invertir en publicidad, marketing, diseño y mantener los estudios. «La gente no es consciente del trabajo que hay detrás de un disc-jockey», ha recalcado Neve. En este sentido, han asegurado que todo también afecta a técnicos de sonido, productores o transportistas, entre otros. Además, la mayoría son autónomos y han avisado de que no les han «perdonado» las cuotas.
Poca actividad a escala internacional
Además, han asegurado que algunos de ellos también dependían de las contrataciones que tenían fuera del estado. Derivado de las restricciones por la pandemia y la necesidad de hacer cuarentena se «multiplican» los costes de la contratación, que en muchos casos tiene que asumir el empresario. Al respecto, Neve ha explicado que la última experiencia que ha tenido fue en octubre en la ciudad del Cairo.
Vacunación y test de antígenos
Los disc-jockeys han adelantado que muchos empresarios del sector del ocio, si los dejaran, permitirían utilizar sus locales como puntos de vacunación. Dado que lo ven «muy complicado», han asegurado que pedirán poder hacer pruebas de antígenos en la entrada de los recintos, independientemente del nivel de aforo que se les permita. El coste, según han dicho, lo asumiría el empresario.
Mirada puesta en el verano
Con respecto a las perspectivas de futuro, el sector tiene las esperanzas depositadas en la temporada de verano, cuando aseguran que «empezará a verse la luz». De hecho, vista la «temporalidad» de su trabajo, adelantan que, en caso de que no puedan reanudar la actividad durante estos meses, eso les afectaría «negativamente». «Personalmente si para Fin de Año no hay claridad, tendré que buscar alternativas», ha afirmado Neve.
Iniciativas para divulgar la profesión
Después de todo, aseguran que hay «intoxicación» hacia la figura del disc-jockey y por este motivo desde la irrupción de la pandemia el colectivo se ha agrupado bajo la Asociación Española de Disc-Jockeys y Productores (AEDYP). La entidad quiere «defender los derechos y dignificar la imagen» del sector. En la misma línea, el disc-jockey Jordi Carreras ha publicado su tercer libro, Deejay (Elliptic Media), para «divulgar» el oficio, desde las cuestiones más básicas hasta las más técnicas.