Diari Més

La protesta agrícola arraiga en España y hace el intento de ir a Ferraz y expandirse a otros sectores

PP y Vox se alinean con las movilizaciones y la Moncloa promete defender las peticiones rurales en Bruselas

Varios vehículos cortando la carretera del Plan|Plano y campesinos protestando ante los Juzgados de VallsACN

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Les protestas agrícolas que se repiten por Europa desde hace días, y que han arraigado en el Estado durante la semana, harán el intento de subir el tono este sábado en Madrid. En un ambiente de enfado por la «burocracia» de la PAC, los campesinos y ganaderos españoles han desplegado una ofensiva general con tractoradas por todo el territorio que quieren llevar ahora hasta el corazón de la capital española. De hecho, la rama estatal de la plataforma 6-F, desvinculada de las organizaciones agrarias y con un tono ultra contrario a la agenda verde, se ha marcado un objetivo lleno de simbolismo: llegar a Ferraz, donde está la sede del PSOE, y punto neurálgico de las marchas contra la amnistía que varios grupos radicales hicieron los días previos a la investidura de Pedro Sánchez.

El intento de bloquear el centro Madrid llega en un momento en el cual los agricultores y ganaderos ya empiezan a escuchar concesiones a sus demandas. El martes, Bruselas aceptó retirar de forma temporal la propuesta de reducir a la mitad el uso de pesticidas de cara al 2030 y el gobierno español ha prometido también modificar la ley de la cadena alimenticia. Sin embargo, los responsables de las marchas han decidido apretar el acelerador y trabajan ya para contagiar las movilizaciones en otros ámbitos. En el caso de Cataluña las protestas también salen de los agricultores de base, pero han sumado el apoyo de los sindicatos y mantienen una agenda paralela.

Desde la cúpula de la Plataforma 6F Sector Primario, que está moviendo las protestas en España, han hecho un llamamiento para conseguir que sectores «hermanos» del campo como la pesca o el transporte se sumen a las protestas. Uno de los primeros grupos a aceptar la invitación han sido los camioneros de la Plataforma de Defensa del Transporte por Carretera, la entidad que lideró las protestas del sector del 2022 que acabaron con una rebaja del precio de la gasolina.

Un paro de camioneros como la del 2022

Desde la plataforma -surgida también como una respuesta a las organizaciones tradicionales del transporte- han mostrado su disposición a añadirse a la «revuelta campesina» española. De hecho, esta semana hicieron oficial una convocatoria «de paro nacional indefinido» de camioneros que empieza este sábado en la capital del Estado. La propuesta, que todavía tiene que ser refrendada por las bases de la entidad, incluye también un llamamiento a la sociedad civil para sumarse a las protestas del campo.

Paralelamente, algunos impulsores de la protesta agrícola, como el activista Lola Guzman, musa en las redes de los agricultores y próxima a Vox, han hecho un llamamiento para conseguir que los «consumidores» se unan a las reivindicaciones del campo en el actual contexto de inflación. Todo, para intentar precipitar una concentración masiva por las calles de Madrid, escenario que hasta ahora no se ha producido, ya que en el ámbito español las concentraciones han quedado dispersas por las autopistas y los centros logísticos de comunidades como Castilla y León, el País Vasco o Extremadura. Desde la delegación del gobierno español en la capital han avisado de que se trabajarán para garantizar «en todo momento» la seguridad vial y el derecho a la circulación, hecho que podría chocar con la voluntad de bloqueo de los campesinos.

Planas llevará a la UE las peticiones del campo

Mientras los impulsores de las protestas intentan escalar el conflicto, el gobierno de Pedro Sánchez, igual que a la Generalitat, ha desplegado una actitud conciliadora con el sector primario y sus reclamaciones. Fuentes del ejecutivo de coalición explican a la ACN que el ministro de Agricultura, Luis Planas, defenderá algunas peticiones de los agricultores, como la simplificación de la Política Agraria Comuna (PAC) a la reunión de los ministros de Agricultura y Pesca del próximo 26 de febrero en Bruselas. También apuntan que se hablará de la necesidad de aplicar «más rigor» en el control de las fronteras.

En clave interna, el gobierno español también está elaborando la modificación de la ley de la cadena alimenticia, anunciada esta misma semana por Pedro Sánchez desde el Congreso, mientras estudian la adaptación al cambio climático de los seguros agrarios. Con todo, piden dejar asuntos como la sanidad animal fuera del debate político para no perjudicar el sector. «España tiene uno de los mejores estatus del mundo, nos permite que una buena parte del crecimiento de exportaciones sea de ganadería. Convocaremos un foro de ganadería extensiva», detallan.

Otras fuentes del ejecutivo resaltan que la interlocución con el campo es «constante» y restan peso a las protestas previstas en Madrid de las próximas horas. De hecho, la lluvia y las sanciones aplicadas por la policía a muchos manifestantes para no cumplir las leyes de circulación podrían desincentivar el intento de los agricultores de replicar en la capital española el «asedio en París» que ya quisieron ejecutar los campesinos franceses.

Los últimos días, algunas voces del entorno de Sánchez, como la vicepresidenta primera María Jesús Montero, han alertado a los agricultores del riesgo de que su protesta acabe siendo capitalizada por la extrema derecha. «El hecho de que algunos planteen que la manifestación concluya o esté en torno a Ferraz, que ha sido la sede donde se han concentrado los sectores de la ultraderecha,» demuestra, según la ministra de Hacienda, este «intento de manipulación».

PP, Vox y la «rebelión de los tractores»

En paralelo a la reacción del gobierno, el PP y Vox han entrado en una competición dialéctica para defender y reivindicar como propias las protestas del campo. Este mismo viernes, la secretaria general de los populares brindó a los agricultores el «protección» del partido y exigió al gobierno español que no «criminalizara» ni impidiera las movilizaciones de los campesinos. Por otro lado, la campaña gallega de los populares también está sirviendo a los populares para posicionar como un partido situado al lado de las zonas rurales y las reclamaciones del campesinado.

Para complementar su posicionamiento, los populares también han diseñado un «plan de choque» con medidas como la suspensión del impuesto en el plástico o la obligación que cada medida aprobada en el Estado se acompañe con un «informe de impacto» a la economía del campo. Todo, en un ejercicio de «apoyo incondicional» en el campo que Alberto Núñez Feijóo ha llevado esta semana al Congreso, donde incluso denunció públicamente el «dogmatismo ambiental» del gobierno de Pedro Sánchez.

Con respecto a Vox, Santiago Abascal se ha referido a la protesta del sector primario español como la «rebelión de los tractores», fenómeno que ha comparado los últimos días con la «rebelión de los balcones» que, según su opinión, detuvo el proceso independentista en el 2017 con una puesta masiva de banderas en domicilios particulares de todo el Estado. Según Vox, el PP no está legitimado para reivindicar las protestas del campo porque comparte con el PSOE la política verde europea y la Agenda 2030.

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