Sanidad
El acceso a la Primaria y el reconocimiento de una discapacidad, puntos negros en Cataluña
A finales de 2023, el 64% de las visitas solicitadas en la atención primaria se conseguían antes de los cinco días, cuando el objetivo era que ese porcentaje llegara al 70%
Una enfermera camina por la sala de espera de un CAP.
El difícil acceso a la Atención Primaria, para lo que Salud busca fórmulas como programar visitas según su urgencia, y las listas de espera para obtener al reconocimiento de una discapacidad, que aún son de 276 días aunque se han reducido en un mes, son dos de los puntos negros de la salud y los servicios sociales catalanes.
A finales de 2023, según indican los datos facilitados por Salud, el 64% de las visitas solicitadas en la atención primaria se conseguían antes de los cinco días, cuando el objetivo era que ese porcentaje llegara al 70%.
También se esperaba que el 90% de las visitas pedidas por los ciudadanos fueran atendidas antes de diez días, pero se ha llegado al 82%, unas cifras que Salud quería revertir con la programación por motivos, una herramienta que se tenía que implantar en unos 60 Centros de Atención Primaria (CAP) este año.
En la atención telefónica, siete de cada diez personas (72 %) han recibido una respuesta telefónica en su primera llamada y casi nueve de cada diez (87 %) en las doce horas posteriores al primer intento.
A pesar de este aspecto negativo, las listas de espera en la sanidad pública catalana han mejorado en intervenciones quirúrgicas, pruebas diagnósticas y visitas a especialistas fuera del plazo establecido para algunas enfermedades, ha asegurado el Departamento de Salud.
Para el conseller de Salud, Manel Balcells, «se ha recuperado la situación de antes de la pandemia» gracias al plan de mejora de la accesibilidad de la ciudadanía a la atención sanitaria, que se puso en marcha hace un año, con la salvedad del acceso a las visitas de los CAP.
Así, unos 145.000 catalanes estaban en lista de espera a finales de 2023 para una primera visita de especialista fuera del plazo establecido por el propio Departamento (163.000 en 2022), otras 6.200 esperaban a ser operadas fuera de plazo también (15.800 en 2022) y 44.100 aguardaban una prueba médica.
A la reducción de las listas de espera el Govern destinó una partida específica de 100 millones de euros en 2023, que se preveía consolidar en los Presupuestos frustrados de este año 2024, cosa que no pasará, por el momento, al no haberse aprobado las cuentas.
Según datos del Ministerio de Sanidad, el año 2023 se cerró con un total de pacientes en lista de espera para ser operados en Cataluña de 183.394, la tasa más alta después de la de Andalucía (205.005 personas en espera).
En el ámbito de los derechos sociales, el Govern de ERC también saca pecho y asegura que Cataluña ha reducido la lista de espera para acceder a prestaciones y servicios para la dependencia, con una disminución de 6.516 en el número de personas pendientes de valoración.
El conseller de Derechos Sociales, Carles Campuzano, en declaraciones a EFE, afirmó que han reducido la tramitación de los expedientes en un mes y que, a finales de este año, se podrá disminuir de 60 a 80 días, según sus previsiones.
El reconocimiento de la dependencia es un requisito básico para poder acceder a las prestaciones económicas y servicios sociales, que se debe completar con el Programa Individual de Atención (PIA), que han de elaborar los servicios sociales del ayuntamiento del municipio en el que vive la persona que los necesita.
Campuzano ha achacado una parte del tiempo de espera para obtener la dependencia a los ayuntamientos y, concretamente, ha mencionado al de Barcelona, al que toca gestionar el 30 % de los Planes Individuales de Atención (PIA) tras la resolución del grado de dependencia, que depende de su Departamento.
La Asociación estatal de directores y gerentes de servicios sociales, en su 25 informe sobre la dependencia, ha asegurado que entre diciembre de 2022 y noviembre de 2023 fallecieron en Cataluña 12.280 personas en lista de espera sin poder ser atendidas.
Además, Derechos Sociales ha informado de que, hasta marzo pasado, en Cataluña había 12.714 personas que estaban a la espera de una plaza pública en una residencia geriátrica, si bien la mitad de éstas «renunciarían a ingresar si se lo ofrecieran mañana, ya que aproximadamente el 50 % de la gente que está en la lista de espera no la acepta la primera vez que se le ofrece porque se apunta pensando a más largo plazo».
