Consiguen mejorar la respuesta de los tumores a los fármacos gracias a un algoritmo
El método computacional lo ha creado el Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona
El Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona ha creado un método computacional para mejorar el tratamiento del cáncer mediante un algoritmo que predice la respuesta o la resistencia de los tumores hacia los fármacos.
Según ha informado el IRB, el tratamiento del cáncer se basa, cada vez más, en un enfoque personalizado en el que las mutaciones genéticas de un tumor en concreto pueden utilizarse para determinar la mejor estrategia terapéutica para tratarlo.
Esta nueva metodología, por tanto, plantea una manera de combatir el cáncer, suponiendo que cada tumor está compuesto por un cúmulo de mutaciones genéticas y pretende detectar el código mutacional de distintos genes del tumor para identificar cuál es el mejor tratamiento.
El descubrimiento del IRB rompe con la lógica actual en cuanto a las intervenciones contra el cáncer, que en la mayoría de casos parte bajo la premisa de que cada gen tiene mutaciones singulares.
Asimismo, el equipo de investigadores del IRB de Barcelona, liderado por el doctor Fran Supek, ha revelado que estos códigos mutacionales pueden predecir con exactitud la respuesta de las células cancerosas procedentes de muchos tipos de tumores ante diversos fármacos.
Los resultados de este método innovador puede reflejar, por ejemplo, que el tumor tiene dificultades para copiar o reparar el ADN, lo que puede hacerlo más susceptible a la terapia.
«Hemos llevado a cabo un análisis estadístico con métodos de aprendizaje automático, considerando conjuntamente los genomas de las células cancerosas, su respuesta a varios fármacos y su respuesta a los experimentos de edición de genes», ha explicado el doctor Supek.
El proyecto del IRB abre una nueva línea de investigación de, por ejemplo, los tumores causados por la exposición a mutágenos, como la exposición pulmonar al tabaco, que pueden ser más difíciles de tratar debido a que las células pueden albergar una "memoria" a largo plazo para hacer frente al daño del ADN.