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Vivienda

El Sindicato de Inquilinas sitúa la manifestación como «punto de inflexión» para iniciar una huelga de rentas

«Si nos unimos, tenemos más poder que cualquier político o rentista», claman a los promotores de la protesta

Carme Arcarazo, del Sindicat de Llogateres, durant la manifestació a Barcelona

Carme Arcarazo, del Sindicato de Inquilinas, durante la manifestación en BarcelonaJordi Borràs

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El Sindicato de Inquilinas ha sacado pecho este sábado por la tarde de la manifestación convocada en Barcelona, «el mayor en la materia celebrada nunca en la historia de Cataluña» y la ha situado como «punto de inflexión» para iniciar una huelga del pago de rentas.

«A partir de mañana, empezaremos a caminar barrio en barrio, bloc a bloque y ciudad a ciudad para que sea una realidad», ha exclamado la portavoz del Sindicato de Inquilinas, Carme Arcarazo, justo antes del inicio de la marcha convocada a la capital catalana.

Los promotores de la manifestación han cargado contra los responsables políticos por haber planteado «medidas cosméticas» y contra los rentistas «para ser cada vez más ricos». «Si nos unimos, tenemos más poder que ellos», ha remachado Arcarazo.

«Empieza un nuevo ciclo político», ha aseverado a la portavoz del Sindicato de Inquilinas en medio de una fuerte expectación mediática antes de empezar la marcha. Arcarazo ha lamentado que haya «millones de personas sosteniendo un sistema injusto y parasitario» y ha hecho un llamamiento a dar un paso más después de la protesta.

Ha anunciado así una huelga de alquileres que se empezará a gestar a partir de este domingo. «No es fácil y nos tenemos que organizar bien», ha apuntado, sin entrar en detalles y haciendo un llamamiento a la unión de los inquilinos «porque con una manifestación no se soluciona todo».

Antes de hacer el llamamiento a la huelga, Arcarazo ha cargado contra los rentistas, a quien ha acusado de «robar la mitad del sueldo» de los inquilinos y de forzarles a marcharse de forma directa o indirecta cada vez que acaba un contrato: «Se ha acabado que cada vez seáis más ricos y nosotros más pobres».

También ha sido especialmente punzante contra los responsables políticos, a quienes ha reclamado «políticas de verdad» para detener el aumento de las rentas y garantizar el acceso a la vivienda, «porque no se puede vivir con una angustia constante por si se renueva el contrato cada cinco años». Arcarazo ha recordado que el Sindicato de Inquilinas exige medidas para las cuales los alquileres se inclinen un 50%, para recuperar pisos vacíos y HUTs, y para prohibir las compras especulativas.

En este sentido, ha lanzado a los responsables de las diferentes administraciones que «no busquen excusas competenciales», señalando que tanto en la ciudad de Barcelona, como en Cataluña y el estado español gobierna al partido socialista.

«No puede ser otro 15-M»

Desde el Sindicato de Vivienda Socialista de Cataluña, por su parte, han reivindicado el liderazgo de las entidades para alcanzar una rebaja de los alquileres. La portavoz Marina Parés ha pedido no equiparar la actual revuelta de los inquilinosa las luchas sociales y políticas que se desencadenaron en el 2011: «Eso no puede ser otro 15-M porque no podemos volver a depender de los responsables políticos profesionales que nos han llevado a esta situación».

Parara ha asegurado que los sindicatos de la vivienda son los «únicos» que podrán ejecutar los cambios que piden los inquilinos, como una rebaja del 50% de las rentas y la recuperación de viviendas que ahora no son de uso residencial. «Son los sindicatos los que permitirán avanzar hacia un modelo universal y acabar con el negocio inmobiliario», ha añadido.

A su vez, los organizadores del II Congreso de Vivienda de Cataluña han precisado que la manifestación de este sábado «no sólo apela a la clase inquilina». La portavoz Marta Espriu ha resaltado que la marcha también reivindica la tarea de las entidades que desde el 2008 se movilizan contra las ejecuciones hipotecarias, así como de los colectivos que luchan contra las limitaciones de la ley de extranjería «que afectan personas que sufren racismo institucional, las cuales no tienen derecho a vivir como personas dignas».

«Hacemos un llamamiento a organizarnos por todo el territorio», ha clamado Espriu, que ha señalado el II Congreso de Vivienda prevista los días 8 y 9 de febrero en Granollers como una ocasión para dar un «salto» en la articulación de los movimientos de base en la defensa del derecho en la vivienda.

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