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El efecto Puigdemont convierte Junts en la segunda fuerza en el Parlament catalán
Puigdemont expresó que los buenos resultados no compensan «la caída» de ERC y la CUP
Puigdemont recibiendo aplausos de algunos de los presentes en el pabellón de Argelès
Carles Puigdemont aspira a ser investido y formar un Gobierno «de obediencia netamente catalana». Al finalizar el largo escrutinio, el cabeza de lista de Junts+ compareció desde Argelers acompañado y aplaudido por la plana mayor de Junts per Catalunya.
La cabeza de filas de Junts+ arrancó «felicitando» al PSC por su victoria en votos y escaños, «sin ningún tipo de ambigüedad». Acto seguido, también ha sacado pecho de su resultado «muy meritorio», siendo la única base independentista que crece –3 escaños, hasta los 35, y más 100.000 votos— y habiendo ganado en más de 30 comarcas y de 700 municipios. Pero admitió que «no ha sido suficiente para ganar las elecciones» ni para «compensar la caída» de ERC y la CUP.
El candidato de Junts+ defendió durante toda la campaña que era el candidato con más posibilidades de ser investido en segunda vuelta. Y a esta estrategia se ha aferrado para defender que está «en condiciones de constituir un Gobierno sólido de obediencia netamente catalana». Por eso alargó la mano a ERC para formar coalición.
Con los resultados en la mano, la mayoría independentista de Junts+, ERC y la CUP sumaría 59 escaños, a 9 de la mayoría absoluta. Una investidura requeriría la participación del PSC con su abstención.
Puigdemont alertó que la alternativa de un tripartito de izquierdas entre el PSC, ERC y Comuns Sumar, «con una mayoría tan justa» sería «una mala opción por el país». Puso como ejemplo el «caos inexplicable» de Rodalies este domingo, que «ha demostrado la incapacidad de buen gobierno» del PSC.
Por otra parte, el candidato de Junts+ atribuyó los resultados de este domingo a una consecuencia del «españolización» de la campaña del PSOE, mientras una parte significativa del independentismo sigue sin movilizarse.
Este hecho, ha señalado a Carles Puigdemont, «obliga a una reflexión demasiado tiempo aplazada sobre los efectos de la desunión y la falta de estrategia compartida». También se dirigió a ERC para coger el debate: «Si está dispuesta a entrar en esta reflexión sobre los efectos de la desunión, nosotros también estamos».