Policial
Casi se dobla el número de catalanes que asegura haber sido víctima de una estafa o fraude
El porcentaje de la ciudadanía que asegura haber sufrido algún delito crece 1,8 puntos y llega al 27,6% de la población
La encuesta realizada por el Govern también muestra cómo cae la victimización en la mayoría de delitos. El 6,9% de los catalanes apunta haber sufrido algún tipo de hurto o robo de sus pertenencias, dos puntos por debajo de las cifras del 2017. Los delitos vinculados a vehículos también habrían afectado a menos gente. En concreto, el 5,8% de la población los habría sufrido, un 1,3% menos que tres años atrás. Igualmente se reducen ligeramente los catalanes que dicen haber sido víctimas de algún tipo de agresión (3,9%) y se mantiene estable el porcentaje de la población a quién le han entrado al domicilio (2,7%) o a una segunda residencia (1%).
Las estafas, el menos denunciado
Una de las particularidades de esta encuesta es que la misma tipología delictiva que se dispara entre los catalanes es, al mismo tiempo, la que menos se denuncia. Así, sólo el 16,8% de las víctimas de estafas, fraudes y engaños habrían puesto los hechos en conocimiento de la policía. Eso supone que cinco de cada seis hechos en torno a las estafas quedan sin denunciar.
La estadística se cambia con los delitos vinculados a segundas residencias. En este ámbito, más de la mitad de las víctimas denuncian: el 52,1%, 3 puntos porcentuales más que en el anterior encuesta. De cerca, los siguen los robos en domicilios, que se sitúan con una tasa de denuncia del 46%. Con respecto a los hurtos sobre las personas y los delitos sobre los vehículos, los encuestados aseguran llevarlo a comisaría en uno de cada tres casos. Las agresiones, en cambio, son el ámbito menos denunciado. Tres de cada cuatro hechos no llegan a la policía.
Las agresiones y los hurtos, en los más jóvenes
La encuesta, realizada en 7.900 personas, permite ver también cómo algunos delitos, como las agresiones contra las personas o los hurtos, se centran especialmente en las franjas de edad más jóvenes. Con respecto a los delitos que afectan directamente a las personas en el ámbito físico o psicológico, el 29,6% de los afectados tenían entre 16 y 25 años y el 36,8%, entre 26 y 40 años. Entre los ciudadanos que expresan haber sufrido algún tipo de robo de sus pertenencias por parte de un carterista, uno de cada tres agravados tenía entre 16 y 25 años.
Por el contrario, en los robos en domicilios y casas de veraneo la situación es ala inversa. Son las personas de 40 años en arriba las que agobian el grueso de la victimización. En el caso de las primeras residencias se ve muy claro. Casi la mitad (44,3%) de los catalanes que dicen haber sufrido un delito en casa suya tenían entre 41 y 64 años.