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Economía

La inflación hunde el poder adquisitivo de los hogares y los sindicatos exigen «responsabilidad» a las grandes empresas

La CEOE sigue defendiendo la contención de los salarios para evitar que se entre «en una espiral inflacionista»

Trabajadores de T-Systems en una de sus sedes en Reus.

La inflación hunde el poder adquisitivo de los hogares y los sindicatos exigen «responsabilidad» a las grandes empresasACN

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El poder adquisitivo de los hogares catalanes no consigue alzar el vuelo. Ya tocadas por la crisis de la covid-19, ahora los datos de inflación récord –los precios en el país crecieron un 9,5% en marzo- han dejado el poder de compra de las familias muy por debajo de las cifras del 2019. Los sindicatos insisten en que hace falta un «pacto de rentas» y exigen a las grandes empresas «un ejercicio de responsabilidad», después de que este 2021 se hayan vuelto a repartir grandes dividendos. Por su parte, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) sigue defendiendo la contención salarial para que no se entre «en una espiral inflacionista», mientras que las pymes reclaman de forma urgente una intervención en los precios energéticos para evitar cierres.

La postura de los sindicatos es clara, y pasa por defender la capacidad de compra de los trabajadores. Si bien reconocen que un incremento de los salarios próximo al 10% -coincidiendo con los últimos datos del IPC- distorsionaría la economía, piden que el aumento de los sueldos permita hacer frente a la subida del IPC subyacente, que es el indicador que no tiene en cuenta la evolución de los precios energéticos y de los alimentos no elaborados. Esta tasa, mucho menos volátil que el IPC, se situó en el 3,4% en marzo, muy por encima del objetivo del 2% que busca el Banco Central Europeo (BCE).

Aparte de incrementar los salarios en línea con «la inflación real», los sindicatos están dispuestos a aceptar que el poder adquisitivo perdido desde el estallido de la pandemia se redistribuya a lo largo de los próximos tres años, evitando así unos incrementos repentinos que serían difíciles de afrontar paravarias empresas. «Creemos que es un ejercicio de responsabilidad, pero que de momento no encuentra una respuesta positiva por parte de los empresarios», lamenta el secretario de trabajo y economía de Comisiones Obreras (CCOO) en Cataluña, Ricard Bellera, en declaraciones a la ACN.

Las medidas para asegurar el poder adquisitivo, sin embargo, no sólo hurien de incidir en los sueldos de los trabajadores, según los sindicatos. «A menudo pasa de que, cuando las empresas tienen pérdidas, estas las asumamos los ciudadanos; cuando tienen beneficios, en cambio, estos no llegan a la ciudadanía», comenta la secretaria de política sindical de la Unión General de Trabajadores (UGT) en Cataluña, Núria Gilgado.

Paraesta representante sindical, es necesario buscar «un punto de equilibrio» para no perjudicar únicamente a los trabajadores, «que son los que más están pagando esta crisis». «Al final una empresa puede repercutir el encarecimiento de los bienes en el precio del producto, pero los ciudadanos no disponen de esta herramienta», observación. En este sentido, considera «esencial» que cada convenio incluya una cláusula de revisión salarial que dote de más flexibilidad los salarios en episodios de inestabilidad como el actual. Según los datos de la UGT, esta cláusula se encuentra tan sólo en el 16% de los convenios colectivos del Estado.

Como detrás mide, los sindicatos también exigen una limitación en los beneficios de las grandes empresas y en el reparto de dividendos en plena escalada de precios. «Recordamos que las eléctricas registraron beneficios astronómicos durante el año 2021», apunta a Bellera.

Las pymes piden «moderación» y medidas complementarias

Las pequeñas y medianas empresas son conscientes de los efectos que tiene el encarecimiento de los productos en el poder de compra de los hogares, aunque piden «moderación». «Si aplicamos incrementos salariales muy altos, corremos el riesgo de equivocarnos; indexar el crecimiento de los salarios en el IPC haría inviable que muchas empresas puedan hacer frente a este aumento», señala el secretario general de Pimec, Josep Ginesta. En la misma línea, la patronal de las pymes apuesta por llegar «a un equilibrio» y alaba el papel de los sindicatos, destacando su comprensión delante de un escenario complicado para muchas partes.

De hecho, Pimec también propone una subida de salarios «más cerca del IPC subyacente», aunque añade algunos matices. Según Ginesta, el incremento de los sueldos tendría que ir indexado en otros indicadores que tuvieran en cuenta factores como la viabilidad, la productividad y la sostenibilidad de la empresa. «Lo más importante es garantizar cada uno de los puestos de trabajo, porque de esta crisis tenemos que salir con el máximo número de empresas», indica.

Finalmente, la patronal pide a las diferentes administraciones públicas que tomen decisiones en materia energética para reducir los sobrecostes que sufren las pymes a la hora de hacer frente a las facturas de la luz o al gasto en carburantes. Estas pasarían por modificar el sistema de precios, sacar el gas del 'pool' eléctrico o captar los beneficios extraordinarios de los grandes productores energéticos. «Si atacamos de forma rápida el precio de la energía y la parte del IPC que está regulada, tendremos un equilibrio más razonable», asegura Ginesta.

La CEOE rechaza el incremento salarial

Después de conocer los datos del IPC, la CEOE emitió un comunicado donde indicaba que era «especialmente relevante» evitar «un escenario en qué el incremento de precios y salarios se retroalimenten». «Sino, se producirían efectos de segunda ronda que nos llevarían|traerían a una espiral inflacionista», advirtió a la patronal de la gran empresa.

De momento, la CEOE y los sindicatos siguen sin llegar a un entendimiento en el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que es el marco de referencia de los convenios colectivos. Desde los sindicatos, sin embargo, consideran que la patronal tendrá que acabar cediendo en algún punto. «Una parte de la CEOE tiene bastante claro que castigar el poder adquisitivo de los trabajadores es una mala solución; en una situación de incertidumbre y con riesgos evidentes en las exportaciones, la demanda interna da estabilidad», apunta Bellera. «Pienso que muchos empresarios lo tienen claro, pero otros están anclados en planteamientos de otras épocas y no entienden los riesgos», concluye.

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