Identifican factores médicos y socioeconómicos asociados al riesgo de sufrir y recuperarse de covid persistente

Un estudio ha identificado factores médicos y socioeconómicos que se asocian al riesgo de desarrollar y recuperarse de la covid persistente. Concretamente, después de seguir a 548 personas con covid, se ha podido identificar que los hombres con estudios superiores tienen menos probabilidades de desarrollar la enfermedad y que, por el contrario, las mujeres, las personas con antecedentes de enfermedades autoinmunitarias, o bien las que presentan fatiga, taquicardia, ahogo o alteraciones neurocognitivas durante la covid-19 aguda tienen más riesgo de desarrollarla. El estudio también subraya que sólo el 7,6% de las personas seguidas se recuperaron durante los dos primeros años y que la mayoría de estas pertenecían al grupo menos sintomático.

El estudio, que se ha publicado en la edición europea de la revista «The Lancet Regional Health», lo ha realizado l'Hospital Germans Trias, la Fundació Lluita contra les infeccions i l'Institut de Recerca de la Sida IrsiCaixa -centro impulsado conjuntamente por la Fundación '«la Caixa» y el Departamento de Salud de la Generalitat.

Sus responsables recuerdan que entre un 5% y un 10% de las personas que pasan la covid-19 continúan con una amplia variedad de síntomas meses después de la infección y que es «esencial» definir y entender este síndrome y sus implicaciones para «identificar las estrategias de prevención, diagnóstico y tratamiento que ayuden a las personas afectadas». Es con este objetivo que se decidió hacer un seguimiento exhaustivo y prolongado de 548 pacientes con covid. De estos, 207 se recuperaron totalmente y 341 desarrollaron covid persistente.

«Esta es una enfermedad todavía poco comprendida, pero es real y causa un gran impacto en el conjunto de pacientes y la sociedad. Hay que combinar una atención clínica empática y de máxima calidad humana, con una investigaciónrigurosa que nos permita encontrar mejores herramientas diagnósticas y tratamientos efectivos. Es imprescindible trabajar en red, escuchando y haciendo participar activamente a las personas afectadas», señala Lourdes Mateu, coordinadora de la Unidad covid persistente del Hospital Hermanos Trias.

Las mujeres y las personas con comorbididades, las más afectadas por la covid persistente

Gracias al análisis estadístico de estos dos grupos de personas, se ha podido identificar, por un lado, que los hombres con estudios superiores tienen menos probabilidades de desarrollar covid persistente. Por otra parte, se ha detectado que las mujeres, las personas con antecedentes de enfermedades autoinmunitarias, o bien las que presentan fatiga, taquicardia, ahogo o alteraciones neurocognitivas y neurosensitivas durante la COVID-19 aguda tienen más riesgo de desenvoluparla y una menor probabilidad de curarse con el tiempo.

En esta línea, un estudio independiente realizado en los Estados Unidos y publicado recientemente en la revista «Nature Medicine» ha observado, en una cohorte de más seis millones de personas, que la covid persistente puede llegar a provocar un mayor nivel de discapacidad que las enfermedades cardiacas o el cáncer.

Una recuperación inusual

El estudio también subraya que, de todas las personas del estudio con covid persistente, sólo un 7,6% se han recuperado durante los 2 primeros años de sufrir el síndrome. De las 26 personas que se han recuperado, la mayoría (24) pertenecían en el grupo menos sintomático. Los factores que se han podido asociar a una mayor probabilidad de recuperarse son el sexo masculino, las personas que habían requerido admisión a la UCI debido a la covid-19 o que tenían comorbididades cardiovasculares, la falta de hambre y las alteraciones del gusto y el olfato. El dolor muscular, la disminución de la atención, la disnea o la taquicardia son síntomas que se asocian a una menor probabilidad de recuperación.

«Las bajas tasas de curación de la covid persistente indican que mientras la transmisión del SARS-CoV-2 continúe se seguirán acumulando los casos de covid persistente. Los sistemas de salud europeos, también el nuestro, tienen que encarar este problema y estar preparados para absorber y gestionar la demanda existente de una enfermedad que es bien real y que sigue en aumento», añade Roger Paredes, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Hermanos Trias e investigador principal de IrsiCaixa.