La fiscalía carga contra las defensas por presentar a los acusados como «víctimas de persecución política»
Javier Zaragoza niega que sea un «juicio contra el independentismo» y asegura que es «en defensa de la democracia»
La fiscalía ha cargado contra las defensas para presentar a los acusados como «víctimas de una persecución política» y ha asegurado que no es un juicio político contra el independentismo y su proyecto político sino «en defensa de la democracia española y la orden constitucional». «Sería un grave ejercicio de irresponsabilidad si la justicia no hubiera reaccionado», ha defendido al fiscal Javier Zaragoza en el segundo día de juicio. Por eso, la fiscalía impugnará todas las alegaciones hechas por las defensas. «Se quieren transformar en víctimas los que han roto la Constitucional y paradójicamente sentar al banquillos de los acusados el Estado», ha recriminado Zaragoza, que insiste en que «nadie está perseguido por sus ideas en España».
El fiscal Javier Zaragoza ha sido el primero en tomar la palabra en la segunda sesión del juicio del proceso, donde las acusaciones tienen que exponer sus alegaciones o impugnar las que hicieron martes las defensas. Zaragoza ha avanzado que las impugnarán todas y ha cargado contra la estrategia de las defensas por, según el fiscal, intentar presentar a los acusados como «víctimas de persecución política» y «paradójicamente intentar sentar en el banquillo de los acusados al Estado». «Algunos escritos más que alegatos parecen relatos acusatorios», ha manifestado sólo empezar.
Para el ministerio público, no se trata de una «causa general» ya que cada tribunal está juzgando lo que le corresponde, según sostiene Zaragoza. El fiscal ha criticado a los abogados defensores para dar una «visión distorsionada» de la realidad para «desacreditar» la justicia española con el propósito de «cuestionar la calidad democrática del estado de derecho». En todo momento, ha dicho que las defensas intentan presentar a los acusados como «víctimas de una supuesta violación masiva de derechos» pero, uno a uno, ha ido impugnando y contraargumentant esta violación de derechos que el martes alegaron los letrados.
«No se juzgan ideas, sino hechos»
Según Zaragoza, la actuación de los líderes independentistas no está amparada por el derecho político. «No se vulneran sus derechos, sino que del resto de ciudadanos que amparados por el TC han rehusado participar del referéndum ilegal», ha afirmado durante la sesión. En todo momento, ha insistido en que no se juzgan «ideas ni convicciones políticas» sino unos hechos que califica de «muy graves».
Según el fiscal, ninguna de las acciones que llevaron a términos los acusados «tienen amparo» por encima de los derechos constitucionales. «El derecho político no justifica imponer una legislación alternativa, imponer un proceso de segregación al margen de la Constitución y la soberanía nacional o prácticamente tener secuestrada una comitiva judicial bajo el pretexto que ataca Cataluña y el referéndum», ha alegado.
Asimismo, también ha rechazado que las alegaciones referidas al derecho a un juez predeterminado por la ley, a la imparcialidad del tribunal y a la doble instancia.
Comparación con el 'Plan Ibarretxe'
Durante la exposición -y aunque Puigdemont no está en esta causa- ha comparado su actuación como presidente con lo que se hizo con el 'plan Ibarretxe' y ha recordado que en aquel caso se votó la propuesta en el Congreso y se rechazó. En cambio, ha dicho que Puigdemont no aceptó el ofrecimiento de la presidenta del Congreso, Ana Pastor, y tampoco quiso ir al Senado a comparecer. «Parece que el ejemplo del plan Ibarretxe no ha prosperado», ha manifestado Zaragoza. «El diálogo desde la imposición y al margen de la legalidad no es aceptable en una sociedad democrática», ha añadido.
Además, ha dicho que no se puede culpar el Estado de una «pretendida falta de diálogo». «No parece de recibo culpar al Estado de una supuesta falta de voluntad de diálogo como factor desencadenante o que vierte a este factor de ruptura de la orden constitucional y a esta secesión consumada que fue revertida por el Estado», ha dicho Zaragoza para concluir su intervención.
«El derecho a la autodeterminación no tiene de cobertura normativa»
Durante la exposición, también ha dicho que el derecho de autodeterminación que alegan las defensas «no tiene cobertura normativa nacional ni internacional». «Ni las constituciones ni los tratados de derecho internacional reconocen este derecho», ha remachado, añadiendo que tampoco reconocen el «derecho a la secesión».
No quieren la declaración de Puigdemont
Sobre la petición de las defensas de citar a Puigdemont como testigo (y que declare por vídeo por videoconferencia) también se ha opuesto. «Pretender que el que está rebelde en este tribunal declare por videoconferencia rompería todas las normas procesales», ha manifestado. Sobre el testigo del rey, ha apuntado que está «eximido» y que ya se cuenta como prueba aportada el vídeo de la declaración que hizo el 3 de octubre.
También ha contrarrestado a la defensa de Cuixart, que apuntó que el registro de Economía del 20 de septiembre se hizo teniendo permiso en sólo «cuatro despachos y no todo el edificio». Zaragoza lo ha negado.
Intromisión indebida de Alemania
Sobre la decisión de Alemania de no entregar a Puigdemont por rebelión, ha acusado el tribunal de Schleswig-Holstein y ha dicho que actuó «incumpliendo palmariamente el sentido de la euroorden». Y ha añadido: «Fue una intromisión indebida en la gestión de los tribunales españoles».
«El uso de la violencia no se puede atribuir a la policía sino a quien movilizó ciudadanos como muros humanos»
Por otra parte, Javier Zaragoza ha atribuido la violencia del 1-O a los líderes independentistas y ha eximido de responsabilidades a los policías. «El uso violento no se puede atribuir a los policías, sino a quien conocía la legalidad y movilizó ciudadanos como muros humanos para impedir la actuación policial», ha manifestado en la segunda sesión del juicio. La defensa de Cuixart acusó de encubrir la tortura para incluir como prueba la relación de los policías heridos pero no la de ciudadanos. La Generalitat fijó la cifra en 1.066 heridos. «Identificar el uso legítimo y proporcionado de la fuerza policial como tortura o trato degradante es un disparate jurídico», ha replicado al letrado de Cuixart, Benet Salellas.
Para la fiscalía, hubo heridos por «contusiones no graves» y sólo se ha referido a dos casos «graves»: un hombre que sufrió un infarto y que fue atendido por un policia» y el caso de Roger Español, que perdió un ojo. Según Zaragoza, recibió una bola de goma «después de tirar una valla a la policía».