El tiempo del mediodía en las escuelas, un potencial educativo infravalorado por los centros

Un estudio encargado por Fundesplai a la Universitat de Barcelona (UB) ha constatado el «brutal» potencial educativo del tiempo del mediodía en las escuelas donde los niños se forman como personas, aprendiendo a relacionarse y a resolver conflictos, y adoptan buenos hábitos de alimentación e higiene «que después exportan a casa». El estudio sin embargo, ha detectado también que, a pesar de su potencial, es un espacio poco valorado en muchos centros que lo ven como un «servicio externo» que no tiene nada que ver con su proyecto educativo, cuando, se apunta, podría ser un «espacio bisagra ideal» entre la escuela, los alumnos y las familias. «Confirma que tiene que ser un pilar de las escuelas donde todo el mundo se implique para hacerlo funcionar», ha destacado Carles Xifra, de Fundesplai.

Los resultados del estudio se han hecho públicos este jueves en unas jornadas celebradas en la sede de Fundesplai en el Prat de Llobregat en torno al tiempo educativo del mediodía donde han participado más de 200 representantes de la administración pública, mundo universitario y escuelas, familias, niños y organizaciones. Para Carles Xifra, adjunto a la dirección de Fundesplai, organizar esta jornada «ya demuestra» la importancia que dan en este espacio, que a pesar de los avances hechos los últimos años, todavía se puede seguir mejorando.

«Es un espacio muy importante en las escuelas. Recordamos que los niños y niñas pasan cada curso casi 450 horas y eso hace que no podamos pasar de puntillas porque tiene un potencial educativo brutal siempre que, más allá de ofrecer una alimentación saludable y sostenible, seamos capaces de trabajar habilidades y competencias vinculadas al trabajo en equipo, la resolución de conflictos o asumir hábitos saludables», señala Cifra.

Conclusiones del estudio

El estudio, encargado y financiado por Fundesplai y que ha elaborado la UB durante un curso escolar con información recogida a 65 centros de toda Cataluña, pone de manifiesto que el tiempo educativo de mediodía tiene, efectivamente, «una influencia educativa en los niños y niñas que participan cotidianamente de este espacio». Unos aprendizaje, asegura Moisès Carmona, a uno de sus autores, que una vez adquiridos «tienen un impacto más allá del centro educativo».

Carmona explica que el estudio «reconoce» el valor del tiempo educativo del mediodía como un espacio que va mucho más allá del momento de comida, para el ejercicio de una vida más saludable y sostenible poniendo el énfasis en el papel que juega en la socialización de las personas y el desarrollo de aprendizajes. «Podemos afirmar que es un espacio donde los niños y niñas aprenden a formarse como personas, a relacionarse entre ellos, y también hábitos de salud, como la importancia de comer, o de sostenibilidad», señala, Carmona.

A pesar de la importancia de este espacio, los autores del informe aseguran que en la mayoría de centros está «poco relacionado» con la dinámica educativa porque lo ven como un servicio «externo». «Muchas veces se le da la espalda y es un error, porque lo que pasa en la escuela afecta en el espacio de mediodía y viceversa», señalan a los autores del informe.

En este sentido, el trabajo propone establecer canales y sinergias de comunicación y traspaso de informaciones entre profesorado y profesionales del tiempo educativo del mediodía, para trabajar los malestares o problemáticas detectadas en los diferentes espacios escolares.

Esta desconexión se explica por muchos factores, pero Carmona apunta que uno de los principales son los constantes cambios de personal y de las AFA que rompen la continuidad del servicio y la interacción con el centro. Es por eso que el estudio destaca la importancia de que los profesionales reciban una formación continuada y que dispongan de más reconocimiento y tiempo para planificar sus actuaciones, que muchas veces se limitan a los tiempos de interacción con los niños.