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Los Mossos siguen buscando a Puigdemont en Cataluña y acusan a su entorno de desinformar

«No descarto que esté en Barcelona», asegura Sallent

Un control de l'operatiu Gàbia.

Un control del operativo Jaula.ACN

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Los Mossos d'Esquadra siguen buscando al expresidente Carles Puigdemont en Cataluña y acusan su entorno de «desinformar». En la rueda de prensa para dar explicaciones sobre el operativo policial del jueves por el debate de investidura y el retorno de Puigdemont, el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent ha dicho que no tiene elementos objetivos para poder afirmar que el expresidente haya vuelto a Bélgica, como asegura el secretario general de Junts, Jordi Turull.

«No puedo dar crédito a la persona que lo ayudó a marcharse», ha apuntado Sallent, que ha negado que los Mossos hicieran el «ridículo» y ha apuntado que la aparición de Puigdemont fue más propia de «Jimmy Jump» que de alguien con su antiguo rol institucional.

Junto a toda la cúpula policial, Sallent ha trasladado la posición conjunta, y ha defendido que el cuerpo no hizo el «ridículo» este jueves. Solo ha admitido que no preveían que Puigdemont huyera y no fuera al menos hasta la puerta de la Ciutadella. La previsión de la Comisaría General de Información era que la «masa» de independentistas concentrados en el paseo Lluís Companys dificultaría la labor policial de detención del expresidente al menos hasta la puerta del parque, y quizás intentaría «violentar» los accesos al recinto, como acabó pasando en dos puertas laterales.

Con 602 agentes sobre el terreno, la intención del cuerpo era hacer la detención cerca de la puerta principal del parque, donde había agentes que le leerían los derechos como detenido, el mismo Sallent y otros mandos apoyando y vehículos policiales para trasladarlo en la Ciudad de la Justicia. En vez de esto, cuando acabó su discurso, Puigdemont salió rápidamente por detrás del escenario, entró a una carpa cerrada, se puso un sombrero y salió hacia un coche blanco que lo esperaba y que llevaba una silla de ruedas al asiento del copiloto. En aquella zona había mozos de paisano que intentaron aproximarse a la escena, pero había muchas personas que lo impidieron haciendo un «muro».

La parte de atrás del escenario estaba perimetrada con vallas de seguridad ligadas con bridas y solo se podía acceder con distintivos de la organización en forma de sombrero de paja. Siguieron pensando que se dirigiría a la cámara, incluso cuando ya era al coche, porque «no es un Jodorovich ni un miembro del crimen organizado, es político» y creyeron que «haría el que dijo que quería hacer, participar en el debate de investidura».

Entonces empezó la persecución, con mozos a pie, del vehículo, que hizo unas trayectorias erráticas y se le perdió la pista a la confluencia de la calle Ramon Trias Fargas y el paseo de Circunvalación en dirección a la ronda Litoral. Fue entonces cuando se activó el dispositivo ‘Jaula’, primero en Barcelona y después al resto de Cataluña para intentar atrapar el coche. A las 13.22 horas, se desactivó, y se decidió hacer controles de paso más esporádicos, que todavía continúan este viernes.

La Guardia Urbana tuvo conocimiento de la matrícula del coche, y la información se trasladó también a la Guardia Civil y la Policía Nacional, pero en Sallent no le consta que hicieran ninguna actuación.

Tanto la Comisaría General de Información como la de Asuntos Internos lideran la investigación contra los dos mozos detenidos este mismo jueves, otros posibles agentes que hayan participado en la fuga de Puigdemont y cargos públicos que ampararon la entrada y la salida del expresidente de la Generalitat de la zona del Arc de Triomf.

En todo caso, Sallent ha negado que hubiera ningún pacto con el entorno de Puigdemont para hacer la detención de una determinada manera.

Sallent ha lamentado que «todos los anuncios públicos de los convocantes de la concentración y de Puigdemont fueron orientados a situar los Mossos como un elemento que comportara la suspensión del pleno de investidura». «No es una actitud leal hacia el cuerpo», ha criticado el comisario. En el mismo sentido ha situado expresiones como el famoso ‘apreteu’ del expresidente de la Generalitat Quim Torra a los CDR. «No todo se vale para pasar por encima de las instituciones y de los Mossos», ha dicho.

Todavía más llevar ha estado contra los al menos dos agentes del cuerpo que habrían colaborado en la fuga: uno es el propietario del coche que usó para huir del Arco de Triunfo, y el otro dio protección al expresidente durante su breve aparición pública. «Pusieron en dificultades el resto de compañeros, esto no lo hacen los policías, no hay policías buenos y policías malos, no hay policías patriotas y policías judiciales; no seremos una policía patriótica, ya hemos tenido ejemplos, somos una policía democrática», ha asegurado. Ve «reprobable e inaceptable» su papel. Así, él y Pere Ferrer han dicho que se ha podido reducir la ayuda de mozos fuera de servicio a Puigdemont en Bélgica, pero no se los ha podido castigar. En cambio, la actuación dentro de territorio español es más grave y puede comportar responsabilidades penales.… 

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