Empieza la vacunación escolar contra el papiloma humano, que este año también se administra a chicos
Salud prevé inyectar unas 67.000 dosis a niñas y niños de primaria el curso 2022-2023
El Departamento de Salud ha iniciado la campaña de vacunación en centros educativos contra el virus del papiloma humano. Este año, la gran novedad es la incorporación de los chicos, motivo por el cual se han adquirido unas 67.000 dosis que se administrarán en dos tandas. Este lunes se ha empezado a administrar las vacunas a los alumnos de la Escuela Roser Capdevila de Polinyà (Vallès Occidental), donde los niños asumían entre carcajadas nerviosas y un poco de miedo a las agujas lo que al fin y al cabo dura poco más de dos minutos, y tiene como aliciente que se lleva a cabo en un entorno conocido como el de la escuela y rodeado de los compañeros de clase. Aprovechando la vacunación contra el papiloma humano, también se administra la vacuna contra la hepatitis A.
«Iniciamos hoy la campaña de vacunación escolar en las escuelas, y es importante que haya alguien que conocen, como un profesor, un tutor o alguien de confianza, eso les calma y los ayuda», explica Anna Guerra, enfermera del CAP Polinyà. La operativa, sin embargo, no cambia respecto de la del ambulatorio: «Lo más importante es que se sientan cómodas, a poca gente le gustan las agujas», añade.
Hasta ahora, sólo se vacunaba a las niñas, y eso hacía que muchos padres, según Guerra, hubieran reclamado que también se incluyeran los chicos. «Por fin podemos decir que los niños también los vacunamos», dice.
En la Escuela Roser Capdevila, el espacio escogido para hacer la vacunación es la biblioteca, un espacio que los niños sienten como suyo y donde los menores han ido entrando de uno en uno para administrarse primero en el brazo derecho la vacuna contra la hepatitis A y a lo izquierdo contra el papiloma humano. «El ambiente e ir muy juntos a ponerse a las mismas vacunas les ayuda a entender y a no sufrir tanto, a veces, solamente en una consulta, parece que les hace más cosa», explica Laura Fajas, enfermera del CAP.
Entre carcajadas nerviosas y miradas temeroses
A lo largo de la mañana han ido pasando 45 niños y niñas de las dos clases de 6.º de Primària del centro, que hacían cola en el pasillo haciendo bromas, pero con un evidente nerviosismo. «Qué subida de adrenalina», decía uno de los pequeños mientras lo pinchaban, hecho que no ha frenado las risotadas entre las enfermeras y el personal docente que lo acompañaba.
Venían con los deberes hechos. «Se les explica con lenguaje sencillo qué es prevenir un virus, qué provoca y las enfermedades que se derivan», explica Guerra.
Sin embargo, las conversaciones en momentos de nervios hace que uno la diga más bestia que la otra: «Decíamos que quizás nos quedaríamos sin brazos», dice en tono en broma en Marc Caro, uno de los alumnos que esta mañana han recibido las vacunas.
Una vez pinchados, se los advierte que intenten no hacer muchos esfuerzos durante las próximas horas, y que posiblemente sientan dolor en el brazo. «A mis compañeros diría que estén tranquilos, que no se pongan nerviosos, porque sólo hace un poco de daño», añade otro de los niños, Marc Ortigosa.
Hasta 67.000 dosis
Con la incorporación de los chicos en este curso escolar en la campaña del virus del papiloma humano, se suman a las chicas, que ya se vacunan desde el 2008. Catalunya es la primera comunidad que vacuna a los chicos contra este virus, y ha adquirido 67.000 dosis por un importe de 3.135.600 euros.
La vacunación en las adolescentes a los 11-12 años ha reducido en más de un 60% la incidencia de las verrugas anogenitales en chicas entre 16 y 19 años en Catalunya una década después. Además, las vacunas han dado una protección indirecta a los chicos, con una disminución de entre el 4 y el 6% de las verrugas genitales, y también a las chicas no vacunadas.
La vacuna contra el papiloma humano se administra en dos dosis durante el curso. Además, los de 6.º de Primària también recibirán las de la varicela, la macwy (meningitis), y también una segunda de la hepatitis A.