Tráfico
Los accidentes en la AP-7 crecen un 28% desde el fin de los peajes
Les retenciones suman más de 5.000 horas cuando en todo 2019 no llegaron a las 4.000
La AP-7 registró 462 accidentes con heridos entre en enero y en agosto este año, según datos del Servicio Catalán de Tráfico (SCT) obtenidos por la ACN vía transparencia. La siniestralidad en la autopista va al alza, ya que la cifra es un 3% más alta que en el mismo periodo del 2023, y de un 28% más que en los primeros ocho meses del 2019, el último año no pandémico antes del fin de los peajes. Con todo, los accidentes con muertos han caído de nuevo a cuatro en el último lustro. Les horas de retenciones en la vía ya suman más de 5.000 este año, superando así en un 50% las de todo en el 2019. El SCT atribuye las cifras al aumento del tráfico derivado de la gratuidad de las autopistas, pero añade que al mismo tiempo la siniestralidad todavía ha bajado más a otras vías.
El número de accidentes con víctimas de cualquier grado en la AP-7 era de 370 entre en enero y en agosto del 2019, una cifra que cayó los dos años siguientes, coincidiendo con la pandemia. En 2022, ya con la autopista gratuita, resurgió hasta los 451 siniestros en el mismo periodo, y la cifra se ha estabilizado al alza tanto el año pasado (457) como en 2024 (466). Si bien el año 2019 la siniestralidad en esta vía suponía el 18% del conjunto de la red vial, la proporción ha superado el 20% coincidiendo con el fin de los peajes.
Los accidentes graves, que comportaron o bien heridos graves o víctimas mortales, también han experimentado un repunte, ya que en los primeros ocho meses de 2019 se registraron 21. En los tres años desde el fin de los peajes siempre ha habido más –este año la cifra ha llegado a 30. No obstante, los incidentes que han resultado con muertes eran 9 en 2019, se elevaron a 17 en 2022, pero han caído hasta los 4 de enero a agosto de este año –el valor mínimo en el último lustro.
Más horas de retenciones y colas más largas
Por otra parte, con datos de los tres primeros años justos después de que se subieran las barreras de pago, el 31 de agosto del 2021, las retenciones también han sufrido un aumento en esta vía: las caravanas se alargaron durante 3.776 horas al AP-7 en el total del año 2019. La cifra fue similar hasta el fin de los peajes, cuando la paciencia de los conductores tuvo que aumentar; en 2022 la cifra se elevaba a 5.918 horas, crecía el año siguiente hasta las 6.473 horas y todo apunta que este año todavía serán más. Entre enero y agosto, la vía rápida ya sumaba 5.622, acercándose al total del año pasado y superando en casi un 50% los 12 meses de 2019.
La longitud media de cada retención también ha crecido los últimos años, ya que de los 3,28 kilómetros hace cinco años se ha pasado a los 3,53 kilómetros este año, en la línea de todo el periodo posterior al fin del pago para utilizar la vía.
La AP-7 y la C-33, «especialmente afectadas» tres años después de que se abrieran las barreras
Tráfico explica a la ACN que el aumento de la siniestralidad y de las retenciones, «provocadas por los mismos accidentes o por mera falta de capacidad de la vía», son consecuencia del crecimiento de la afluencia de vehículos en la AP-7. Según la misma fuente, una parte de los conductores que circulaban por otras vías ahora lo hacen por la AP-7 y la C-33, que están «especialmente afectadas» por estos cambios de ruta. Tanto es |así que la media de vehículos ligeros que pasan por la vía en el punto kilométrico 169,2, a la altura de Martorell, era de unos 80.000 cada día en el 2019, una cifra que no ha parado de subir desde el inicio de la gratuidad, hasta los 106.196 por término medio diaria.
Con todo, indican que los incidentes provocado por el aumento del tráfico «son de menos gravedad que si pasaran a alguna de las vías alternativas». Además, dicen que paralelamente la siniestralidad ha caído en estas vías alternativas, y que lo ha hecho en más proporción que la subida registrada en la autopista.
El SCT añade que el tráfico ha subido al conjunto de la AP-7, pero en el tramo central ha caído –sobre todo de pesados–, «debido a que un cierto flujo de los vehículos provenientes del norte y con destino Barcelona ahora cogen la C-33». Les datos lo confirman, ya que en el punto kilométrico 146,5, a Barberà del Vallès y entre la C-58 y la C-33, la media de vehículos ligeros registrados cada día es de 136.161 este año, unos 50.000 menos de lo que hace cinco años. En el caso de los camiones y similares, la caída es mucho más pronunciada, ya que de prácticamente 72.000 cada día se ha pasado en menos de 20.000.