Entidades ecologistas de toda Cataluña denuncian «opacidad» del Gobierno en la gestión del agua por la sequía
En la tercera Cumbre Social del Agua que se celebra en Arbúcies critican también las nuevas medidas por la emergencia
Una setentena de miembros de más de treinta entidades ecologistas de toda Cataluña se han reunido este sábado en Arbúcies (Selva). Lo han hecho para celebrar la tercera Cumbre Social del Agua, después de que el Gobierno haya anunciado nuevas medidas de la fase de emergencia por sequía. «Este paquete no busca un ahorro, sino asegurar el agua para las actividades económicas a costa de la preservación de los ríos», ha criticado el portavoz de la plataforma l'Aigua és Vida, Dante Maschio, que también ha denunciado lo que consideran «falta de transparencia y opacidad» del Gobierno en la gestión del agua por la sequía: «Desde el 2021 se aplican restricciones a los grandes consumidores y todavía hoy estos datos no son públicos».
Les organizaciones participantes en la Cumbre Social del Agua lideran desde septiembre la campaña D'on no n'hi ha, no en raja, con el objetivo de denunciar los intereses en la gestión del agua y coordinar acciones. La tercera cumbre que se ha celebrado este sábado en Arbúcies ha servido para poner en común la estrategia de las más de treinta entidades que han asistido.
Durante el encuentro, los participantes han denunciado que el Gobierno no publique los datos de consumo de los grandes consumidores ni ningún dato que confirme la eficiencia de las restricciones. Para el portavoz de la plataforma l'Aigua és Vida, no disponer de esta información «no permite saber si se ha generado ahorro y si las grandes actividades económicas, que consumen más de la mitad del agua de Cataluña, están cumpliendo estas restricciones o no». En esta línea, considera que eso «genera desconfianza en la gestión que este Gobierno hace de la sequía».
Además, haciendo referencia a las nuevas medidas anunciadas por la fase de emergencia, las entidades critican que «la única medida adicional es una reducción de los caudales del Ter, el Llobregat y la Muga». Una medida que alertan que «representa la muerte por los ríos y un impacto en la biodiversidad». «Tenemos que tener muy claro que esta reducción, aplicada sobre la anterior reducción de los caudales por sequía, supone una reducción total del 94% del agua de los ríos», afirma Maschio, que insiste en decir que «el agua para los ríos es una restricción previa a cualquier tipo de uso» y que consideran que «se está haciendo una gestión interesada para abastecer primero el negocio del agua».
Contra la exportación de agua
En este sentido, el presidente de la Coordinadora para la Salvaguardia del Montseny, Carles Lumeras, que también ha participado en la cumbre celebrada en Arbúcies, ha tildado el negocio de las empresas embotelladoras de agua de «obsceno». «No se puede permitir que mientras empieza a haber restricciones y se amenaza en la población con más restricciones, salgan cada semana de Arbúcies millones de litros de agua en otros países», ha denunciado. Y ha insistido en el hecho de que «hay que cambiar la ley para que permita que la gobernanza del agua y de los acuíferos profundos sea comunitaria y no monopolizada por las multinacionales».
En la misma línea, la miembro del Grupo de Defensa del Ter, Dolors Catalán, ha reclamado «un cambio de modelo estructural» porque considera que la situación actual «es el resultado de una mala gestión del agua, que se ha basado en satisfacer las necesidades de los grandes poderes económicos sin medida.» Catalán critica que desde Cataluña «se importa turismo y se exporta agua en forma de fruta, cerdos, forraje, bebidas embotelladas...».
Asimismo, Maschio ha criticado que «uno de cada cuatro todavía no dispone de Plan Municipal por Sequía, que es obligatorio por ley» y ha recordado que «también tienen responsabilidades y tampoco las asumen». «La sequía es una oportunidad para recuperar competencias y priorizar el agua por los ríos y las personas», ha concluido el portavoz de la plataforma l'Aigua és Vida.
Lo que sí que celebran estos colectivos es la moratoria a nuevas actividades económicas que hagan un uso intensivo de agua. Sin embargo, consideran que «llega tarde y es insuficiente para ahorrar agua, porque sólo se aplicará en fase de emergencia por sequía».
Por último, la miembro de la plataforma en defensa del Ebro, Susanna Abella, ha vuelto a oponerse al trasvase del Ebro y el miembro del GEPAC, Andreu Escolà, ha reclamado «la regeneración de agua en el campo de Tarragona esperada desde hace 30 años». Desde las entidades participantes se ha pedido también que «antes de poner en marcha infraestructuras costosas con un alto consumo eléctrico, hace falta abordar la reducción de la demanda de agua y restaurar los acuíferos contaminados».
Propuestas sin respuesta
Con todo, los colectivos han recordado que todavía no han recibido respuesta del documento con 43 propuestas concretas para hacer frente a la sequía que entregaron al presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; al consejero de Acción Climática, David Mascort y al director de la Agencia Catalana del Agua, Samuel Reyes, en junio del año pasado.