Judicial
El acusado de origen francés de abusar de cinco menores en Empuriabrava retracta su declaración
Según su versión, firmó la declaración sin saber qué ponía porque estaba en catalán y no sabía que recogía una supuesta confesión parcial
El acusado de abusar de cinco menores a Empuriabrava entre los años 2017 y 2019 ha negado las acusaciones en el juicio, que se ha hecho en la Audiencia de Gerona. Durante la declaración, ha afirmado que tenía una relación «como de abuelo» con tres de las menores y que compartían actividades, como comidas en familia, ratos de playa o deporte. El procesado ha dicho que «no» hizo tocamientos a las niñas, ni a los pechos ni a los genitales. El jubilado estuvo más de un mes en la prisión el año 2019, después de que reconociera haber abusado de una de las menores durante la declaración en el juzgado de instrucción. Este jueves se ha retractado y ha dicho que «nunca» declaró eso. De hecho, ha afirmado que «fue el traductor quien lo dijo». La fiscalía pide ahora 33 años de prisión para el procesado.
El juicio al acusado de abusar sexualmente de cinco menores en Empuriabrava empezó el martes en la sección tercera de la Audiencia de Gerona con las declaraciones de las víctimas, a puerta cerrada. Ayer declararon los padres de las niñas (tres de ellas son hermanas y las otras dos, hermanastras) y los peritos. Este jueves el juicio ha quedado visto para sentencia después del testimonio del acusado, las conclusiones y los informes de la fiscalía, las acusaciones particulares y la defensa.
El acusado, de origen francés y que actualmente tiene 66 años, empezó a pasar más tiempo en Empuriabrava una vez se jubiló. Era amigo de las familias de las víctimas. Con las tres hermanas, ha explicado que empezaron a pasar tiempo juntos porque eran vecinos en Empuriabrava desde el año 2012 y él y su mujer establecieron una relación con los padres de las niñas. Este vínculo fue aumentando «de manera progresiva» con el paso del tiempo y se intensificó a partir del 2016, cuando se jubiló y compartían periodos de vacaciones juntos.
La relación llegó a ser de tanta confianza que, según ha detallado al juicio, tenía una relación «como de abuelo» con las niñas. El acusado ha dicho que él y su mujer iban a comer a casa de las menores, las niñas también comían en su apartamento, iban a la playa, las dos familias habían pasado un fin de semana en Lloret de Mar (Selva) y hacía deporte con las niñas.
La fiscalía sostiene que el acusado abusó de la hermana mayor cuando tenía 15 años, de la media entre los 13 y los 15 y de la pequeña entre los 8 y 10 años. Según la acusación pública, el procesado se «aprovechó» de esta confianza que le tenían depositada los padres de las menores e hizo tocamientos a las niñas en momentos que estaban solas en la habitación, en el sofá de casa de él, en momentos de juego en la playa o cuando hacían estiramientos en el gimnasio.
El acusado ha respondido «no» a todas las preguntas que le ha hecho a la fiscal al juicio desgranando los diferentes episodios que han descrito a las víctimas. El hombre sí que ha dicho que había «tocado» alguna de las niñas jugando o en el momento de intentar corregirlos la postura haciendo estiramientos. Ha negado, sin embargo, que estuviera en los pechos o en los genitales: «Eso nunca».
En relación a las otras dos denunciantes, el procesado ha subrayado que tuvo mucha menos relación que con las tres hermanas. Según las acusaciones, cometió los abusos cuando las menores tenían 11 y 13 años.
El acusado dice que a la mayor la vio «sólo dos veces» y que con la pequeña coincidió algún verano que ella pasó con sus abuelos en Empuriabrava. También ha negado haberles hecho tocamientos.
El caso se descubrió, precisamente, cuando la niña de 13 años explicó los presuntos abusos a un profesional de la psicología que le hacía seguimiento en la escuela el año 2019. A partir de aquí, las otras menores confesaron que también habían sido víctimas del procesado.
Cuando el procesado pasó a disposición judicial, el juzgado de instrucción de Figueres envió al acusado a la prisión el 21 de marzo del 2019 y salió en libertad pagando una fianza de 6.000 euros el 4 de mayo del mismo año. El juzgado se basó en un reconocimiento parcial de los hechos que el hombre habría hecho a instrucción, admitiendo haber hecho tocamientos a la menor de 15 años.
Error del traductor
Este jueves en la sala de vistas se ha retractado: «Yo nunca dije eso, fue el traductor». Según su versión, firmó la declaración sin saber qué ponía porque estaba en catalán y no descubrió que recogía una supuesta confesión parcial hasta dos días antes de salir de la prisión. Cuando la fiscal le ha preguntado cómo es que, sabiendo que había un error, no había querido corregir la primera declaración a lo largo de la instrucción, se ha limitado a decir que seguía los consejos de su abogado (primero uno de oficio y después cambió la asistencia letrada).
La fiscalía, que inicialmente pedía 35 años de prisión, ha modificado el escrito de conclusiones provisionales y pide ahora una condena de 33 años para el procesado (ha retirado el abuso de superioridad en la acusación de dos de las menores). También solicita que no se pueda acercar ni comunicarse con las víctimas durante 10 años y que esté 10 años en libertad vigilada. En concepto de responsabilidad civil, quiere que indemnice a las víctimas con 100.000 euros por el daño moral causado.
Lo acusa de cinco delitos de abuso sexual a menor de 16 años, en cuatro de los casos de manera continuada porque los presuntos tocamientos se habrían alargado en el tiempo.
La defensa niega los hechos y pide la absolución. Al escrito de conclusiones provisionales, indica que, en caso de condena, le tendrían que aplicar el atenuante de dilaciones indebidas por el tiempo que el caso ha tardado al llegar a juicio y porque la instrucción ha acumulado «paralizaciones» a lo largo de varios periodos por causas «no computables al acusado».
El juicio, que se ha hecho en la sección tercera de la Audiencia de Gerona, ha quedado visto para sentencia.