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Vivienda

Los propietarios de vivienda de entre 30 y 44 años se caen del 64% al 46% en diez años

Los expertos alertan de una «sociedad a dos velocidades» a partir de los millennials definida por si se heredan inmuebles

Una mujer revisa los anuncios de viviendas expuestos en una inmobiliariaJordi Borràs

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Marina, vecina del barrio del Raval de Barcelona, ronda la cuadragésima y, a pesar de intentar acceder a la compra de un piso durante años, cree que es «imposible» hoy por hoy. De hecho, se siente una «privilegiada» vivir desde hace un par de años sola de alquiler.

El suyo es un ejemplo del «corte generacional» a partir de los ‘millennials’ en el acceso en la vivienda comparada con sus padres y abuelos, según los expertos, que alertan de la conformación de una «sociedad a dos velocidades» definida por si se heredan inmuebles. Les hogares de personas entre 30 y 44 años propietarios de su vivienda han caído del 64% al 46% los últimos diez años en Cataluña, según la encuesta de condiciones de vida del 2023 que elaboran anualmente INE e Idescat.

Si el año 2013, dos tercios de la gente nacida entre 1969 y en 1983 –en números redondos, la generación X- vivía en un hogar de su propiedad y el 28,5% vivía de alquiler, el año pasado entre los nacidos entre 1979 y en 1993 –la generación millennial-, los inquilinos ya eran prácticamente tantos como los propietarios (43,5 y 45,9%, respectivamente). De hecho, los inquilinos ya fueron mayoría en esta franja de edad momentáneamente en el 2019 y en el 2022.

Aunque la caída de los hogares en que los residentes están quien poseen la vivienda es especialmente significativa en la franja de las personas que tienen entre 30 y 44 años, también es perceptible entre los de 45 y 64 años (del 80% al 74% en una década). Entre los mayores de 65 años, la cifra es establo a la baja (del 86,1% al 85,3%), así como entre los menores de 30 años (del 42,6% al 41,4%).

El investigador del Instituto de Investigación Urbana de Barcelona (IDRA) Jaime Palomera expresa en una entrevista a la ACN que se está viviendo «un cambio de época». Según él, las personas que nacieron a partir de los años 80 del siglo pasado y, en especial, los que empezaron a buscar casa «a partir del 2008» –el año del inicio de la crisis financiera de alcance mundial–, se encuentran una realidad muy diferente que las dos generaciones anteriores.

«Entre 1957 y el 2008, estaban todas las facilidades para acceder a un piso de propiedad, a la compra a través de hipotecas», explica. Según él, a partir del estallido de la burbuja inmobiliaria, buena parte de los que habrían podido ser propietarios son inquilinos. Como consecuencia, hay «más gente viviendo de alquiler y durante más tiempo».

De hecho, la edad media de los inquilinos en la ciudad de Barcelona ha pasado de los 38 a los 41 años en poco tiempo, según un artículo de la revista Barcelona Metropolis, editado por el Ayuntamiento de Barcelona. Entrevistada por la ACN, la Marina explica que el año 2021 estuvo a punto de comprarse un piso en el Raval por 190.000 euros con «la ayuda» económica de los padres, pero retrocedió porque el inmueble «necesitaba unas reformas que a primera vista no eran tan evidentes». «Me habría puesto una soga en el cuello, no me podría haber pasado nada imprevisto», explica.

Tres años después, ahora cree que «han subido tanto los precios» que no ve posible volver a probarlo. «He dejado incluso de buscar pisos en internet porque me deprimo», añade, diciendo que tiene «suerte» de poder vivir sola por primera vez, ya que hace diez años que vive de alquiler en el mismo piso y sólo le han subido de 750 euros a 860 euros la mensualidad en este tiempo. A pesar de todo, lo que destina de su sueldo a la vivienda se acerca a la mitad.

El 70% de las personas que viven de alquiler no esperan ni heredar ni comprar, según un estudio

Según Palomera, «la mayoría» de las viviendas que salen en venta se les quedan «multipropietarios, fondo de inversión y sociedades que les dedican al negocio del alquiler». Eso, cruz, provoca que cada vez los inmuebles estén «en menos manos», mayoritariamente las de propietarios que ya tenían viviendas.

De propietarios a inquilinos, informe sobre la creciente desigualdad en el acceso a la propiedad’ encabezado por su entidad, IDRA, afirma que el 70% de las personas que viven de alquiler no esperan heredar ni poder comprar.

También en declaraciones a la ACN, la presidenta de Hábitat 3 y del Observatorio Metropolitano de la Vivienda de Barcelona, Carme Trilla, cree que buena parte de los ‘millennials’ no heredarán de la generación ‘boomer’ ya que con el aumento de la esperanza de vida, algunas propiedades irán a parar «a los nietos o a los bisnietos». Palomera, en este sentido, explica que entre los integrantes de la generación Z, los más jóvenes, el porcentaje de la gente que cree que heredará alza del 30% al 40%, pero que en todo caso, tanto esta franja de edad como la ‘millennial’ habrá una «fractura social» marcada por las herencias superior a la de la generación X y anteriores.

La exsecretaria de Vivienda durante el tripartito cree que «la capacidad de ahorro de los jóvenes se ve recortada» si viven de alquiler, cosa que acaba afectando a toda la generación. El acceso a la vivienda, dice, «marca toda la trayectoria» de la persona. «Si tú puedes tener un trabajo que te permita comprar una vivienda y llegas a los 45 o 50 años con una vivienda de propiedad ya pagada o medio pagado, abordas tu futuro de una manera diferente que si eres inquilino con unos alquileres que no sabes como irán», añade.

De hecho, en Paz, residente en Vilafranca, en la segunda parte de la treintena, explica que él y su pareja están de alquiler y que, a pesar de vivir fuera del área metropolitana, «es bastante elevado». Tienen el proyecto de reformar una vivienda antigua para ir a vivir pero las reformas son muy caras, comportarían hipoteca que acabaría siendo lo mismo que el que pagamos de alquiler». Además, en la línea de Carme Trilla, dice que ser inquilino es «complicado». «Siempre tienes la sensación que estás en la cuerda floja porque siempre tienes un propietario, no es ideal», concluye.

Marina también incide en la capacidad más baja de ahorro por el hecho de ser inquilinos, y en este sentido explica que ella entró en el mundo laboral en el 2008 y, desde entonces, «la crisis es un estilo de vida» tanto para|por ella como por buena parte de su generación, por la «precariedad y los sueldos bajos» que imposibilitaban ahorrar. «La gente de mi generación que ha podido hacer una vida parecida a la de mis padres es residual», según apunta.

«Lo que cuenta no es tu trabajo, sino en qué familia has nacido»

Palomera comparte la relevancia del hecho de heredar inmuebles. De hecho, cree que desde la crisis del 2008, se está estableciendo una «sociedad a dos velocidades» con «más desigualdad» definida por si se hereda. Si es el caso, eso es sinónimo de ahorrarse el alquiler o la hipoteca, cosa que comporta más ahorro y «incluso comprar otra casa, acumular más propiedades».

En caso contrario, como inquilino mucha gente «se empobrece porque el alquiler se come una parte muy grande del salario». «Por lo tanto, pasamos de una sociedad donde quién más quién menos podía comprar un piso, a costa de endeudarse, a una donde lo que define el futuro está si heredarás», continúa. «Si bien el ideal de la meritocracia ya estaba en crisis, eso acaba de destruirlo, porque hablamos de un mundo donde lo que cuenta no es tu trabajo, tu esfuerzo, sino en qué familia has nacido y si es con propiedades o no», remacha.

El investigador de IDRA cree que el gobierno del Estado da subsidios mediante «ayudas fiscales a quien ya está acaparando viviendas», ya que quien tiene uno en alquiler «paga menos IRPF que quien vive del trabajo», o bien un fondo de inversión que «acapara pisos no paga impuesto de sociedades o tiene un IVA superreducido». Para él, hace falta «cambiar todo el sistema fiscal» e introducir «contratos indefinidos de alquiler, con regulaciones de precios, y que cualquier nueva vivienda que se construya sea protegida y a perpetuidad».

Los propietarios menores de 35 años pasan de los dos tercios a un 31% en 20 años en España

La Encuesta Financiera de las Familias que elabora regularmente el Banco de España también muestra una caída en picado de los propietarios de la vivienda donde viven entre las generaciones más jóvenes. Si bien dos terceras partes de los menores de 35 años poseían a su hogar el año 2002, veinte años después la cifra se ha situado en el 31,8% al conjunto del Estado, después de una bajada especialmente relevante entre el 2011 y en el 2014, coincidiendo con la crisis.

Aunque la situación económica ha cambiado con respecto a aquellos años, la tendencia no se ha revertido. Tampoco lo ha hecho entre la gente que tiene 35 y hasta 44 años: hace dos décadas, casi ocho de cada diez (78,2%) eran propietarios, una cifra que ahora ya es de seis de cada diez (61,8%) por todo el Estado según el Banco de España. La caída es cada vez más ligera a medida que las edades crecen, hasta el punto que entre los mayores de 75 años, el número de propietarios se ha mantenido estable desde el 2002 casi en el 85%.

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