Salud
Vall d'Hebron duplica los trasplantes pediátricos de hígado gracias a una técnica que divide el órgano en dos
Por primera vez en 36 años la lista de espera llega a cero y, además, ha pasado en tres ocasiones
La lista de niños que esperan un trasplante de hígado se ha quedado a cero en tres ocasiones, en menos de 90 días, durante las primeras semanas del 2021. El jefe del Servicio de Cirurgia Hepatobiliopancreàtica y Trasplantes de Vall d'Hebron, el doctor Ramón Charco, preciso que «eso no quiere decir que no haya candidatos, sino que hemos podido intervenir a todos los pacientes que teníamos a nuestra lista de espera del Programa de trasplante hepático infantil, único en Cataluña y uno de los cinco vigentes en el Estado». El Hospital UniversitariVall d'Hebron es el único de Cataluña que hace trasplantes pediátricos de hígado y es un centro de referencia a nivel estatal.
Durante el periodo que va de julio del 2018 en marzo del 2021, se trasplantaron una media de 20 pacientes cada año. Eso ha tenido una repercusión en la lista de espera, que se ha reducido de 119 días a 36 días por término medio y en momentos puntuales ha llegado a cero. Siempre hay pacientes que por peso o por grupo sanguíneo son más difíciles de trasplantar. Ahora ya volvemos a tener tres candidatos», recalca el doctor Charco. «Si seguimos el ritmo de intervenciones con lo que hemos empezado en 2021, a finales de año podríamos llegar a hacer 24 trasplantes», añade.
Charco resalta que la media del tiempo a la lista se ha reducido a ocho días y eso es mucho importando tanto para las familias, ya que afrontar un trasplante genera estrés, como para los niños, que mientras esperan pueden sufrir complicaciones de salud.
El trasplante 'split', del inglés 'partición', recuerda al responsable de la Unidad de Hepatología y Trasplante Hepático Pediátrico, el doctor Jesús Quintero, es un procedimiento complejo. El hígado se puede dividir en dos partes, por ejemplo, el lóbulo izquierdo y el lóbulo derecho, y cada una de las partes puede funcionar independientemente para un trasplante, pero las venas y arterias «se tienen que repartir entre las dos mitades y funcionar a la perfección», señala el doctor Ernest Hidalgo, jefe de Sección de Cirurgia Hepatobiliopancreàtica y Trasplantes.
La figura del doctor Hidalgo tiene un papel destacado en la implementación del nuevo protocolo de 'split' en Vall d'Hebron y en el estado español, ya que desarrolló parte de la carrera en Gran Bretaña, donde esta técnica estaba más extendida. Al reincorporarse al hospital catalán ayudó a desplegar el nuevo protocolo de 'split', que se utiliza como en lo referente al Estado, para agilizar los trasplantes pediátricos.
Otros factores que han contribuido a agilizar los trasplantes son la nueva regulación estatal para los donantes de hígado, que desde el 2018 ofrece a un paciente pediátrico el hígado de un donante menor de 35 años. El trasplante 'split' se ha potenciado gracias al acuerdo de la Comisión Asesora de Trasplante Hepático del OCATT (Organización Catalana de Trasplantes). También ha contribuido la propia experiencia del hospital, que hizo el primer trasplante de hígado a un niño en 1985. La tasa de supervivencia de trasplante hepático pediátrico es de más de un 90% entre cinco y seis años después del trasplante.
El porcentaje de donantes reducidos o 'splits' ha pasado de representar un 14% al 63%. Eso se traduce en el hecho de que la necesidad de trasplantes con donante vivo (padre o madre) ha disminuido significativamente. Ha pasado de un 38% a un 8%.
Trasplante para «regalar vida» a Martina, con una enfermedad minoritaria
Martina, de 15 meses, es una de las niñas trasplantadas de hígado en el 2021, el 26 de enero. A esta niña que tres meses y medio después de la operación se mueve contenta por fuera de las consultas pediátricas externas de Vall d'Hebron, le diagnosticaron una enfermedad minoritaria al nacer, gracias a la prueba del talón. Es la enfermedad de orina con olor de jarabe de arce o leucinosi, que hace que el cuerpo no metabolice los aminoácidos ramificados de las proteínas y, cuando se acumulan, pueden ser neurotóxicos.
En otoño, los médicos plantearon a los padres la posibilidad de paliar los efectos de la enfermedad con un trasplante de hígado. «De seguía tuvimos claro que nos lanzábamos de cabeza para dar calidad de vida a Martina. Y como padres, estamos más aliviados. Ahora disfruta comiendo; del pescado, de la carne; la proteína, no la conocía. Está feliz», explica el padre, Pep Llauradó Dolcet. «Antes las comidas eran más bien una tortura. Ahora disfrutamos; todos en la mesa, con el hermano, el Nilo,» afirma la madre, Marta Sánchez Torrens, que recalca: «Sólo hay que verla. Es pura vida».
Los padres agradecen a los donantes la generosidad. «Sin ellos no estaríamos aquí. Se lo quiero agradecer. Y animar a todo el mundo a hacerse donante. Es una manera bonita, dentro del proceso de duelo, de regalar vida», dice la madre, que destaca que, con el trasplante 'split', recibieron el hígado Martina y otra persona. «No sabes de quien viene y, como no puedes agradecerle, escribimos a través de las redes un texto diciendo que allí donde esté, 'gracias'», expresa el padre.
Retrasplante con la técnica 'split'
El trasplante que dejó la lista de espera a cero por segunda vez fue especialmente complejo. «Se movilizaron 40 profesionales un domingo de casa en el hospital. Eso no funciona sólo con capacidad técnica y pericia, se necesita un equipo comprometido y que tenga buena sintonía», destaca al doctor Hidalgo. Se tenían que hacer tres intervenciones: extraer el órgano del donante, dividir el hígado con la técnica de 'split' y proceder a hacer el trasplante a dos receptores: un paciente de menos de un año y un adolescente.
Los dos casos tenían su complejidad. El primero porque el paciente era muy pequeño y la intervención requiere mucha precisión. Y el segundo porque se trataba de un retrasplante. Es la primera vez que en Cataluña se hace un retrasplante con la técnica de 'split' a un paciente pediátrico que ya había recibido un hígado con el mismo procedimiento.