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Las mujeres son sólo el 10% de los maquinistas en Rodalies, pero cada año crece el interés femenino por la profesión

¿«Cómo quieres que sea maquinista»?, dijo una conductora que ahora admite estar «encantada»

Imagen de un tren de Rodalies desde la cabina de otro convoy de l'R2,

Las mujeres son sólo el 10% de los maquinistas en Rodalies, pero cada año crece el interés femenino por la profesiónACN

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El número de mujeres maquinistas en Rodalies ha seguido una tendencia al alza en los últimos años, aunque sólo representan uno de cada diez de los 748 trabajadores que forman la plantilla de conductores. Si en el 2018 suponían el 6,4% del total, en el 2019 eran el 8,6% y el año pasado el 10%. Una de las últimas incorporaciones es Laia Bachero, de 27 años, reciente titulada y que dejó el trabajo en el ámbito de los recursos humanos para ser maquinista. Por su parte, la alumna Silvia Llano, de 35 años, cambió un trabajo de responsabilidad a una empresa del grupo Inditex en Valladolid para formarse en la escuela que Renfe tiene en l'Hospitalet de Llobregat. ¿«Cómo quieres que sea maquinista»?, exclamó la primera vez que un conocido le propuso.
Según explica el coordinador de la Escuela Técnica Profesional de Conducción y Operaciones de l'Hospitalet de Llobregat, Francesc Xavier Ruiz, para llegar a conducir un tren hace falta seguir un curso de un año académico –unos seis meses de teoría y unos tres meses y medio de prácticas- y aprobar el examen de la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria, que depende del Ministerio de Transportes.

En caso de éxito, el aspirante ya tiene la licencia de maquinista, aunque todavía no podrá conducir trenes de Cercanías. Después, es necesario tener un certificado complementario: hay que ser contratado por una empresa ferroviaria –en este caso Renfe- y seguir un curso paracada línea donde trabajará y para cada uno de los modelos de tren de Cercanías, que en Cataluña son el 447, 450 y 465.

Los maquinistas con años de experiencia en la empresa también tienen que pasar cada dos años un curso de reciclaje o si cambian de vehículo sacarse un carné específico para llevarlo. De hecho, este proceso hará falta repetirlo con toda la plantilla cuando de aquí pocos años se incorporen los nuevos modelos de tren que Renfe justo adjudicó hace unas semanas (muchos de ellos serán fabricados en la planta de Alstom en Santa Perpètua de la Mogoda).

«Eso no es como el coche, cada tren necesita su carné específico», añade el jefede maquinistas y formador de la jefatura de conducción de Rodalies de Cataluña, Daniel Fernández, desde el centro de l'Hospitalet. Es uno de los profesores de la escuela de maquinistas y atiende la ACN después de supervisar un ejercicio de su alumna a Silvia Llano en un simulador. En este aparato, se reflejan el que los responsables de la escuela denominan «situaciones degradadas», es decir, incidencias en los sistemas de seguridad, en las comunicaciones entre estaciones o inclemencias meteorológicas, entre otros.

Llano, natural de Vitoria pero que hasta hace unos meses trabajaba en Valladolid en una empresa del grupo Inditex, ya hacía tiempo que anhelaba un cambio de trabajo. Mientras se debatía si reanudaba los estudios o cambiaba de sector, un amigo de la familia le sugirió que estudiara para ser maquinista. ¡«Dije que no! ¿Cómo quieres que sea maquinista»?, le respondió entonces. Días después, conoció otro conductor de Renfe en activo que también le propuso esta posibilidad y fue cuando se empezó a informar de verdad «sin saber hasta qué punto me gustaría», según relata a la ACN.

Llano, de 35 años, explica como de golpe se encontró estudiando mecánica y reglamentación, materias que eran un «mundo totalmente desconocido» para ella. «Es duro, tienes que estudiar y tomártelo muy seriamente porque el curso es complicado», advierte. Fue a las prácticas cuando se llevó «una sorpresa muy grande». «M'encantava, iba cada día súper feliz», recuerda la futura maquinista, que ya tiene licencia y actualmente se encuentra estudiando el carné para hacerse cargo de los diferentes vehículos de Rodalies en el centro de l'Hospitalet.

Quien ya se encuentra plenamente activo desde hace pocas semanas es Laia Barchero, de 27 años y que dejó su trabajo en el ámbito de los recursos humanos para ser maquinista. Atiende a la ACN entre Sants y Castelldefels, al mando de un tren de Cercanías del R2 sur. Durante esta jornada, le tocará cubrir dos veces el trayecto de ida y vuelta entre Barcelona y Vilanova i la Geltrú mientras que otros días opera en otras líneas, como en el R3. Tanto ella como Llano destacan la estabilidad laboral y las buenas condiciones a nivel de horarios y la buena planificación anual en comparación con sus trabajos anteriores.

En cada curso académico, la escuela de maquinistas de l'Hospitalet aporta una media de 45 nuevos conductores a Renfe, que poco a poco ayudan a rejuvenecer una plantilla que en los últimos meses se vio disminuida por la pandemia. La jubilación de algunos de sus miembros no se vio equilibrada por la entrada de nuevos maquinistas, ya que la formación se tuvo que interrumpir. Eso provocó que la plantilla denunciara la falta de efectivos a principios de año y que se tradujera en una huelga de celo –según la empresa- por parte de los maquinistas, que alertaban sobre la falta de mantenimiento de las unidades y el aumento del vandalismo.

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