Un estudio muestra que añadiendo uno nuevo antiviral al tratamiento contra la covid-19 se podría reducir un 30% la mortalidad
A diferencia de anteriores ensayos con anticuerpos, este mantendría la capacidad de bloquear la variante ómicron
Un estudio mundial con participación del Hospital Germans Trias muestra que añadiendo el anticuerpo monoclonal tixagevimab/cilgavimab al tratamiento actual contra la covid-19 con remdesivir y dexametasona se podría reducir un 30% la mortalidad en pacientes ingresados. En un ensayo clínico realizado a pacientes hospitalizados con diferente gravedad pero que no requerían de UCI, se ha demostrado que esta estrategia es segura y especialmente eficaz en aquellos pacientes más graves. A diferencia de anteriores estudios con otros anticuerpos monoclonales que perdían eficacia ante ómicron, la variante predominante actualmente, la combinación de tixagevimab/cilgavimab mantendría su capacidad de bloquear esta variante del virus a las dosis administradas.
Aunque los resultados no demostraron una mejora significativa de las tasas de recuperación, esta nueva estrategia sí que llevó a una reducción clínicamente relevando de un 30% de la mortalidad, sobre todo en pacientes más graves que necesitaban concentraciones de oxígeno más elevadas o ventilación mecánica no invasiva.
El estudio, publicado en la revista médica The Lancet Respiratory Medicine, se ha realizado en coordinación con el FDA y la Agencia Europea del Medicamento, que evaluarán la posibilidad de que este fármaco se convierta en un nuevo tratamiento adicional en los próximos meses.
Un estudio de alcance mundial
El estudio, acabado recientemente, se llevó a cabo a unos ochenta de centros de todo el mundo y, en España, contó con la participación de 150 personas ingresadas en planta convencional y a unidades de semicríticos: 75 en el Hospital GErmans Trias y 75 más en otros hospitales del país. Haber incluido a un grande y diverso número de pacientes de todo el mundo es uno de los puntos fuertes del ensayo, que sugiere que los resultados serían ampliamente generalizables al no observarse diferencias en su eficacia o seguridad según la comorbididad, el estado inmunodeprimido, o el estado de vacunación de los pacientes.