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Salud

Salut ampliará el programa de uso prudente de antibióticos en los hospitales sociosanitarios e intermedios

El proyecto quiere reducir la automedicación y la sobreprescripción para reducir las infecciones resistentes

Una imagen de antibióticos.

El mal uso de los antibióticos provoca a 3.000 muertos|muertes en|a el año en España para|por bacterias resistentesGetty Images

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El Programa VINCat PROA catalán sobre el uso prudente de antibióticos se ampliará en los centros sociosanitarios y hospitales de atención intermedia a partir del 2022. Actualmente el proyecto ya trabaja para optimizar el uso de los antibióticos en los hospitales y en las líneas pediátricas y comunitarias, sin embargo, a partir del año que viene también tratará de intervenir en estos otros centros, destinados a la atención de enfermedades crónicas degenerativas, neurológicas o con fase de convalecencia, donde se estima que hay un número importante de infecciones resistentes. Los datos recogidos a lo largo de los años por el VINCat, el programa de vigilancia de las infecciones, permite iniciar de forma más ágil los programas de optimización (PROA) en este ámbito.
«Ampliar el proyecto hacia un programa global es fundamental. Es la línea a seguir para establecer un modelo organizativo de todo el sistema sanitario que trabaje para optimizar el uso de los antimicróbicos de manera unificada», apunta Miquel Pujol, responsable del programa VINCat. Con estas premisas, el año 2020 se arrancó el programa VINCat a PROA comunitario como resultado de la colaboración entre la Gerencia del Medicamento del Servei Catalàde la Salut, la Gerencia de Procesos Integrados del Servei Català de la Salut y el VINCat.

Con respecto al 2019, el consumo antibiótico a la atención primaria ha disminuido y el consumo se da, mayoritariamente, en personas mayores de 75 años, seguido del grupo de edad de 45 a 75 años. Los informes establecen que, por lo que hace las penicilinas, el amoxilina-ácido clavulanico es la más recetada, y concluyen que es una tendencia que hay que corregir, ya que este antibiótico concreto no se considera de primera elección. El personal experto visita al enfermo y evalúa el tratamiento. De esta manera concretan como se tiene que proceder, si reduciendo la duración del tratamiento o manteniéndolo, por ejemplo.

El otro programa que arrancado fue el VINCat PROA pediátrico, en el 2019. «Hay que tener en cuenta que son fármacos que se prescriben prácticamente en todas las especialidades y ámbitos sanitarios. Las consecuencias de su uso se extienden a toda la población», explica Caridad Pontes, gerente del Medicamento de Servei Català de la Salut. Según los resultados, el porcentaje de sensibilidad, es decir, la eficacia del antibiótico respecto de la infección concreta, de los principales agentes patógenos comunitarios pediátricos a los tratamientos antibióticos de elección es alto. Con respecto a la monitorización de la sensibilidad antibiótica hospitalaria pediátrica, ha empezado en el 2021 y se estima que los primeros resultados se tendrán a lo largo del 2022.

Actualmente, las penicilinas son el grupo de antibióticos más consumidos en Cataluña, seguido de las cefalosporinas. Son los fármacos para tratar las infecciones más frecuentes, como las respiratorias. El uso no es el problema, pero tomar sin prescripción ni pauta (automedicándose) sí. Los datos del VINCat también reflejan que, en los hospitales de más complejidad, los antibióticos llamados de amplio espectro -los que destruyen o afectan a muchas clases de bacterias en el mismo momento- son los que más se consumen.

Hasta el día de hoy, el Programa VINCat PROA Catalán está formado por una red de un millar de profesionales. Un trabajo de colaboración entre personal de diferentes ámbitos que, según detalla el gerente de Procesos Integrados del Servei Català de la Salut, Assumpta Ricart, «se vuelve fundamental para adecuar los tratamientos y establecer el mejor uso».

La resistencia en los antibióticos es una amenaza global que hace años que tiene una incidencia directa para la salud pública. El desarrollo de resistencias provoca que las infecciones sean más graves, potenciando la transmisión a otras personas e inhabilitando los afectos de los fármacos. Disminuir el consumo y evitar la utilización innecesaria ocurre fundamental para reducir y revertir el problema. Se estima que la resistencia en los antimicróbicos provoca la muerte de unas 25.000 personas el año a la Unión Europa y cerca de 700.000 por todo el mundo.

Sin embargo, si el fenómeno no se detiene, se calcula que en el 2050 habrá una cifra anual de mortalidad que llegará además de 390.000 muertes en la Unión Europea y 10 millones a escala mundial, datos superiores a la mortalidad del cáncer. Por otra parte, el incremento de la mortalidad y las enfermedades prolongadas supone un coste económico adicional de 1.500 millones de euros anuales en pérdidas de productividad y coste extra en salud.

Con el fin de alcanzar sus objetivos, el programa VINCat PROA Catalán ha creado indicadores para monitorizar el consumo y, de esta manera, determinar si se está haciendo el uso adecuado. Al mismo tiempo, busca encontrar la adecuación pertinente de los tratamientos y establecer la sensibilidad de los antibióticos.

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