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Cataluña será clave para decidir quién ocupa la Moncloa: Sánchez o Feijóo

Los socialistas llaman al voto útil mientras que el independentismo llega al 23-J sin unidad estratégica

El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Cataluña será clave para decidir quién ocupa la Moncloa: Sánchez o FeijóoACN

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El presidente español y líder del PSOE, Pedro Sánchez, decidió adelantar las elecciones ante el auge de la derecha y la extrema derecha en las municipales y autonómicas del 28-M. Un movimiento que le permite presentar el 23-J como un plebiscito entre dos bloques: el actual gobierno de izquierdas entre PSOE-Sumar o un pacto entre PP y una extrema derecha en crecimiento. Un planteamiento propicio para los llamamientos al voto útil como espantajo. Los partidos independentistas llegan a la cita electoral sin unidad estratégica y no hay acuerdo sobre las condiciones a una eventual investidura de Pedro Sánchez. Sin embargo, el resultado en Cataluña y los pactos postelectorales serán claves para entregar la Moncloa a Sánchez o Feijóo.

El duelo Sánchez-Feijóo

Hay un consenso mayoritario sobre que el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, perdió el cara a cara contra Alberto Núñez Feijóo. El líder de los populares se mostró dispuesto a comprometerse a respetar que gobierne la lista más votada y ofreció un pacto por escrito a Sánchez en directo, pero el candidato de los socialistas ha evitado el tema siendo consciente que puede sumar una mayoría alternativa aunque Feijóo gane las elecciones. Por su parte, el candidato de los populares centra parte de su campaña en desmarcarse de la extrema derecha y confía en que el PSOE evitará que el PP tenga que pactar con Vox.

En la última semana de campaña, el resbalón de Feijóo sobre la revalorización de las pensiones podría haber dado un balón de oxígeno a Sánchez. El PSOE centra los dardos de los últimos días al señalar al candidato de los populares como mentiroso. Un discurso al qué también se ha sumado la candidatura de Sumar de Yolanda Díaz.

Por otra parte, otra de las incógnitas es qué partido se quedará la tercera plaza: Sumar o Vox. En las últimas elecciones generales, el partido de Santiago Abascal, con 52 diputados, superó de largo los 35 del entonces candidato de Podemos, Pablo Iglesias.

Voto útil ante el espantajo del miedo

Los últimos días de la campaña electoral los candidatos se han centrado en apelar al voto útil para convencer a los votantes. Son unas elecciones que desde los partidos españoles se han presentado como un plebiscito entre dos bloques: socialistas y Sumar alertan del riesgo de que gobierne la derecha y la extrema derecha; mientras que populares y Vox llaman a derrocar el 'Sanchismo' y cargan contra el gobierno de izquierdas por los acuerdos con ERC y Bildu.

Una dicotomía que puede afectar, especialmente a los votantes de ERC. Los republicanos pero reivindican que los avances sociales y en el ámbito de la «represión» del gobierno de Pedro Sánchez han sido posibles gracias a la «presión» de sus votos.

Por su parte, Feijóo pide un voto para fortalecer su partido para que no necesite a Vox para gobernar. Incluso, los populares creen que el hecho de que se apunte tanto contra Vox los puede beneficiar electoralmente. El objetivo de la formación es llegar a 160 diputados, casi junto a los 176 que marca la mayoría absoluta.

Por su parte, Sánchez ha avalado las alianzas que le han permitido ser presidente y eso ha sido motivo de dardos por parte del PP y Vox, especialmente por los acuerdos con Bildu.

Los últimos días de campaña han estado marcados por intentar pescar a los indecisos. Las encuestas apuntan que la mayoría de personas que no han decidido qué partido votarán son de izquierdas. Otra incógnita a resolver es cómo puede afectar a la participación que las elecciones sean en pleno julio después de que el voto por correo se haya disparado. Lo que se da por hecho es que, el día siguiente del 23-J, tocará pactar porque ni PSOE ni PP conseguirán la mayoría absoluta.

Cataluña, clave para llegar a la Moncloa

Las encuestas dan por hecho una victoria del PSC en Cataluña pero se tendrá que ver si la diferencia de votos entre socialistas y PP es suficiente para dar la victoria a Sánchez en el conjunto del estado español. Ahora, en Cataluña hay una distancia de 10 diputados entre los dos partidos y los socialistas catalanes calculan que esta distancia tendría que llegar a 15 para facilitar que Sánchez se mantenga en la Moncloa. Un escenario que no parece nada fácil por el fuerte crecimiento que las encuestas prevén para el PP en Cataluña. Los socialistas han celebrado el acto central de campaña en Barcelona.

El PP también es consciente de la importancia del resultado en Cataluña. Alberto Núñez Feijóo abrió campaña en Cataluña, concretamente en Castelldefels, y después ha vuelto a Barcelona para celebrar un acto. Los populares aspiran a multiplicar los dos concejales que sacaron en Cataluña a las últimas elecciones del 2019.

Fuera de Cataluña, los socialistas calculan que hay una veintena de provincias donde baila un escaño por pocos votos entre PSOE y PP, por lo tanto, hay una veintena de escaños en juego. No estaba previsto pero, por este motivo, la campaña de Sánchez ha hecho parada en Huesca y San Sebastián.

Pugna entre ERC y Junts

Una de las incógnitas del 23-J es cómo se resuelve la pugna entre ERC y Junts ante el empate que auguran la mayoría de encuestas. Hace cuatro años, los republicanos ganaron las elecciones generales en Cataluña con 13 escaños, superando de largo los 8 de Junts. Pero las encuestas apuntan a un roce después que en las elecciones municipales del 28-M, el partido de Laura Borràs y Jordi Turull superara a los republicanos por más de 32.000 votos en el conjunto de Cataluña.

Un nuevo porrazo de ERC en las urnas también podría abrir el debate sobre un eventual adelantamiento de las elecciones catalanas. Los republicanos gobiernan en solitario con 33 diputados y buscan apoyos parlamentarios, entre otras cuestiones, para sacar adelante los presupuestos de la Generalitat del 2024.

Habrá que ver también si los partidos independentistas catalanes (ERC, Junts y CUP) movilizan su electorado en un contexto de falta de unidad estratégica. Así pues, tienen un ojo puesto en el peso que puede tener la abstención en su electorado después del resultado de las municipales del 28-M.

Las tres formaciones no han tejido un acuerdo programático respecto a Cataluña. Junts y la CUP han centrado parte de su discurso en criticar la estrategia de los republicanos en el Congreso y la mesa de diálogo. Ante esta situación, ERC les piden que no se equivoquen de adversarios.

Tampoco han pactado las condiciones para investir al presidente español que salga de las elecciones. Tanto Junts como la CUP lo condicionan a un referéndum, concretamente Míriam Nogueras pide que el Estado transfiera las competencias para convocarlo mientras que los anticapitalistas condicionan la investidura a fijar fecha y pregunta para el referéndum.

En cambio, los republicanos creen que el precio no se tiene que centrar sólo en un referéndum de independencia. Y apuestan por pedir que continúe la negociación entre gobiernos, el traspaso de Rodalies y poner fin al déficit fiscal. Las condiciones para la investidura de Sánchez han reabierto heridas entre ERC y Junts en el tramo final de la campaña con acusaciones cruzadas.

En caso que después del 23-J se constituya un gobierno PP-Vox, puede suponer un cambio de paradigma para el independentismo y que sea más fácil rehacer la unidad después de años sin estrategia conjunta.

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