Sociedad
Una familia denuncia que su hijo con discapacidad espera desde septiembre transporte sanitario para ir a la escuela
La situación se ha visto agravada por el hecho de que los padres están sin trabajo desde el 2017
La familia de un niño de once años de Barcelona con un grado de discapacidad reconocido del 83% ha denunciado que el menor espera desde el septiembre pasado el transporte sanitario al que tiene derecho para que lo lleve cada día a la escuela. Los padres del menor han hecho público el caso a través de las redes sociales, y en declaraciones a ACN, el padre del niño, Oriol Rodrigo, ha explicado que desde entonces asumen ellos mismos el transporte con las dificultades que comporta.
El chico tiene reconocido el derecho a un vehículo de transporte sanitario no urgente con un técnico sanitario de acompañante, pero desde el Consorcio de Educación de Barcelona explican que un cambio en la normativa que afecta a los requerimientos de los vehículos ha provocado dificultades «graves» de contratación.
Rodrigo ha recordado que el niño ya utilizaba el transporte autorizado antes de la pandemia de la covid-19. Con la llegada del confinamiento quedó desactivado, «pero no se le retiró». En el caso de esta familia, el confinamiento se tradujo en tres años sin salir de casa a causa de los problemas respiratorios que el menor arrastra desde el nacimiento, con escolarización a domicilio y con los padres, los dos sin trabajo, pendientes del menor.
El septiembre pasado, sin embargo, el niño se reincorporó a la escuela, un centro especial situado a cinco kilómetros del domicilio familiar. Fue entonces cuando los padres pidieron que se reactivara el transporte, una medida que, según Rodrigo, se aprobó «a principios de octubre».
«El tiempo fue pasando y no teníamos noticias del transporte. Pedimos explicaciones a través de la escuela y la respuesta fue que no hay vehículos». Rodrigo afirma que esta es también la única respuesta escrita que tiene del Consorcio de Educación de Barcelona.
Al mismo tiempo indica que, siempre a través de la escuela, el Consorcio habría propuesto pagar un taxi a la familia para cubrir el transporte, pero los padres del menor descartan esta opción porque las necesidades de su hijo hacen que un taxi no sea el vehículo idóneo para hacer la tarea.
La situación se ha visto agravada por el hecho de que los padres están sin trabajo desde el 2017, después de que en el 2020 la pandemia frustrara un intento del padre de iniciar una aventura empresarial como autónomo. La reincorporación del menor en la escuela abría la posibilidad a sus progenitores de volver al mercado laboral, pero la falta del transporte para el niño les dificulta esta opción. «No podemos tomar depende de qué compromisos por la atención que tenemos que prestarle», ha explicado Rodrigo.