Salud
Siete de cada diez enfermeras han sido agredidas durante la pandemia
El sindicato SATSE sitúa la violencia contra los sanitarios como un «grave problema» y pide abordarlo «con urgencia»
Siete de cada diez enfermeras han sufrido una agresión física o verbal por parte de pacientes o familiares durante la pandemia de la covid-19 y ocho de cada diez considera que en los últimos dos años ha empeorado el ambiente laboral y la relación con los usuarios. Así lo recoge la encuesta del sindicato de enfermería SATSE para acercarse a la realidad de la violencia física, como empujones o golpes, y verbal, como amenazas, insultos o vejaciones, que sufren los profesionales en los centros sanitarios. Ante los resultados, avanzados este miércoles, SATSE afirma que las agresiones afectan a «una gran mayoría» de las enfermeras y que, a pesar del reconocimiento social de la profesión al inicio de la pandemia, son «un grave problema que hace falta abordar y resolver con urgencia».
En unas declaraciones recogidas en un comunicado, desde SATSE recalcan que la cifra de siete de cada diez enfermeras agredidas es «muy preocupante» y advierten que esta violencia es «uno de los principales riesgos para la salud física, psicológica y emocional a la hora de desarrollar su tarea».
El 77% de los encuestados se muestra convencido que el ambiente laboral y la relación con los pacientes ha empeorado en los últimos tiempos, marcados por la «fuerte sobrecarga y presión asistencial, así como el claro déficit de plantillas enfermeras», alerta al sindicato.
El 98% de las enfermeras consultadas reclaman una ley estatal para actuar contra las agresiones a los profesionales sanitarios de manera coordinada y eficaz.
SATSE había trasladado antes de la pandemia a partidos políticos y administraciones una propuesta concreta con más de 50 medidas y acciones en todos los ámbitos y niveles para luchar contra esta violencia que afecta especialmente a las enfermeras. En este sentido, el sindicato remarca que prefiere un marco común que que cada administración haga sus protocolos.
Por su parte, el conseller de Salut, Josep Maria Argimon, anunció hace unas semanas que crearían un observatorio de violencia contra profesionales sanitarios, pero hoy por hoy no han trascendido muchos más detalles. El Col·legi Oficial d'Infermeres de Lleida (COILL) informó hace unos días de que había abierto un registro para notificar las agresiones.