Política
Puigdemont cuestiona una posible reforma del delito de sedición
El expresidente asegura que seguirá confrontando el Estado desde Bélgica 5 años después de marcharse al exilio
El expresidente y eurodiputado de Junts, Carles Puigdemont, ha cuestionado que una reforma del delito de sedición en el código penal español pueda ayudar a alcanzar la independencia de Cataluña. «Puedo entender los beneficios que tiene para el Estado español el hecho de que yo aceptara una resolución basada en la reforma del código penal, pero los beneficios para el proceso de independencia no los veo por ningún sitio», subraya en un escrito publicado este domingo porque se cumplen cinco años desde que se marchó al exilio. Puigdemont asegura que mantendrá el pulso al Estado: «Me he hecho más resiliente ante las adversidades y tengo muchas más razones para seguir confrontándome a un Estado que no busca solucionar el conflicto sino liquidarnos como nación».
Mesade diálogo
Puigdemont pide que se respete su «estrategia» y «posición» sobre el «procés» e insiste en que no quiere una «solución personal» porque considera que no resolvería el conflicto político. Sin embargo, al eurodiputado de Junts le consta que «en las conversaciones entre el PSOE y ERC vuelve a salir la necesidad de resolver» su situación. «¿Si no se lo he pedido ni se lo he autorizado, por qué razón insisten? ¿Qué buscan?», se pregunta.
Para Puigdemont, aceptar una «solución personal» a la causa que tiene abierta por sedición y malversación por la organización del referéndum del 1-O sería «una renuncia política».
Posición inamovible
«Este lustro he procurado mantener mi acción política en el mismo marco. (...) Pueden cambiar tácticas y algunas estrategias determinadas a causa de las circunstancias, pero el sentido de la estrategia general es lo mismo, y no hay ningún motivo para cambiarlo», opina.
Puigdemont explica que se marchó de Cataluña porque«continuar el camino decididopor el pueblo» se podía hacer «en mejores condiciones» desde fuera. Así, defiende que abría «una etapa nueva» para ampliar «el conocimiento internacional de la crisis catalana y el arbitrio de los tribunales españoles. «I así reforzar la posición que mantenía a una sociedad civil movilizada y unida para, de esta manera, reponernos del golpe del 155 y proponer una continuación del proceso en torno a los mismos ejes que lo habían hecho posible: unidad política, movilización ciudadana, no violencia, democracia,» añade al texto.