Sucesos
Desalojan a 38 familias de un edificio de Esplugues de Llobregat por su «estado de ruina»
El Ayuntamiento ya preveía que el bloque 'El Barco' se tendría que acabar derribando por los «daños estructurales» que acumulaba
El Ayuntamiento de Esplugues de Llobregat ha ordenado este lunes el desalojo «inmediato» del edificio 'El Barco', donde actualmente vivían 38 familias de alquiler. Aunque los «daños estructurales» eran lo bastante conocidos, los hechos se empezaron a acelerar a finales de febrero, después de la caída de un falso techo. Se hicieron unas obras de emergencia y el consistorio encargó también un informe técnico que ahora ha declarado su «estado de ruina» que obliga al «cese de la actividad». El objetivo ahora es el derribo. El consistorio ha reunido a los vecinos para comunicarles la decisión y ha puesto en marcha un protocolo de apoyo y atención a los afectados.
Después de ordenar el desalojo, la primera decisión del gobierno municipal ha sido la creación de una oficina municipal de apoyo y atención a las familias afectadas, así como la activación del Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB).
«La prioridad del Ayuntamiento es la seguridad de las personas y encontrar soluciones adaptadas a cada caso de la forma más rápida posible», afirma el consistorio a través de un comunicado. Los realojamientos priorizarán también los casos de familias más vulnerables, especialmente aquellas con menores a cargo.
En este sentido, a quien no tenga alternativa habitacional se le ofrece un alojamiento puntual durante las primeras 48 horas, mientras en colaboración con la Agencia Catalana de la Vivienda se buscan soluciones adaptadas a cada caso. También se ha puesto a disposición de los vecinos asesoramiento laboral, jurídico, educativo y social.
'El Barco' es un edificio construido hace ochenta años en la calle de la Riba, en la zona del parque de los Torrentes. En el 2006, treinta años después que el Plan General Metropolitano de 1976 calificara los terrenos como en zona verde, la propiedad solicitó la expropiación. El consistorio es el propietario de la finca desde hace poco más de un año.
La seguridad de las personas es el primero
Eduard Sanz, primer teniente de Alcaldía del Ayuntamiento de Esplugues, ha explicado que el informe técnico encargado a raíz del hundimiento del falso techo el febrero pasado ha detectado «deficiencias graves» en la estructura del inmueble que comprometen la estabilidad. En este escenario, «la seguridad de las personas es lo primero», por lo cual, «tocaba decretar el desalojo».
Sanz también ha recordado que los vecinos sabían desde hace tiempo que el destino final del edificio es el derribo, y ha indicado que se trabajaba con un calendario para dar la solución adecuada a cada una de las familias que viven en el edificio, todas en régimen de alquiler. El informe técnico, sin embargo, ha acelerado el calendario y ha provocado una situación que el primer teniente de Alcaldia no ha escondido que es «un golpe» para los habitantes del edificio.
A partir de aquí, el Ayuntamiento ha activado los protocolos necesarios para acompañar los desalojados tanto en las necesidades de vivienda que puedan tener para estas primeras horas como para encontrarles una situación personalizada para el largo plazo.
Sanz ha explicado que el Ayuntamiento es titular del edificio a raíz de la expropiación pedida hace un año por el propietario, después de un largo periplo judicial que arranca después de que a mediados de los años setenta del siglo pasado, veinte años después de que se construyera el edificio, el Plan General Metropolitano declarara el terreno donde se ubica zona verde.
Durante todo este tiempo, sin embargo, el propietario ha seguido explotando los alquileres de la finca, y no fue hasta el año pasado que pidió la expropiación. El concejal ha recordado que previamente se le habían hecho varios requerimientos para que hiciera el mantenimiento que correspondía al edificio. No ha querido especular sobre las «motivaciones» que lo habrían llevado a no hacerlo, pero sí ha constatado a partir de los informes municipales que «no ha estado ni de lejos lo que era necesario».