Sequía
Cataluña vive el episodio de sequía más grave registrado nunca
El Servicio Meteorológico de Cataluña no prevé lluvias abundantes ni a corto ni a medio plazo
Cataluña está viviendo el episodio de sequía más grave desde el año 1916, el primero desde el cual se tienen registros. La magnitud de los déficits de precipitación, la extensión de las zonas afectadas y la duración del fenómeno hacen que se supere el precedente más severo, la sequía de los años 2005-2008. La racha seca acumula ya 31 meses (entonces fueron 19) y el 50% del territorio catalán se ha visto afectado de manera persistente, con un déficit global de precipitación de 446 mm. Para volver a una situación de normalidad haría falta una precipitación equivalente a la lluvia que cae por término medio a Barcelona en todo un año. Pero según el Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC) no se prevé ningún episodio de lluvia abundante en el corto y medio plazo.
El SMC ha presentado este jueves un informe sobre el estado de la sequía meteorológica que confirma que Cataluña se encuentra afectada poruna sequía histórica. La magnitud de los déficits de precipitación, la extensión de las zonas afectadas y la duración bajo condiciones de sequía hace que el actual episodio sea el más grave nunca registrado en Cataluña. Y la situación «que todavía la hace más complicada es que no se prevé lluvia abundante que pueda revertirla», avisa a la directora del ente, Sarai Sarroca i Cervelló.
Cronología y alcance de la sequía
Cataluña acumula un déficit pluviométrico de casi 500mm en los últimos tres años. El episodio arranca el otoño del 2020. Desde entonces no ha habido ninguna estación climática de lluvias regulares o abundantes (de «carácter húmedo»), y sólo la primavera del 2022 y el verano del 2023 han estado climáticamente «normales» a nivel de pluviometría. El resto, han sidosecas, muy secas o extremadamente secas, constata el informe del SMC.
El temporal Glòria (enero de 2020) fue el último fenómeno de lluvia abundante. El déficit de precipitación respecto de la media climática arranca, como se ha dicho, en agosto de aquel año. En marzo de 2021 se establece el inicio de la sequía meteorológica, en mayo el inicio de la sequía agrícola (secano) y a julio, de la sequía forestal. Ya en el 2022, en noviembre se establece el inicio de la sequía hidrológica con alerta en las cuencas del Ter y el Llobregat. En enero de este año se da por iniciada la sequía agrícola (regadío) y el mes de septiembre se entró en la sequía hidrológica en grado de excepcionalidad también al Ter/Llobregat, y de emergencia en la Muga.
La distribución territorial y la afectación de la sequía es uno de los rasgos|tiros diferenciales con el episodio de falta de lluvias de los años 2005-2008. A grandes rasgos, en comparación con aquel (el segundo más severo desde que hay registros), ahora la principal afectación es|está en las cuencas internas, mientras que entonces estuvo sobre todo en las tierras de Ponente, en torno a la cuenca del Ebro. «Es una diferencia importante, porque afecta a la zona donde hay más habitantes», destaca Sarroca.
La otra diferencia es la persistencia de estaciones y meses secos en una extensión equivalente a la mitad de todo el territorio. El mapa de la diferencia de precipitación acumulada estos tres años con respecto a la media climática muestra una anomalía casi general, con la excepción de las Terres de l'Ebre y el Alto Pirineo. El déficit crece cuanto más al nordeste de Cataluña, incluyendo litoral, pre-litoral y comarcas interiores.
Sin lluvias al horizonte
El actual déficit de lluvia acumulado es de 466 mm (el 2005-2008 fue de 352mm), es decir, una cantidad equivalente a la lluvia que por término medio cae enBarcelona a lo largo de un año. Eso es el que haría falta que lloviera de forma concentrada y urgente para revertir la situación, ha ilustrado Sarai Sarroca. Para hacerlo todavía más gráfico, la directora del SMC ha dicho que eso equivaldría a «inundar Cataluña con medio metro de agua».
Desgraciadamente, las previsiones al respeto del mismo SMC no son optimistas. Los mapas de pluviometría a corto y medio plazo no prevén episodios generosos de lluvia. De hecho, hasta a final de año lloverá poco, por debajo de la media pluviométrica.
Sarroca matiza que eso no quiere decir que la sequía actual no tenga que acabar, y la inscribe en un patrón de comportamiento habitual del clima mediterráneo, donde se han registrado diez ciclos de sequía desde principios del siglo XX. El final de la sequía será como los anteriores, pronostica, no a base de estaciones muy lluviosas, sino con uno o dos episodios puntuales «donde se acumula mucha agua». Eso sí, también avisa de que es probable que en los próximos años la frecuencia de etapas de sequía sea más alta y se produzcan «de forma más continuada», por efecto del cambio climático.