Los orígenes de los panellets, el dulce estrella de la Castañada y Todos los Santos

La mayoría de festividades y fechas señaladas en el calendario van acompañadas de un plato, receta o elaboración característica que está relacionado sea por motivos simbólicos o porque está hecho con algunos de los productos de la temporada en cuestión. Y Todos los Santos no es la excepción. Celebración del otoño por excelencia, pensar en ella es sinónimo de panellets, castañas y boniatos. ¿Ahora bien, cuál es la historia que se esconde detrás de la tradición gastronómica de la Castañada y de Todos los Santos? Lo descubrimos.

Como en muchas tradiciones ancestrales, poco se sabe del origen primitivo de los panellets. El hecho de ser una elaboración donde la almendra es la protagonista hace que sean muchos los expertos que piensen que su origen se encuentra en la pastelería árabe y en la herencia que dejaron en la península. Si bien esta hipótesis es compartida por muchos, no hay documentación que así lo corrobore.

Les primeras referencias históricas sobre los panellets las encontramos a partir del siglo XVIII. En aquella época era típico, especialmente en los entornos rurales de Cataluña, pero también de Aragón y de Valencia, preparar unos dulces hechos con mazapán y frutos secos que se ofrecían como ofrenda a los difuntos, sea en la iglesia o en el cementerio, coincidiendo con la celebración de Todos los Santos. Al igual que pasaba con otras elaboraciones dulces, como por ejemplo los blaiets, los panellets se llevabana la iglesia para recibir la bendición por parte del mosén y posteriormente se comían en casa en compañía de la familia y a la memoria del difunto. Hay que tener presente que era bastante común hacer velatorios tanto para el día de Todos los Santos, como para el Día de los Difuntos, el dos de noviembre, de manera que la alta aportación calórica de los panellets les hacía ideales para tener la energía suficiente como para pasar toda la noche.

Hay quien dice que el hecho de ser un alimento que tiene una larga duración lo relaciona también con el concepto de eternidad y de recuerdo a los difuntos. Así pues, la tradición de los panellets une los dos componentes típicos de las comidas asociadas a las celebraciones, la parte simbólica, como ofrenda, y la parte de vinculación con los frutos de la temporada, concretamente de los frutos secos, que justo se han acabado de recoger.

En un inicio los panellets eran una elaboración que se elaboraba en casa, pero la proliferación de pastelerías durante el siglo XIX hizo que dejaran el ámbito estrictamente doméstico para convertirse en la creación estrella para estas fechas; tradición que ha llegado hasta nuestros días, con la introducción de nuevos sabores y formas que encantan a los más llépols.