Sociedad
Drets Socials lanza un plan para encontrar familias acogedoras de niños menores de 6 años
Hay 280 niños y niñas muy pequeños que viven en centros en Cataluña
Drets Socials lanza un plan para encontrar a más familias acogedoras de niños menores de 6 años, dotado con 2,3 millones de euros. Una de las medidas es contratar a 25 profesionales más para agilizar los trámites, ya que ahora las familias se encuentran con que la administración no cumple en muchos casos el plazo de 6 meses para resolver la situación de un niño en acogida de urgencia. Eso genera incertidumbre en unas familias que establecen un vínculo con aquel niño o niña.
En Cataluña, hay 280 niños de menos de 6 años que viven en centros, más del doble que en 2018, mientras que el número de familias acogedoras se ha estancado, actualmente 787. La consellera Mònica Martínez Bravo quiere que en los próximos años no haya ningún niño menor de 6 en un centro.
El Departament de Drets Socials impulsa una estrategia para encontrar a más familias de acogida, un plan que pasa por reforzar los equipos técnicos, mejorar la gestión administrativa y el apoyo y reconocimiento a las familias. «Tenemos que pasar a la acción (...). Nosotros haremos los deberes, pero necesitamos que haya más familias que se animen», ha animado la consellera Martínez Bravo, en la presentación del plan , este lunes.
Actualmente hay 1.256 niños menores de 6 años tutelados por la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), 280 de los cuales viven en centros. De estos, 134 tienen menos de 3 años. La institucionalización de niños muy pequeños se ha agravado en los últimos tiempos, ya que en 2018, eran 115. En cambio, las familias acogedoras eran 707 hace seis años y el número no ha superado las 800 en este periodo.
La consellera ha puesto en valor la tarea que hacen los profesionales de los centros para que estos niños reciban atención, educación y afecto, pero ha advertido que estos espacios no son los más adecuados para unos niños y niñas, además, que en muchas ocasiones han sufrido situaciones de violencia psicológica y física. Por eso quiere que la cifra de niños y niñas que viven en estos recursos sea cero en los próximos años y ha indicado que comunidades como Cantabria y Aragón lo han conseguido.
El plan se ha elaborado después de recoger los problemas con que se tropiezan con las familias acogedoras, como el incumplimiento por parte de la propia administración de los plazos de tramitación de la situación de los niños. En la modalidad de urgencia y diagnóstico, el plazo para decidir si aquel niño vuelve con la familia biológica o bien pasa a una situación de acogimiento permanente o en la vía de adopción es de 6 meses, pero a la práctica acaba pasando un año o en algún caso, incluso, dos. Se calcula que un 10% de los niños vuelven con la familia biológica.
Las familias de acogida también se encuentran una falta de acompañamiento en los trámites complejos y un régimen de visitas con los padres y madres biológicos que suelen ser en horario laboral y escolar.
Ante esta situación, el departamento dirigido por Martínez Bravo lanza este plan que incluye varias medidas inminentes y otros a medio plazo. Con respecto a las acciones a corto plazo, se contratarán 25 profesionales repartidos en 9 puntos de Cataluña para agilizar los informes de valoración. También se reforzará el soporte a la tramitación de documentación, la coordinación entre la DGAIA y el Instituto Catalán del Acogimiento y de la Adopción (ICAA) y la integración de datos. Además, se harán acciones de sensibilización y difusión para encontrar familias acogedoras.
A medio plazo, se buscará la manera de flexibilizar el régimen de visitas con la familia biológica para que no supongan un quebradero de cabeza logístico para las de acogida. Además, se quieren impulsar mejoras fiscales para las familias acogedoras y crear una mesa de coordinación entre la Generalitat, entidades y familias.
«La experiencia es muy bonita»
Gemma Civit y su pareja tienen un niño en acogida permanente desde hace cuatro años. Tienen dos hijas biológicas y solían decir que el tercero, les gustaría que fuera de adopción o acogimiento. «La experiencia es muy bonita. Eso no quita que no haya subidas y bajadas. No es un mundo fácil, pero sí que es un mundo muy enriquecedor», ha expresado después de reunirse, junto con otras familias de acogida, con la consejera.
Civit ha señalado que los trámites y el régimen de visitas son algunos de los problemas con que se suelen encontrar las familias y ha pedido a todos los actores implicados «ir a la una por el bien de los niños».
Esta madre ha explicado que la acogida es un proyecto familiar y por eso quisieron implicar desde el principio a las hijas biológicas. Dice que como les gusta tanto la experiencia y creen mucho, tienen las puertas de casa abiertas para acoger otro niño o niña y que aquí también han escuchado la opinión del niño que ya tienen en acogida.