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El acusado de abusar de cinco menores en Empuriabrava era como «un abuelo adoptivo» para las niñas

La mujer del procesado asegura que no se quedaba solo con las denunciantes y que nunca vio ninguna actitud sospechosa

De espaldas, el acusado de abusar de cinco menores en Empuriabrava durante el juicio en la Audiencia de GeronaCedida

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Familiares de las menores que acusan a un jubilado de Empuriabrava (Alt Empordà) de abusos sexuales entre los años 2017 y 2019 han asegurado en juicio, que se hace en la Audiencia de Gerona, que el procesado era «como un abuelo adoptivo» para las niñas. Así, han detallado que las familias tenían plena confianza en él y en su mujer y que las menores convivían mucho tiempo con el matrimonio, sobre todo durante las vacaciones cuando iban a la playa o compartían comidas y celebraciones. La mujer del acusado, en cambio, ha asegurado que la relación con una de las familias era más bien de vecindad fuerte y no tanto de amistad. También ha dicho que el procesado no se quedaba solo con las niñas y que nunca vio ninguna actitud sospechosa. El acusado afronta 35 años de prisión.

El juicio al acusado de abusar sexualmente de cinco menores en Empuriabrava empezó ayer en la sección tercera de la Audiencia de Gerona con las declaraciones de las víctimas, a puerta cerrada. Este miércoles han declarado los padres de las niñas. Tres de ellas son hermanas y las otras dos, hermanastras.

La madre de las tres hermanas ha explicado que conoció al procesado y su mujer en Empuriabrava, donde eran vecinos. El vínculo entre las familias fue en aumento y empezaron a  pasar tiempo juntos, con salidas a la playa, comidas y celebraciones. Según ha dicho, el acusado hacía un rol «como de abuelo adoptivo» de las niñas y, por eso, le tenían plena confianza.

La fiscalía sostiene que el acusado abusó de la hermana mayor cuando tenía 15 años, de la media entre los 13 y los 15 y de la pequeña entre los 8 y 10 años. Según la acusación pública, el procesado se «aprovechó» de esta confianza que le tenían depositada los padres de las menores para ser «amigo» de las familias e hizo tocamientos a las niñas entre el marzo del 2017 y el marzo del 2019.

La madre ha declarado en el juicio que no tuvieron conocimiento de los presuntos abusos hasta que una de las niñas de la otra familia lo explicó a un psicólogo que le hacía seguimiento en la escuela. A partir de aquí, la pareja de la abuela de la menor los contactó para explicarles la situación. «Creía que a ellas también les podría haber pasado porque estaban siempre juntos», ha dicho el hombre en el juicio. Fue entonces cuando les preguntaron a las hijas y acabaron denunciando los hechos.

Los padres de las otras dos menores, de quien habría abusar el procesado cuando tenían 11 y 13 años, también han declarado este miércoles y han explicado que no sospecharon nada hasta que la niña lo acabó confesando. De entrada, dicen, sólo notaron una bajada a nivel académico y que las menores estaban más «reprochadas» pero, como la otra familia, han aseverado que confiaban en el matrimonio de jubilados.

La madre de una de las niñas ha expuesto que tuvo una conversación telefónica con el procesado después de que las menores explicaran los hechos. Según ha dicho, le dijo que sólo había «jugado» con las niñas en la playa. «Le dije que cómo podía ser que, jugando, tocara partes que yo no toco como madre. Él me colgó el teléfono», ha declarado.

Las acusaciones definen un patrón de conducta del acusado porque, en la mayoría de los casos y aprovechando la libertad de movimientos que tenía en el apartamento, entraba en la habitación de las menores cuando estaban solas dentro de la estancia y les hacía tocamientos a las partes íntimas por debajo de la ropa. Unos episodios que también se repetían cuando iban a la playa o a hacer deporte en un gimnasio.

No se quedaba solo

La mujer del acusado, que no se ha acogido a la dispensa de declarar en juicio, ha negado que el procesado se quedara solo con las menores y, de hecho, ha dicho que ella siempre estaba presente y que no vio nunca ninguna actitud sospechosa.

La fiscalía pide, en total, que lo condenen a 35 años de prisión. También solicita que no se pueda acercar ni comunicarse con las víctimas durante 10 años y que esté 10 años en libertad vigilada. En concepto de responsabilidad civil, quiere que indemnice a las víctimas con 100.000 euros por el daño moral causado.

La defensa niega los hechos y pide la absolución. Al escrito de conclusiones provisionales, indica que, en caso de condena, le tendrían que aplicar el atenuante de dilaciones indebidas por el tiempo que el caso ha tardado a llegar a juicio y porque la instrucción ha acumulado «paralizaciones» a lo largo de varios periodos por causas «no computables al acusado».

Está previsto que el juicio continúe el jueves con la declaración del acusado, las conclusiones y los informes de la fiscal, las tres acusaciones y la defensa.

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