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Se enfrenta a 35 años de prisión por abusar de cinco menores en Empuriabrava

La fiscal sostiene que hacía tocamientos a las niñas aprovechándose de «la confianza» de los padres por ser amigo de las familias

De espaldas, el acusado de abusar de cinco menores en Empuriabrava durante el juicio en la Audiencia de GeronaCedida

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La Audiencia de Gerona ha empezado a juzgar este martes a un acusado que se enfrenta a 35 años de prisión por abusar sexualmente de cinco menores en Empuriabrava (Alt Empordà). La fiscalía sostiene que hacía tocamientos a las niñas cuando estaban solos, sobre todo en periodos de vacaciones, y se aprovechaba de «la confianza» que le tenían los padres de las menores por ser amigo de las familias. Los abusos habrían tenido lugar entre marzo del 2017 y marzo del 2019, cuando las víctimas tenían entre 8 y 15 años. Tres de las niñas son hermanas. 

Les acusaciones sostienen que el acusado, de origen francés y que actualmente tiene 66 años, empezó a pasar más tiempo en Empuriabrava cuando se jubiló. Era amigo de las familias de las víctimas y, aparte de los encuentros habituales para compartir comidas y ocio, se ofreció a acompañar a las niñas en actividades «asimiladas normalmente a las que hacen los abuelos». Así, las recogía en el bus, las llevaba a actividades extraescolares, iban juntos a la playa, hacían deporte juntos o se las quedaba en casa «mientras los padres estaban trabajando».

La fiscalía apunta que «se aprovechó de la confianza que le tenían depositada» los padres de las menores por ser «amigo» de las familias e hizo tocamientos a las cinco niñas entre el marzo del 2017 y el marzo del 2019. Lo acusa de cinco delitos de abuso sexual a menor de 16 años, en cuatro de los casos de manera continuada porque los presuntos tocamientos se habrían alargado en el tiempo.

Tres de las víctimas son hermanas con quienes compartió tiempo en Empuriabrava, sobre todo en periodos de vacaciones. Según el ministerio fiscal, abusó de la hermana mayor cuando tenía 15 años, de la mediana entre los 13 y los 15 y de la pequeña entre los 8 y 10 años. La acusación define un patrón de conducta porque, en la mayoría de los casos y aprovechando la libertad de movimientos que tenía en el apartamento, entraba en la habitación de las menores cuando estaban solas dentro de la estancia y les hacía tocamientos a las partes íntimas por debajo de la ropa.

La misma conducta también la habría tenido cuando hacía estiramientos con alguna de las víctimas en el gimnasio o cuando iban a la playa: «Se aprovechaba de la inocencia de las menores y se guiaba en todo momento por un ánimo de satisfacer sus necesidades sexuales y teniendo pleno conocimiento que su conducta perjudicaba claramente el derecho de las menores a su desarrollo sexual».

El procesado también era amigo de los abuelos de las otras dos menores, que habrían sufrido abusos cuando tenían 11 y 13 años. La fiscal define el mismo 'modus operandi' y recopilación que hizo tocamientos a las menores aprovechando «juegos» o cuando se iban a bañar en la playa.

El escrito de acusación de la fiscalía expone que, como consecuencia de los abusos, las menores han tenido que recibir tratamiento psicoterapéutico para «paliar» las consecuencias psicológicas de los actos del acusado.

Después de que se descubrieran los hechos, el juzgado de instrucción de Figueres envió al acusado a la prisión el 21 de marzo del 2019 y salió en libertad pagando una fianza de 6.000 euros el 4 de mayo del mismo año.

35 años de prisión

La fiscalía pide, en total, que lo condenen a 35 años de prisión. También solicita que no se pueda acercar ni comunicarse con las víctimas durante 10 años y que esté 10 años en libertad vigilada. En concepto de responsabilidad civil, quiere que indemnice a las víctimas con 100.000 euros por el daño moral causado.

La defensa niega los hechos y pide la absolución. En el escrito de conclusiones provisionales, indica que, en caso de condena, le tendrían que aplicar el atenuante de dilaciones indebidas por el tiempo que el caso ha tardado en llegar a juicio y porque la instrucción ha acumulado «paralizaciones» a lo largo de varios periodos por causas «no computables al acusado».

El juicio, que se hace en la sección tercera de la Audiencia de Gerona, ha empezado con las declaraciones de las víctimas a puerta cerrada. Está previsto que el miércoles sea el turno de las periciales, sobre todo profesionales de salud mental que han tratado las víctimas. Según el guion, y a petición de la defensa, el acusado declarará el jueves por la mañana, al final del juicio.

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