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Los Mossos admiten que «en ningún caso» previeron que Puigdemont se volviera a marchar

El informe dice que el expresidente se «camufló» con una gorra y habla de colapso en los canales de comunicación internos

Carles Puigdemont, en el acto de retorno a Cataluña.EFE

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El informe que los Mossos d'Esquadra han enviado al Tribunal Supremo admite que «en ningún caso» previeron la posibilidad de que el expresidente Carles Puigdemont reapareciera brevemente en Cataluña y se volviera a marchar. «Se escapa de toda lógica racional o política», defiende la policía catalana en el escrito al juez Pablo Llarena.

Los Mossos dicen que estaban preparados para hacer una detención con criterios «de oportunidad y proporcionalidad» y argumentan que el expresidente se les escapó en coche y «camuflado» con una gorra de béisbol aprovechando la «confusión e incertidumbre» generada. El dron de la policía se centró en seguir a la comitiva y el colapso en los canales de comunicación impidió al agente que lo había visto marcharse en coche informar en condiciones.

El informe del cuerpo catalán, firmado por el comisario jefe, Eduard Sallent, asegura que en el dispositivo para intentar detener a Carles Puigdemont siempre se tuvo en cuenta la necesidad de hacer el arresto «de la manera más eficaz y proporcionada posible» para garantizar la seguridad de todo el mundo. «La detención del señor Puigdemont se planificó atendiendo a los criterios policiales básicos de congruencia, oportunidad y proporcionalidad», apuntan en el documento, adelantado por El Confidencial y al que ha tenido acceso ACN.

Asimismo, remarcan que una vez se vio al expresidente en la parte superior del Paseo Lluís Companys «se comprobó que estaba rodeado de centenares de personas» y que no era «oportuno» actuar con el uso de la fuerza allí ya que se preveía que después fuera hacia el Parlament. «El desarrollo de los hechos posteriores pone de manifiesto que no se produjo este desplazamiento hacia el Parlament, motivo por el cual no se dispuso de un momento para proceder a la detención», reconocen los Mossos.

El cuerpo admite que «en ningún caso» previeron la posibilidad de que Puigdemont sólo reapareciera brevemente en Cataluña y se volviera a marchar. «El escenario finalmente ocurrido escapa a toda lógica racional o política, según el contexto y la información disponibles», asegura la policía catalana en su informe.

Asimismo, el informe destaca -como ya informaron los Mossos en la rueda de prensa para valorar el dispositivo- que su prioridad era proteger «el bien jurídico del normal funcionamiento de las instituciones democráticas y representativas», es decir, la celebración del pleno de investidura. Según el texto, el objetivo de garantizar «el desarrollo normal» del debate se consiguió porque «no se produjo ninguna injerencia que afectara a la actividad parlamentaria ni a ninguno de los diputados».

Puigdemont se marchó con una gorra

Según consta en el informe remitido en el Supremo, Puigdemont no siguió a la comitiva de políticos y miembros de la sociedad civil hacia el Parlamento, sino que subió a un vehículo «conducido por una mujer», después de romper las bridas de las vallas y «camuflar su identidad desprendiéndose de la americana y poniéndose una gorra de béisbol».

En paralelo, la comitiva va acercándose al Parlament y quisieron hacerlo por la puerta 6, donde «la presión y las acciones de los manifestantes estuvieron de tal virulencia que se autorizó el uso de gas». Además, también se «violentó» la puerta 4 y un grupo de manifestantes entraron en el Parque de la Ciutadella.

Los Mossos argumentan que esta situación de enfrentamientos provocó que «la atención de los policías se centrara en este punto» y que el agente que estaba siguiendo el coche de Puigdemont «no pudiera acceder al canal de comunicaciones a través de su emisora».

En resumen, los Mossos consideran que la huida de Puigdemont en coche «fue facilitada por varias acciones organizadas con la finalidad de distraer la atención policial»: simulando un desplazamiento con la comitiva, y en intentos de acceder por la fuerza al recinto. Según el cuerpo, eso provocó una situación de «confusión» y «incertidumbre» en los comunicaciones de los agentes.

Colapso en las comunicaciones de Mossos

El cuerpo detalla que desde primera hora del día 8 de agosto observó cómo se instalaban vallas metálicas de aproximadamente un metro de altura en el Paseo Lluís Companys para fijar un perímetro límite en el acto. En la parte posterior del escenario, además de las vallas, se engancharon unas lonas negras que «impedían tener una visión del interior» y dos carpas tapadas lateralmente «escondían completamente el interior».

Cuando la policía catalana captó los primeros movimientos en la calle Trafalgar -a las ocho y media de la mañana-, se activó el dron y, 25 minutos después, apareció Carles Puigdemont, que se vio rodeado por una «multitud de personas a modo de cápsula de seguridad» hasta el escenario.

El expresidente entró entonces en el perímetro y subió al escenario. Cuando acabó su intervención, entró en una de las carpas de la parte posterior. Un agente de Mossos observa entonces como sube al coche blanco con una silla de ruedas en el copiloto acompañado por Turull. Intenta comunicarse por el canal de Mossos, pero estaba ocupado «transmitiendo varias comunicaciones por parte de otros efectivos policiales» y llama a su superior por teléfono.

«Es relevante destacar la imposibilidad de que tuvo el agente comunicar a través de la emisora lo que estaba observando», recoge el documento, una circunstancia que provocó que el Centro de Coordinación no estuviera informado de la ubicación real del expresidente y se centrara en seguir a la comitiva de los políticos caminando por el Paseo Lluís Companys en dirección a la entrada del Parque de la Ciutadella. De hecho, una vez Puigdemont acaba la intervención, el dron cambia la visión y pasa a ofrecer imágenes de los políticos: «los efectivos policiales no disponen de la información del agente que ha perseguido al expresidente y creen que Puigdemont estaba entre todos estos políticos».

El agente, mientras tanto, persiguió a pie el vehículo de Puigdemont y se confundió «por la tensión del momento» e informó erróneamente del modelo -un Peugeot y no un Honda HRV. Tampoco pudo detallar con exactitud la matrícula, sino que ofreció una lectura parcial. En un momento, el semáforo se pone en verde, el coche sigue la marcha y mosso le pierde la pista. «La información fue comunicada al Centro de Coordinación para buscar un Peugeot con las tres letras, sin que este fuera localizado». La explicación coincide con lo que ya explicaron los responsables del cuerpo en la rueda de prensa al día siguiente de los hechos.

Varios itinerarios para trasladar Puigdemont a la Ciudad del a Justicia

Los Mossos d'Esquadra recogen en el informe que se plantearon dos escenarios, uno en que Carles Puigdemont pretendiera acceder al Parlament unos días antes del pleno y un segundo en que quisiera entrar el mismo día del debate. En los dos casos, la premisa para la organización policial tenía como objetivo garantizar el pleno y detener al expresidente si volvía. En el mismo informe califican la amenaza que suponían los colectivos independentistas para la celebración del pleno de «muy alta» y de «moderada» la del sector constitucionalista.

En caso de que se hiciera efectiva la detención, el cuerpo tenía planificadas «tres posibles salidas» de la zona y «varios itinerarios» para trasladar Puigdemont con un vehículo de paisano -escoltado por dos vehículos del GEI- hasta la Ciudad de la Justicia. También aseguran que tenían planificado un eventual traslado a Madrid para ponerlo «a disposición del Tribunal Supremo» y reservaron, incluso, noches de hotel para que los agentes pudieran descansar.

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