El Congreso aprueba la moción de censura de Sánchez y pone punto y final a siete años de gobierno de Rajoy

El Congreso de los Diputados ha aprobado este viernes con 180 votos a favor (Grupo Socialista, Unidos Podemos, ERC, PDeCAT, Compromís, PNV, Bildu), una abstención (CC) y 169 en contra (PP y Cs) la moción de censura de Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy. La votación culmina la caída fulminante de Mariano Rajoy en ocho días –desde la aprobación de los presupuestos a la consumación de su relevo por parte del Congreso fruto de la sentencia de la primera pieza del caso Gürtel- y sitúa como nuevo presidente español el líder del PSOE, que tendrá que tomar posesión en breve y nombrar un gobierno sustentado, de momento, con sólo 84 diputados. Entre sus retos, mantener las alianzas que lo han situado en La Moncloa mientras no convoca elecciones y bajo el examen de Podemos y de las formaciones independentistas, que este jueves le pidieron «diálogo» y el inicio de una nueva era en el debate sobre la crisis territorial.

El resultado de la votación implica la investidura automática de Sánchez y la destitución de Rajoy y de su ejecutivo, que queda en funciones hasta que no se consume la toma de posesión. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, trasladará este mismo viernes el resultado de la moción al rey Felipe VI, que la sancionará para que sea publicada en el Boletín Oficial del Estado en forma de decreto de nombramiento.

A partir de este momento, Sánchez puede tomar ya posesión como presidente en un acto a la Zarzuela que se podría celebrar como el muy rápido sábado por la tarde, pero que también se podría producir el domingo y lunes, y nombrar a sus nuevos ministros para que prometieran o juraran el cargo esta misma semana.

Según fuentes del PSOE, será un gobierno paritario y nombrado únicamente por el líder socialista, sin miembros designados por Podemos, aunque podría introducir un número importante de independientes.

Sánchez ha subido a la tribuna de oradores este viernes con la victoria asegurada después del anuncio del «sí» del PNV y la rendición del PP, que ha renunciado a la dimisión de Mariano Rajoy y también, de esta manera, a la posibilidad de mantener un gobierno en funciones hasta la investidura de un nuevo presidente o la celebración de los nuevos comicios.

Lo ha hecho con un discurso basado en cuatro ejes: Regeneración democrática, estabilidad presupuestaria (mediante el mantenimiento de las cuentas de Rajoy), «compromiso con Europa» y el inicio de una «nueva era» en el marco territorial, que se pondrá a prueba en las próximas semanas con la posibilidad de una reunión con el presidente de la Generalitat, Quim Torra.

La coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal, lo ha dejado claro en las puertas del Congreso: «La mano tendida al diálogo tiene que tener las primeras concreciones y sería un buen paso que se pudieran encontrar con el presidente Torra», ha afirmado antes de recordar que la sociedad catalana pide una «solución política» y no judicial.

Sánchez tendrá que combatir el discurso que el PP desplegará en su nueva tarea de oposición, que lo acusa de haber alcanzado un pacto oscuro con el independentismo para hacer posible su victoria. Es el mensaje que ha lanzado este viernes el portavoz de los populares en el Congreso, Rafael Hernando, que ha afirmado que Sánchez acepta los votos «de los amigos de ETA» y de los «del 3%» para ser presidente.

Un tono radicalmente opuesto a lo que ha utilizado a Mariano Rajoy en su último discurso como presidente, donde ha anunciado que acepta «como demócrata» su derrota –a pesar de «no compartir el que se ha fet»-, y felicitar lo que será su sustituto, Pedro Sánchez.

«Ha sido un honor haber sido presidente del gobierno de España, haber dejado una España mejor que la que encontré», ha afirmado entre aplausos de su grupo. Ha cerrado su breve discurso dando las «gracias a todo el mundo» y en especial a su partido y a los españoles por «haberle brindado su apoyo» y ha deseado «suerte» a todo el mundo «por el bien de España».