Diari Més

Sucesos

Piden 40 años de prisión al acusado de matar a un hombre de un tiro en Calonge por secuestrar a una mujer y violarla

Le acusa de asesinato agravado, detención ilegal, violación continuada y tenencia ilícito de armas

Plan abierto de la zona donde se ha producido el crimen con los Mossos d'Esquadra investigando.ACN

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El fiscal pide 40 años de prisión al acusado de matar a un hombre de un tiro en Calonge (Baix Empordà) la madrugada del 13 de septiembre del 2020, secuestrar a una mujer y violarla. Le acusa de delitos de asesinato agravado, detención ilegal, violación continuada y tenencia ilícita de armas. La acusación pública sostiene que el procesado, detenido horas más tarde de los hechos, fue hasta un domicilio de Platja d'Aro donde se ejercía la prostitución. Sabía que no tenía dinero pero le ofreció 2.000 euros a una de las víctimas para pasar la noche entera juntos en casa de él. La mujer exigió que les acompañara un vigilante. Según el fiscal, el acusado les hizo ir hasta un camino apartado, mató al hombre de un tiro y retuvo a la mujer para agredirle sexualmente.

El fiscal Víctor Pillado sostiene que hacia las doce y cuarto de la madrugada del 13 de septiembre del 2020, el investigado fue a bordo de una moto hasta un local de Castell-Platja d'Aro donde se ejercía la prostitución, a pesar de saber que no tenía dinero para pagar los servicios sexuales que pretendía contratar.

Una vez allí, fingió que «tenía capacidad económica suficiente» para pagar y le ofreció 2.000 euros a una mujer para pasar una noche entera con ella. El investigado puso como condición que estuviera en casa de él. La víctima aceptó la propuesta pero exigió que un compañero de trabajo los llevara hasta la vivienda y se encargara de cobrar el dinero acordado.

Hacia la una de la madrugada, y como el investigado había ido hasta Platja d'Aro en moto, el hombre que tenía que escoltar a la mujer para garantizar su seguridad, los trasladó hasta una vivienda, situada en Calonge y Sant Antoni. Una vez allí, y con la excusa de coger un vehículo propio, el investigado cogió una escopeta propiedad de su padre y la metió en el maletero del coche, asegurándose que las víctimas no lo vieran. El procesado no tenía permiso de armas.

Después, los guió con el coche hacia un camino de la urbanización Sant Pere, paró el vehículo y fingió que intentaba entrar en una casa. El fiscal sostiene que fue entonces cuando sacó la escopeta y le disparó un tiro al vigilante. La acusación pública remarca que el investigado sabía que la víctima mortal era «el obstáculo» que le impedía «satisfacer sus deseos sexuales sin abonar el precio acordado». El fiscal expone que el ataque fue por sorpresa y que el hombre no tuvo ninguna posibilidad de defenderse porque iba «absolutamente desarmado».

La víctima murió como resultado del ataque. El fiscal apunta que, a continuación, el procesado hizo salir «por la fuerza» a la mujer del coche del vigilante y la hizo sentarse en el asiento de copiloto de su vehículo. «La llevó hasta un paraje solitario e inhóspito, en medio de la urbanización y apartado de la mirada de terceras personas, así como de viviendas o vías públicas transitadas», describe Pillado. Aprovechándose de eso, y del miedo que tenía la mujer porque había visto cómo mataba a su compañero de trabajo, la violó una primera vez. Después volvió a arrancar el coche, condujo hasta un lugar todavía más alejado y la volvió a agredir sexualmente.

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