Tráfico
Nuevos «carros radar» para combatir accidentes: así funcionan los nuevos radares móviles de Cataluña
Los nuevos dispositivos móviles permitirán controlar el exceso de velocidad en cualquier carretera y reducir la siniestralidad
El Servicio Catalán de Tráfico (SCT) ha anunciado la implantación de una nueva generación de radares, conocidos como radares en remolque o carros radar, para reducir la siniestralidad a las carreteras catalanas, cada vez más dispersa. Esta tecnología, que combina movilidad, autonomía y alta precisión, se ha desarrollado con el objetivo de frenar el exceso de velocidad, un factor clave en la gravedad de los accidentes.
¿Como funcionan los radares remuelo?
Estos radares móviles, montados sobre remolques transportables, se pueden colocar en cualquier punto de la red vial catalana y operar de forma autónoma durante varios días. Equipados con tecnología láser, los aparatos pueden detectar vehículos a velocidades excesivas en múltiples carriles, seguirlos dinámicamente y gestionar las infracciones a través de una conexión en internet sin necesidad de presencia policial.
Además, estos radares son visibles para los conductores y están diseñados para resistir posibles actos vandálicos gracias a una carcasa reforzada. Esta movilidad y durabilidad permitirá al SCT ampliar el control sobre un territorio cada vez más diverso en términos de accidentalidad.
Los primeros puestos de control
Los primeros "carros radar" se desplegarán en dos carreteras de elevada accidentalidad:
- C-31: en el punto kilométrico 196, en Bellvitge (sentido Castelldefels).
- AP-7: en el punto kilométrico 141, en Santa Perpètua de Mogoda (sentido Tarragona).
Objetivo: reducir al 50% a las víctimas mortales
El SCT pretende alcanzar el objetivo europeo de reducir a las víctimas mortales por accidente de tráfico en un 50% durante el decenio 2020-2030. Según los datos, en los tramos donde ya se ha instalado un radar, la siniestralidad ha bajado entre el 65% y el 80%. Con estos nuevos dispositivos, Tráfico busca controlar puntos conflictivos de una red vial cada vez más dispersa, garantizando una vigilancia efectiva tanto en vías rápidas como en carreteras locales o comarcales.
Este esfuerzo forma parte de una estrategia más amplia para concienciar sobre los peligros de la velocidad y salvar vidas en las carreteras catalanas.