Sociedad
Un libro descubre las sombras de la tragedia de l'Espà, el accidente más grave de la historia de la minería en el Estado
Muchos de los 34 mineros muertos tenían nombres falsos y fueron enterrados sin saber su verdadera identidad
Un libro descubre las sombras de la tragedia de l'Espà, el accidente más grave de la historia de la minería en el Estado
El 10 de abril de 1944, en una galería de carbón de la mina Clara, en l'Espà (Berguedà), murieron 34 mineros. Es el accidente con más víctimas mortales de la historia de la minería en el Estado, pero se ha hablado poco. Ahora, la periodista Maria Favà (Barcelona, 1949) publica 'La mina de la mort', una exhaustiva investigación oral y documental que reconstruye la historia y confirma lo que la autora sospechaba que era una leyenda: que muchos mineros muertos tenían nombres falsos y fueron enterrados sin saber su verdadera identidad. «Eran represaliados que escapaban del franquismo, y aquí no se pedía papeles a nadie porque eso era el culo del mundo», subraya. Con este libro, la editorial Gavarres inicia la colección 'Periodismos'.
'La mina de la mort' es la primera obra que habla sobre este siniestro, el libro recoge el contexto político y social de la época, narra la dureza del trabajo de la minería y explica cómo el accidente, marcado por la corrupción y la falta de información, supone uno de los hechos más trágicos de la posguerra española.
De las 34 víctimas, sólo había una catalana. El resto venían de Almería y, en concreto, ocho de ellas del pueblo de Serón. Fueron enterradas con nombres falsos y las familias nunca recibieron las indemnizaciones que les correspondían.
En declaraciones a la ACN, la periodista Maria Favà asegura que tenía el sentimiento que tenía que escribir este libro «para la memoria de esta gente que, hasta ahora, nunca ha sido reivindicada». «Es un libro al que le tengo mucha estima por el contacto humano que he tenido con la gente, sus historias», añade.
En 'La mina de la mort', Favà recoge los nombres y apellidos -sean reales o falsos- de los 34 mineros muertos que fueron enterrados en el cementerio parroquial del Espà. La autora lamenta la dejadez del cementerio que, incluso, deja a la vista algunos huesos, y también el hecho de que no hay ninguna placa que los recuerde. «Se merecen un homenaje digno», añade.